/ lunes 5 de abril de 2021

Instagram: Fotografías de mentira

Por Lizbeth Chavira Ortiz

Actualmente no es extraño observar fotos con algunos retoques, desde disimular imperfecciones, suavizar la piel o cambiar el tono de cabello. Por muy extraño que parezca, es un hecho que poco a poco ha consumido a las redes sociales, ya que son en éstas donde se suelen compartir fotos y vídeos por sus usuarios. Instagram, por otro lado, es quien lidera la competencia entre el cúmulo de sitios web para compartir multimedia; además, esta aplicación— al ser gratuita—resulta ser de fácil acceso.

Filtros de belleza: Lo extraordinario de cumplir con un estándar

Por supuesto que no vamos a desacreditar dicha aplicación, menos porque es una herramienta bastante útil para hacerse conocido, emprender algún negocio o compartir información recreativa.

Sin embargo, ¿a qué extremo hemos llegado para materializar la perfección en una simple fotografía? ¿Por qué es grave tergiversar la naturalidad del ser humano?

La respuesta a lo anterior es que, al ser una aplicación de libre acceso, no medimos la cantidad de información e imágenes que pueden llegar a las manos equivocadas. En otras palabras, los infantes son curiosos y el Internet no es exactamente restrictivo o difícil de usar paras las nuevas generaciones.

Derivado de lo anterior, todavía no percibimos lo grave que puede resultar categorizar el cómo debe lucir tu piel, cabello, cuerpo o color de ojos y mucho menos a quién le puede llegar esa información.

Sin duda, hace falta comprender que los estándares de belleza fueron creados por gustos personales que han ido, eventualmente, adquiriendo mayor importancia. Pero hablemos claro, no necesitamos cumplir con el arquetipo de perfección de belleza de nadie; y los niños y niñas deberían ser informados de ello. Que aprendan lo que algunas generaciones no hicimos a su tiempo y evitar el desequilibrio que existe en cuanto a cumplir con un estándar se refiere.

Pieles más reales: Filter Drop

En Inglaterra, Sasha Pallari—maquilladora profesional—adquirió popularidad al hacer mención de los retoques excesivos que usan los influenciadores en sus redes sociales, demostrando una mentira ideal sobre la piel, la perfección y estándares de belleza imposibles de cumplir.

Su intención—y el de la campaña—es demostrar una piel más real en redes sociales, siendo Instagram una de ellas.

Mírame, así soy yo

Hacer uso de filtros, quizá, no debería ser como tal prohibido, sin embargo, sí se debería controlar el uso desmedido de una belleza que no existe y estar totalmente conscientes de ello.

Está en nuestra propia confianza, autoestima y concientización abrazar nuestros defectos y comprender que ser perfecto no es cuestión de cumplir con ideales superficiales, sino de decir: Mírame. Uso filtros, me divierto, pero sé que soy mucho más que esto.

Fomentemos un equilibrio en el que tener una piel real e imperfecta jamás pase de moda. Que el ser imperfectos, nos vuelve exactamente perfectos, porque somos humanos.

Porque somos diferentes y únicos a nuestra manera.

Por Lizbeth Chavira Ortiz

Actualmente no es extraño observar fotos con algunos retoques, desde disimular imperfecciones, suavizar la piel o cambiar el tono de cabello. Por muy extraño que parezca, es un hecho que poco a poco ha consumido a las redes sociales, ya que son en éstas donde se suelen compartir fotos y vídeos por sus usuarios. Instagram, por otro lado, es quien lidera la competencia entre el cúmulo de sitios web para compartir multimedia; además, esta aplicación— al ser gratuita—resulta ser de fácil acceso.

Filtros de belleza: Lo extraordinario de cumplir con un estándar

Por supuesto que no vamos a desacreditar dicha aplicación, menos porque es una herramienta bastante útil para hacerse conocido, emprender algún negocio o compartir información recreativa.

Sin embargo, ¿a qué extremo hemos llegado para materializar la perfección en una simple fotografía? ¿Por qué es grave tergiversar la naturalidad del ser humano?

La respuesta a lo anterior es que, al ser una aplicación de libre acceso, no medimos la cantidad de información e imágenes que pueden llegar a las manos equivocadas. En otras palabras, los infantes son curiosos y el Internet no es exactamente restrictivo o difícil de usar paras las nuevas generaciones.

Derivado de lo anterior, todavía no percibimos lo grave que puede resultar categorizar el cómo debe lucir tu piel, cabello, cuerpo o color de ojos y mucho menos a quién le puede llegar esa información.

Sin duda, hace falta comprender que los estándares de belleza fueron creados por gustos personales que han ido, eventualmente, adquiriendo mayor importancia. Pero hablemos claro, no necesitamos cumplir con el arquetipo de perfección de belleza de nadie; y los niños y niñas deberían ser informados de ello. Que aprendan lo que algunas generaciones no hicimos a su tiempo y evitar el desequilibrio que existe en cuanto a cumplir con un estándar se refiere.

Pieles más reales: Filter Drop

En Inglaterra, Sasha Pallari—maquilladora profesional—adquirió popularidad al hacer mención de los retoques excesivos que usan los influenciadores en sus redes sociales, demostrando una mentira ideal sobre la piel, la perfección y estándares de belleza imposibles de cumplir.

Su intención—y el de la campaña—es demostrar una piel más real en redes sociales, siendo Instagram una de ellas.

Mírame, así soy yo

Hacer uso de filtros, quizá, no debería ser como tal prohibido, sin embargo, sí se debería controlar el uso desmedido de una belleza que no existe y estar totalmente conscientes de ello.

Está en nuestra propia confianza, autoestima y concientización abrazar nuestros defectos y comprender que ser perfecto no es cuestión de cumplir con ideales superficiales, sino de decir: Mírame. Uso filtros, me divierto, pero sé que soy mucho más que esto.

Fomentemos un equilibrio en el que tener una piel real e imperfecta jamás pase de moda. Que el ser imperfectos, nos vuelve exactamente perfectos, porque somos humanos.

Porque somos diferentes y únicos a nuestra manera.