/ miércoles 2 de septiembre de 2020

Inicio de clases sin escuela, pero con libros y televisión

Cerca de 23 millones de alumnos de educación básica han iniciado el ciclo escolar 2020-2021 de forma nunca antes vista, desde 1921 que se creó la SEP siempre se reanudaron las clases en las escuelas, hoy empiezan en las casas.

La autoridad federal, obligada por la pandemia del Covid 19, ha optado por desplegar su estrategia educativa: “Aprende en Casa II” a través de la televisión educativa, por ser el medio digital de mayor cobertura en el país.

En los maestros todavía campea cierta incertidumbre sobre cuál será su rol y cómo organizarán el proceso de enseñanza-aprendizaje en esta nueva modalidad con la televisión educativa como principal medio transmisor del conocimiento. Se está haciendo un esfuerzo en los consejos técnicos escolares y con los cursos de capacitación oficiales para que los maestros de todos los niveles de educación básica puedan adaptar su trabajo docente con estas nuevas circunstancias.

Los padres de familia también están descubriendo las implicaciones que tendrá esta rutina educativa de programas televisados en la formación de sus hijos y en la organización familiar.

En las casas se extraña la escuela, sus salones, pasillos, patios, el uniforme, la cooperativa escolar, sus ceremonias cívicas, festivales, concursos y torneos, pero sobre todo vamos a extrañar la convivencia social y las relaciones interpersonales entre todos los actores de la comunidad educativa.

Sin embargo, como referente ineludible en estos tiempos de pandemia vamos a tener en casa a un aliado principal que a lo largo del tiempo ha jugado un papel preponderante en el en el sistema educativo mexicano: Los libros de texto gratuito.

En este ciclo escolar de pandemia se están repartiendo 140 millones de ejemplares en los 32 estados de la República Mexicana, esperando que lleguen a tiempo, por la doble complejidad que ahora representa su distribución. Estos textos van a ser la guía para que los alumnos, los maestros y los padres de familia se orienten tanto en los contenidos a tratar como en las actividades de aprendizaje derivados de los programas de televisión.

Desde que nació la Comisión Nacional de Libro de Texto Gratuito en 1951, estos textos han sido el recurso didáctico más utilizado en los salones de clases. Como establece la investigadora del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, la Dra. Quintanilla Osorio, la elaboración de los libros, parte de una definición clara de los planes y programas de estudio y de unas nociones previas acerca de cómo aprenden los niños, del vocabulario que manejan, del tipo de soportes didácticos idóneos y del uso deseado en el ámbito escolar. Son definidos como válidos y de normas pedagógicas vigentes, se utilizan con múltiples prácticas de lecturas y diversas formas de uso y apropiación del conocimiento.

Con la aparición del internet y las nuevas tecnologías se ha ido desplazando cada vez más el trabajo con los textos gratuitos, especialmente cuando hay posibilidades de uso de plataformas interactivas didácticas con medios audiovisuales educativos y conexión a internet, pero en este nuevo ciclo escolar dadas las circunstancias mundiales que estamos viviendo, la televisión educativa y los libros de texto gratuito volverán a ser como en los años 60 con el Plan Nacional de Mejoramiento y Expansión de la Enseñanza Primaria, un fuerte aliado, ahora con las modificaciones curriculares de la Nueva Escuela Mexicana, para que busquemos todos los maestros y papás, en la medida de estas posibilidades, un buen año escolar sin escuela, pero con aprendizaje.

Cerca de 23 millones de alumnos de educación básica han iniciado el ciclo escolar 2020-2021 de forma nunca antes vista, desde 1921 que se creó la SEP siempre se reanudaron las clases en las escuelas, hoy empiezan en las casas.

La autoridad federal, obligada por la pandemia del Covid 19, ha optado por desplegar su estrategia educativa: “Aprende en Casa II” a través de la televisión educativa, por ser el medio digital de mayor cobertura en el país.

En los maestros todavía campea cierta incertidumbre sobre cuál será su rol y cómo organizarán el proceso de enseñanza-aprendizaje en esta nueva modalidad con la televisión educativa como principal medio transmisor del conocimiento. Se está haciendo un esfuerzo en los consejos técnicos escolares y con los cursos de capacitación oficiales para que los maestros de todos los niveles de educación básica puedan adaptar su trabajo docente con estas nuevas circunstancias.

Los padres de familia también están descubriendo las implicaciones que tendrá esta rutina educativa de programas televisados en la formación de sus hijos y en la organización familiar.

En las casas se extraña la escuela, sus salones, pasillos, patios, el uniforme, la cooperativa escolar, sus ceremonias cívicas, festivales, concursos y torneos, pero sobre todo vamos a extrañar la convivencia social y las relaciones interpersonales entre todos los actores de la comunidad educativa.

Sin embargo, como referente ineludible en estos tiempos de pandemia vamos a tener en casa a un aliado principal que a lo largo del tiempo ha jugado un papel preponderante en el en el sistema educativo mexicano: Los libros de texto gratuito.

En este ciclo escolar de pandemia se están repartiendo 140 millones de ejemplares en los 32 estados de la República Mexicana, esperando que lleguen a tiempo, por la doble complejidad que ahora representa su distribución. Estos textos van a ser la guía para que los alumnos, los maestros y los padres de familia se orienten tanto en los contenidos a tratar como en las actividades de aprendizaje derivados de los programas de televisión.

Desde que nació la Comisión Nacional de Libro de Texto Gratuito en 1951, estos textos han sido el recurso didáctico más utilizado en los salones de clases. Como establece la investigadora del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, la Dra. Quintanilla Osorio, la elaboración de los libros, parte de una definición clara de los planes y programas de estudio y de unas nociones previas acerca de cómo aprenden los niños, del vocabulario que manejan, del tipo de soportes didácticos idóneos y del uso deseado en el ámbito escolar. Son definidos como válidos y de normas pedagógicas vigentes, se utilizan con múltiples prácticas de lecturas y diversas formas de uso y apropiación del conocimiento.

Con la aparición del internet y las nuevas tecnologías se ha ido desplazando cada vez más el trabajo con los textos gratuitos, especialmente cuando hay posibilidades de uso de plataformas interactivas didácticas con medios audiovisuales educativos y conexión a internet, pero en este nuevo ciclo escolar dadas las circunstancias mundiales que estamos viviendo, la televisión educativa y los libros de texto gratuito volverán a ser como en los años 60 con el Plan Nacional de Mejoramiento y Expansión de la Enseñanza Primaria, un fuerte aliado, ahora con las modificaciones curriculares de la Nueva Escuela Mexicana, para que busquemos todos los maestros y papás, en la medida de estas posibilidades, un buen año escolar sin escuela, pero con aprendizaje.