/ martes 15 de septiembre de 2020

¿Independizarnos del centro? 

Esta semana celebramos un aniversario más de nuestra independencia. Normalmente se pinta el ambiente de verde, blanco y rojo, y se recuerda a aquellos personajes que hicieron posible la independencia. No fue un proceso rápido, ni mucho menos un evento de un día o dos. Algunas de las causas que dieron origen al movimiento de independencia fueron: la oportunidad de mostrarse opositores a la corona española, ya que España había sido tomada por las tropas napoleónicas; otra causa fue la constante confrontación de criollos, mestizos y españoles, así como la miseria que se tenía a los indígenas y campesinos, aunado a un gran deseo de cambio social. Otro punto fue la mala administración de los recursos que afectaba la economía de las regiones. La pugna ideológica entre los criollos mexicanos. Así como también el ejemplo de la independencia del país vecino sobre Inglaterra. Todo lo anterior dio origen a once años de guerra de independencia. Igualmente, esta guerra dio las bases para poner fin al régimen social esclavista, así como a los impuestos declarados para ciertos sectores de la población.

También dio fin al régimen feudal y el inicio de las luchas por una sociedad de igualdad ante la ley y de oportunidades más justas para las minorías.

Finalmente, otra consecuencia de la época de independencia de nuestro país fue la frustración ante la promesa del reparto económico justo y de la igualdad de oportunidades sociales que se vio frustrada por el enriquecimiento de las élites locales, que dejaron de rendir cuentas a España, pero quisieron mantener ciertos privilegios y esto llevaría a tensiones internas y conflictos durante algunos años.

Si revisamos algunos orígenes de nuestra independencia y hacemos una analogía con el presente encontraremos algunas similitudes que nos infieren a pensar en una potencial independencia del centro de nuestro país.

Hoy tenemos abierta la oportunidad de mostrarnos opositores al poder Ejecutivo, ya que éste ha sido tomado por diferentes grupos hacia el interior. Al igual que en la época de la independencia existe una pésima administración de los recursos que afecta directamente a las regiones. Así también tenemos confrontaciones cotidianas provocadas por el Ejecutivo entre distintos grupos de la población. Sumamos, al igual que en la independencia, la pugna ideológica entre grupos políticos del país.

Las anteriores similitudes de “síntomas” pre-independencia, invitan a pensar que estamos en un punto histórico con condiciones para independizarnos del centro del país, del Ejecutivo actual, cuyos efectos serían el terminar con un presidencialismo centrado en una persona, terminar con medidas unilaterales en las decisiones de infraestructura y presupuestales que cada vez apoyan menos a las regiones, en términos de impuestos y de infraestructura. Igualmente, no hay en el Ejecutivo una visión de una sociedad de igualdad y de justicia, por lo menos en hechos. No mencionando las dádivas que no tienen efecto en el desarrollo y que favorecen el enriquecimiento de grupos locales. Al mismo tiempo de mentiras que provocan tensiones entre ciudadanos, dividiendo al país. ¿será que es momento de otra independencia?, ¿tenemos a un Miguel Hidalgo que la inicie?

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua.


Esta semana celebramos un aniversario más de nuestra independencia. Normalmente se pinta el ambiente de verde, blanco y rojo, y se recuerda a aquellos personajes que hicieron posible la independencia. No fue un proceso rápido, ni mucho menos un evento de un día o dos. Algunas de las causas que dieron origen al movimiento de independencia fueron: la oportunidad de mostrarse opositores a la corona española, ya que España había sido tomada por las tropas napoleónicas; otra causa fue la constante confrontación de criollos, mestizos y españoles, así como la miseria que se tenía a los indígenas y campesinos, aunado a un gran deseo de cambio social. Otro punto fue la mala administración de los recursos que afectaba la economía de las regiones. La pugna ideológica entre los criollos mexicanos. Así como también el ejemplo de la independencia del país vecino sobre Inglaterra. Todo lo anterior dio origen a once años de guerra de independencia. Igualmente, esta guerra dio las bases para poner fin al régimen social esclavista, así como a los impuestos declarados para ciertos sectores de la población.

También dio fin al régimen feudal y el inicio de las luchas por una sociedad de igualdad ante la ley y de oportunidades más justas para las minorías.

Finalmente, otra consecuencia de la época de independencia de nuestro país fue la frustración ante la promesa del reparto económico justo y de la igualdad de oportunidades sociales que se vio frustrada por el enriquecimiento de las élites locales, que dejaron de rendir cuentas a España, pero quisieron mantener ciertos privilegios y esto llevaría a tensiones internas y conflictos durante algunos años.

Si revisamos algunos orígenes de nuestra independencia y hacemos una analogía con el presente encontraremos algunas similitudes que nos infieren a pensar en una potencial independencia del centro de nuestro país.

Hoy tenemos abierta la oportunidad de mostrarnos opositores al poder Ejecutivo, ya que éste ha sido tomado por diferentes grupos hacia el interior. Al igual que en la época de la independencia existe una pésima administración de los recursos que afecta directamente a las regiones. Así también tenemos confrontaciones cotidianas provocadas por el Ejecutivo entre distintos grupos de la población. Sumamos, al igual que en la independencia, la pugna ideológica entre grupos políticos del país.

Las anteriores similitudes de “síntomas” pre-independencia, invitan a pensar que estamos en un punto histórico con condiciones para independizarnos del centro del país, del Ejecutivo actual, cuyos efectos serían el terminar con un presidencialismo centrado en una persona, terminar con medidas unilaterales en las decisiones de infraestructura y presupuestales que cada vez apoyan menos a las regiones, en términos de impuestos y de infraestructura. Igualmente, no hay en el Ejecutivo una visión de una sociedad de igualdad y de justicia, por lo menos en hechos. No mencionando las dádivas que no tienen efecto en el desarrollo y que favorecen el enriquecimiento de grupos locales. Al mismo tiempo de mentiras que provocan tensiones entre ciudadanos, dividiendo al país. ¿será que es momento de otra independencia?, ¿tenemos a un Miguel Hidalgo que la inicie?

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua.


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