/ martes 15 de septiembre de 2020

Ingobernabilidad institucional

La zona sur del estado arde ante la inconformidad de productores y la incapacidad de los gobiernos federal y estatal de encontrar soluciones consensuadas. Enfrentamientos entre productores y la Guardia Nacional, cierre de carreteras, vías férreas y hasta puentes internacionales, toma de instalaciones estratégicas, daños a edificios y documentación pública, o como acaba de verse en las instalaciones de la hidroeléctrica de la presa La Boquilla; daños por más de 100 millones de pesos en una instalación estratégica que se había mantenido funcionando a lo largo de más de 100 años produciendo energía.

Si bien es cierto que la federación ha mantenido el control del cumplimiento del Tratado de Aguas desde hace 76 años, la ingobernabilidad provocada por las autoridades demuestra la incapacidad para solucionar problemas como el que hoy enarbolan en forma legítima muchos productores del estado, pero al mismo tiempo se convierten en caldo de cultivo para oportunistas y vividores de la política que buscan mantener vivo el conflicto ante la proximidad del proceso electoral del año próximo.

Preocupante resulta la posición de los diputados del Congreso local que no se han caracterizado por la búsqueda de leyes, modificaciones y reglamentos de sano interés público y beneficio popular ya que no han sido capaces ni siquiera de reglamentar la Ley Indígena vigente desde hace más de 12 años y que hoy amenazan con pedir en tribunales internacionales la revisión del Tratado de Aguas lo que representa un grave riesgo ya que este tratado favorece a nuestro país que recibe más agua de la que entrega al vecino país.

Más preocupante resulta la reciente “alianza federalista” convocada por Javier Corral y que ante el fracaso de la Conago, pretende conformarse en una Conaguita con el único fin de seguir en franca violación al artículo 117 constitucional, además de estorbar un proyecto de nación con el cual no están de acuerdo ya que pierden privilegios y no les resulta sensato el que “primero los pobres” sea el método con el que se pretende dar al traste con el neoliberalismo que les permitía esos privilegios que se niegan a perder.

La búsqueda del bien común sigue ausente de los altos mandos gubernamentales con sus muy honrosas excepciones, la polarización de la política amenaza con polarizar la vida social. Los focos rojos están encendidos y después de la pandemia que nos ha mantenido con cambios sustanciales en nuestra forma de vida, la violencia por el crimen organizado que no han sido capaces de combatir, ahora puede sumarse el enfrentamiento entre ciudadanos que coinciden o no con una causa que puede ser legítima, pero que se encuentra enlodada por perversos intereses políticos y económicos.


Correo: vicmedina@hotmail.com

La zona sur del estado arde ante la inconformidad de productores y la incapacidad de los gobiernos federal y estatal de encontrar soluciones consensuadas. Enfrentamientos entre productores y la Guardia Nacional, cierre de carreteras, vías férreas y hasta puentes internacionales, toma de instalaciones estratégicas, daños a edificios y documentación pública, o como acaba de verse en las instalaciones de la hidroeléctrica de la presa La Boquilla; daños por más de 100 millones de pesos en una instalación estratégica que se había mantenido funcionando a lo largo de más de 100 años produciendo energía.

Si bien es cierto que la federación ha mantenido el control del cumplimiento del Tratado de Aguas desde hace 76 años, la ingobernabilidad provocada por las autoridades demuestra la incapacidad para solucionar problemas como el que hoy enarbolan en forma legítima muchos productores del estado, pero al mismo tiempo se convierten en caldo de cultivo para oportunistas y vividores de la política que buscan mantener vivo el conflicto ante la proximidad del proceso electoral del año próximo.

Preocupante resulta la posición de los diputados del Congreso local que no se han caracterizado por la búsqueda de leyes, modificaciones y reglamentos de sano interés público y beneficio popular ya que no han sido capaces ni siquiera de reglamentar la Ley Indígena vigente desde hace más de 12 años y que hoy amenazan con pedir en tribunales internacionales la revisión del Tratado de Aguas lo que representa un grave riesgo ya que este tratado favorece a nuestro país que recibe más agua de la que entrega al vecino país.

Más preocupante resulta la reciente “alianza federalista” convocada por Javier Corral y que ante el fracaso de la Conago, pretende conformarse en una Conaguita con el único fin de seguir en franca violación al artículo 117 constitucional, además de estorbar un proyecto de nación con el cual no están de acuerdo ya que pierden privilegios y no les resulta sensato el que “primero los pobres” sea el método con el que se pretende dar al traste con el neoliberalismo que les permitía esos privilegios que se niegan a perder.

La búsqueda del bien común sigue ausente de los altos mandos gubernamentales con sus muy honrosas excepciones, la polarización de la política amenaza con polarizar la vida social. Los focos rojos están encendidos y después de la pandemia que nos ha mantenido con cambios sustanciales en nuestra forma de vida, la violencia por el crimen organizado que no han sido capaces de combatir, ahora puede sumarse el enfrentamiento entre ciudadanos que coinciden o no con una causa que puede ser legítima, pero que se encuentra enlodada por perversos intereses políticos y económicos.


Correo: vicmedina@hotmail.com