/ lunes 1 de agosto de 2022

Inseguridad y precampañas, peligrosa combinación

Por: Alejandro Domínguez

La realidad nos está alcanzando y lo más lamentable es que no lo estamos reconociendo; la inseguridad en el escenario nacional está desbordada, los hechos en diversas regiones del país así lo demuestran, homicidios dolosos, ejecuciones, aparatos explosivos, entre otros acontecimientos están lastimando a la sociedad.

Los síntomas de la inseguridad empiezan a notarse, como la humedad se reflejan; en la ciudad de Chihuahua en el mes de julio se presentaron cerca de 30 homicidios, cifra que no se había presentado en algún tiempo; con esto no estoy culpando a la autoridad, sino que es necesario hacer una pausa y analizar lo que pasa, porque en un descuido la cifra aumenta y lo que resultaría peor es que se desencadene una ola de delitos diversos como mecanismos de financiamiento de los grupos delincuenciales; esto último es lo que más debemos analizar y actuar en conjunto.

En Ciudad Juárez durante el mes de julio destaca que se presentaron poco más de 15 feminicidios; hay que recordar que en la época de Francisco Barrio como gobernador, el tema de las muertas de Juárez, como se estigmatizó, fue por una cifra inicial de 19 mujeres victimadas; estas cifras deben poner a pensar a la autoridad municipal sobre la estrategia que deben plantear.

Insisto, no se trata de culpar a las actuales autoridades, el descuido institucional en el quinquenio anterior, así como la falta de continuidad en estrategias que dieron resultado en el pasado se están reflejando hoy con el aumento de la inseguridad; por eso el llamado a las autoridades municipales a plantear estrategias a los otros órdenes de gobierno; el llamado de la primer autoridad y su voz debe ser escuchada, ya que son el primer orden de gobierno, el más cercano y el que menos herramientas tiene para actuar.

El fortalecimiento de las capacidades institucionales de las corporaciones municipales se ve mermado por la falta de recursos del fondo de Fortalecimiento a la Seguridad (Fortaseg), la falta de una estrategia nacional de mejora, acompañamiento y respaldo a las autoridades municipales en inversión que mejore la convivencia social en zonas marginadas hace muy complicada la labor de los alcaldes; por eso, es prudente que sean ellos quienes presenten una estrategia y eleven la voz ante este flagelo.

La visita del secretario de Gobernación era una esperanza de respaldo, de anuncios importantes en la materia; sin embargo, se limitó a encampañarse, sacarle la lengua al delegado del Bienestar e intentar sumar al alcalde de Juárez a su proyecto; lo único que dejó la visita de Adán Augusto fue un enfrentamiento interno de los militantes de Morena, reclamos airados entre ellos, pero lo importante se quedó de lado, el apoyo institucional a Chihuahua.

Entiendo que la prioridad de alcaldes y de los funcionarios federales sea, en los primeros trabajar la reelección y en los segundos mantener la presidencia de la República; sin embargo, la pregunta es ¿a qué costo? Porque la inseguridad no sólo son cifras de muertos, o bien una lucha de grupos por controlar territorios; también es un asunto de estabilidad política, económica y social; las culpas entre órdenes de gobierno no ayudan, lo mejor sería una propuesta seria, formal, de abajo hacia arriba, porque a la inversa estamos viendo que no está dando resultados. La sociedad reclama resultados, exige certeza y tener una esperanza de un futuro mejor; la realidad es que no se está brindando ni generando. Ante ello, es preciso trabajar juntos, unidos, porque la seguridad es una tarea de todos.

Por: Alejandro Domínguez

La realidad nos está alcanzando y lo más lamentable es que no lo estamos reconociendo; la inseguridad en el escenario nacional está desbordada, los hechos en diversas regiones del país así lo demuestran, homicidios dolosos, ejecuciones, aparatos explosivos, entre otros acontecimientos están lastimando a la sociedad.

Los síntomas de la inseguridad empiezan a notarse, como la humedad se reflejan; en la ciudad de Chihuahua en el mes de julio se presentaron cerca de 30 homicidios, cifra que no se había presentado en algún tiempo; con esto no estoy culpando a la autoridad, sino que es necesario hacer una pausa y analizar lo que pasa, porque en un descuido la cifra aumenta y lo que resultaría peor es que se desencadene una ola de delitos diversos como mecanismos de financiamiento de los grupos delincuenciales; esto último es lo que más debemos analizar y actuar en conjunto.

En Ciudad Juárez durante el mes de julio destaca que se presentaron poco más de 15 feminicidios; hay que recordar que en la época de Francisco Barrio como gobernador, el tema de las muertas de Juárez, como se estigmatizó, fue por una cifra inicial de 19 mujeres victimadas; estas cifras deben poner a pensar a la autoridad municipal sobre la estrategia que deben plantear.

Insisto, no se trata de culpar a las actuales autoridades, el descuido institucional en el quinquenio anterior, así como la falta de continuidad en estrategias que dieron resultado en el pasado se están reflejando hoy con el aumento de la inseguridad; por eso el llamado a las autoridades municipales a plantear estrategias a los otros órdenes de gobierno; el llamado de la primer autoridad y su voz debe ser escuchada, ya que son el primer orden de gobierno, el más cercano y el que menos herramientas tiene para actuar.

El fortalecimiento de las capacidades institucionales de las corporaciones municipales se ve mermado por la falta de recursos del fondo de Fortalecimiento a la Seguridad (Fortaseg), la falta de una estrategia nacional de mejora, acompañamiento y respaldo a las autoridades municipales en inversión que mejore la convivencia social en zonas marginadas hace muy complicada la labor de los alcaldes; por eso, es prudente que sean ellos quienes presenten una estrategia y eleven la voz ante este flagelo.

La visita del secretario de Gobernación era una esperanza de respaldo, de anuncios importantes en la materia; sin embargo, se limitó a encampañarse, sacarle la lengua al delegado del Bienestar e intentar sumar al alcalde de Juárez a su proyecto; lo único que dejó la visita de Adán Augusto fue un enfrentamiento interno de los militantes de Morena, reclamos airados entre ellos, pero lo importante se quedó de lado, el apoyo institucional a Chihuahua.

Entiendo que la prioridad de alcaldes y de los funcionarios federales sea, en los primeros trabajar la reelección y en los segundos mantener la presidencia de la República; sin embargo, la pregunta es ¿a qué costo? Porque la inseguridad no sólo son cifras de muertos, o bien una lucha de grupos por controlar territorios; también es un asunto de estabilidad política, económica y social; las culpas entre órdenes de gobierno no ayudan, lo mejor sería una propuesta seria, formal, de abajo hacia arriba, porque a la inversa estamos viendo que no está dando resultados. La sociedad reclama resultados, exige certeza y tener una esperanza de un futuro mejor; la realidad es que no se está brindando ni generando. Ante ello, es preciso trabajar juntos, unidos, porque la seguridad es una tarea de todos.