/ sábado 19 de enero de 2019

Incongruencia de un pueblo

Son cientos de pueblos los que viven del robo de gasolina, pueblos que, seguramente, votaron por López Obrador con la intención de que el país mejore, sin cuestionarse que son parte de la corrupción que no permite mejorar. Incongruencia es querer un gobierno honesto sin ser un ciudadano honesto.

Las incongruencias de nosotros, como seres humanos, siempre han llamado mi atención. Lo que hablamos y hacemos debe ser coherente o, al poco tiempo, nadie nos creerá, y no seremos ejemplo ni para nuestros hijos, sino al contrario, ellos se burlarán, se volverán rebeldes y terminarán siendo incongruentes porque la incongruencia es un estilo de vida familiar que se vuelve nacional.

Hoy, estos pueblos huachicoleros tienen el resultado de su propia incongruencia, la ironía de haber votado por quien les detendrá su modo corrupto de vida. ¿Será qué en el fondo desean tener un trabajo honesto?

Cuando se tomó por asalto Luz y Fuerza del Centro, para parar la terrible corrupción que existía, en el sexenio de Calderón, la estrategia se preparó durante más de un año y las consecuencias fueron que nadie se quedó sin luz, sin jubilación o liquidación. En esta crisis de la gasolina parece que hay muy buenas intenciones, pero poco congruentes y sin estrategias claras; sin embargo, lo bueno es que el robo de gasolina se destapó como delito ante la ley y la sociedad.

En México ni la religión ni la escuela nos enseñan el desarrollo de las virtudes como la congruencia y la honestidad; en la religión se piden y agradecen milagros y en la escuela se forma el intelecto; pero la bondad, la paciencia, la tolerancia, la constancia y la congruencia, entre muchas otras, tenemos que absorberlas del medioambiente.

Amable lector, lectora, la congruencia es una virtud, si queremos un México honesto analicemos que tan congruentes somos en lo que decimos querer de este gobierno y en lo que hacemos para ayudarlo, o estaremos como estos huachicoleros que votaron por su verdugo.

www.silviagonzalez.com.mx



Son cientos de pueblos los que viven del robo de gasolina, pueblos que, seguramente, votaron por López Obrador con la intención de que el país mejore, sin cuestionarse que son parte de la corrupción que no permite mejorar. Incongruencia es querer un gobierno honesto sin ser un ciudadano honesto.

Las incongruencias de nosotros, como seres humanos, siempre han llamado mi atención. Lo que hablamos y hacemos debe ser coherente o, al poco tiempo, nadie nos creerá, y no seremos ejemplo ni para nuestros hijos, sino al contrario, ellos se burlarán, se volverán rebeldes y terminarán siendo incongruentes porque la incongruencia es un estilo de vida familiar que se vuelve nacional.

Hoy, estos pueblos huachicoleros tienen el resultado de su propia incongruencia, la ironía de haber votado por quien les detendrá su modo corrupto de vida. ¿Será qué en el fondo desean tener un trabajo honesto?

Cuando se tomó por asalto Luz y Fuerza del Centro, para parar la terrible corrupción que existía, en el sexenio de Calderón, la estrategia se preparó durante más de un año y las consecuencias fueron que nadie se quedó sin luz, sin jubilación o liquidación. En esta crisis de la gasolina parece que hay muy buenas intenciones, pero poco congruentes y sin estrategias claras; sin embargo, lo bueno es que el robo de gasolina se destapó como delito ante la ley y la sociedad.

En México ni la religión ni la escuela nos enseñan el desarrollo de las virtudes como la congruencia y la honestidad; en la religión se piden y agradecen milagros y en la escuela se forma el intelecto; pero la bondad, la paciencia, la tolerancia, la constancia y la congruencia, entre muchas otras, tenemos que absorberlas del medioambiente.

Amable lector, lectora, la congruencia es una virtud, si queremos un México honesto analicemos que tan congruentes somos en lo que decimos querer de este gobierno y en lo que hacemos para ayudarlo, o estaremos como estos huachicoleros que votaron por su verdugo.

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