/ jueves 25 de enero de 2018

Inminente detención de César Duarte

Hicieron muy mal el cálculo en Los Pinos y el tiro les salió por la culata. Así se podría resumir lo acaecido entre el Gobierno de Chihuahua y el Gobierno Federal, después del incumplimiento de los convenios signados el año pasado y que fueran desconocidos por el secretario de Hacienda, José Antonio González Anaya, el 4 de enero de este año.

Lo único que lograron hacer fue abrir la puerta de la CDMX, invitación con pase VIP todo incluido, para que un grupo de ciudadanos encabezados por el gobernador Javier Corral Jurado, recorrieran la vasta república mexicana, llevando las banderas del combate a la corrupción y la impunidad, así como la urgente necesidad de replantear el Convenio de Coordinación Fiscal, que ya fue rebasado y es manejado en forma indiscriminada por el presidente de la Republica.

La falta de experiencia del secretario Pepe Toño González Anaya, facilitó el camino al colmilludo gobernador Corral, luchador nato, experto en debate y conocedor del sistema, para encontrar el hueco -como se dice en el argot del futbol americano- y meterse hasta la cocina, literal, en un caso que debió haberse encapsulado en Chihuahua, hacer un recuento de daños y proponer soluciones inmediatas, resolver el problema económico, asignar los montos signados e iniciar las gestiones, con la velocidad del rayo, para la extradición y repatriación del pillo en cuestión. En lugar, lo que lograron fue hacer el caso nacional e internacional, poniendo con esto la presión que faltaba para que al gobierno del vecino del norte se le terminara su paciencia y acelerara el proceso que se había aletargado; falta de colmillo y de cálculo, pues.

Todo esto fue maximizado por el claro contubernio del grupo en el poder, para proteger y encubrir a un miembro destacado y distinguido del decadente PRI, que actualmente goza de 11 órdenes de aprehensión y que para empezar ni siquiera han expulsado del partido.

Alfredo Navarrete Prida, nuevo secretario de Gobernación, está haciendo hasta lo imposible por detener a la brevedad la Caravana por la Dignidad, que deberá llegar el domingo 4 de febrero a la capital del país, esfuerzo en vano y tardío, ya que ni el cumplimiento del pago comprometido lo haría. En este desproporcionado enfrentamiento entre David contra Goliat, la Federación se lleva la peor parte, ya que ganando pierde y por supuesto que perdiendo pierde; la única que le queda es entregar a la brevedad al delincuente.

Hacemos un llamado a la autoridad, para que la documentación para solicitar la extradición sea bien funda y motivada, que el trabajo de la Secretaría de Relaciones Exteriores no deje la menor duda de su pulcritud y prontitud, y que la extradición sea hecha por las 11 órdenes de aprehensión… ¡Ah! y una cosa más, el reclamo del dinero y que las propiedades incautadas sean regresados en su totalidad al Gobierno de Chihuahua.

Hicieron muy mal el cálculo en Los Pinos y el tiro les salió por la culata. Así se podría resumir lo acaecido entre el Gobierno de Chihuahua y el Gobierno Federal, después del incumplimiento de los convenios signados el año pasado y que fueran desconocidos por el secretario de Hacienda, José Antonio González Anaya, el 4 de enero de este año.

Lo único que lograron hacer fue abrir la puerta de la CDMX, invitación con pase VIP todo incluido, para que un grupo de ciudadanos encabezados por el gobernador Javier Corral Jurado, recorrieran la vasta república mexicana, llevando las banderas del combate a la corrupción y la impunidad, así como la urgente necesidad de replantear el Convenio de Coordinación Fiscal, que ya fue rebasado y es manejado en forma indiscriminada por el presidente de la Republica.

La falta de experiencia del secretario Pepe Toño González Anaya, facilitó el camino al colmilludo gobernador Corral, luchador nato, experto en debate y conocedor del sistema, para encontrar el hueco -como se dice en el argot del futbol americano- y meterse hasta la cocina, literal, en un caso que debió haberse encapsulado en Chihuahua, hacer un recuento de daños y proponer soluciones inmediatas, resolver el problema económico, asignar los montos signados e iniciar las gestiones, con la velocidad del rayo, para la extradición y repatriación del pillo en cuestión. En lugar, lo que lograron fue hacer el caso nacional e internacional, poniendo con esto la presión que faltaba para que al gobierno del vecino del norte se le terminara su paciencia y acelerara el proceso que se había aletargado; falta de colmillo y de cálculo, pues.

Todo esto fue maximizado por el claro contubernio del grupo en el poder, para proteger y encubrir a un miembro destacado y distinguido del decadente PRI, que actualmente goza de 11 órdenes de aprehensión y que para empezar ni siquiera han expulsado del partido.

Alfredo Navarrete Prida, nuevo secretario de Gobernación, está haciendo hasta lo imposible por detener a la brevedad la Caravana por la Dignidad, que deberá llegar el domingo 4 de febrero a la capital del país, esfuerzo en vano y tardío, ya que ni el cumplimiento del pago comprometido lo haría. En este desproporcionado enfrentamiento entre David contra Goliat, la Federación se lleva la peor parte, ya que ganando pierde y por supuesto que perdiendo pierde; la única que le queda es entregar a la brevedad al delincuente.

Hacemos un llamado a la autoridad, para que la documentación para solicitar la extradición sea bien funda y motivada, que el trabajo de la Secretaría de Relaciones Exteriores no deje la menor duda de su pulcritud y prontitud, y que la extradición sea hecha por las 11 órdenes de aprehensión… ¡Ah! y una cosa más, el reclamo del dinero y que las propiedades incautadas sean regresados en su totalidad al Gobierno de Chihuahua.