/ viernes 7 de agosto de 2020

La 4T barre la corrupción con dos escobas diferentes

Dos escobas diferentes para “barrer” la corrupción son las que se utilizan en Palacio Nacional; por un lado, hay una persecución voraz en contra de exfuncionarios federales y empresarios que da el mensaje claro del presidente, beneficios y protección solo para los que están conmigo.


Pero por otra, y lo grave de este tema, es que cuando se han evidenciado casos de corrupción comprobada, como el del hijo de Manuel Bartlett, que le vendió respiradores a la 4T embolsándose irregularmente más de 168 millones de pesos, simplemente se le da carpetazo al asunto y los culpables no reciben sanción ejemplar.


Esa ambigüedad denota en el presidente la necesidad ventajosa de sacar raja político-electoral todo el tiempo, por diferentes vías; en nuestro caso, como empresarios recibimos ataques como sector, una cacería de brujas que inició argumentando que todos estabamos acostumbrados a robar, a realizar actividades ilegales para enriquecerse de los dineros del pueblo.


Pero, qué pasa con quienes hemos batallado siempre, quienes hemos pagado impuestos puntualmente, quienes sí queremos hacer las cosas bien para que nos vaya bien; considero trascendental que la ciudadanía sepa que los empresarios COPARMEX generamos empleos, que con nuestros impuestos también se hacen grandes obras y que no por unos cuantos se sirvieron con la cuchara grande todos tenemos que pagar los platos rotos.


Una de nuestras líneas de acción va encaminada a que la corrupción sea erradicada del gobierno con una sola escoba, pues es un lastre que venimos cargado desde hace décadas y ha generado dispendio de lo que el pueblo aporta para su propio bienestar; desafortunadamente estas actividades se sigue reproduciendo.


Es avergonzante para los mexicanos que nuestro gobierno asigne más del 70% de los contratos de obra pública, servicios o productos de proveeduría para el Estado, sin ser concursados, es decir sin licitación, una carta abierta para la ilegalidad.


Pero me cuestiono ¿por qué los malos manejos, las licitaciones irregulares y la contratación de personal de la 4T con amplio historial corrupto no son perseguidos de la misma manera, medidos pues con la misma vara?, entonces entendemos que tenemos un presidente que beneficia a unos, ataca a otros y afecta al pueblo.


Sí, aplaudimos que los dos casos emblemáticos que siguen vigentes, me refiero al caso Duarte y al caso Lozoya, se resuelvan a favor de restituir lo robado al erario, pero exigimos también que se les aplique la ley conforme a sus propios actos, caiga quien caiga, así sean expresidentes que por décadas se han sentido protegidos por el solo hecho de haber sido mandatarios de la Nación.


En ese mismo sentido, no vemos con buenos ojos que para que caigan las cabezas grandes de los indiscriminados desfalcos que ambos personajes provocaron se negocie la reducción de penas o la devolución de algunas propiedades a su beneficio; la ley es clara y debe ser aplicada igual para todos los mexicanos.


Entendemos pues que la gran mentira de la 4T es que “en nuestro gobierno ya no hay corrupción”, frase que se suma a un listado de engaños hacia los mexicanos, que datan desde la campaña del ahora presidente, cuando espetaba: “vamos a regresar al ejército a sus cuarteles”, “vamos a poner fin a la ‘guerra’ de Calderón” y “primero los pobres”, nada de eso ha sido cierto.


Creo que ustedes como yo tenemos una gran duda: ¿A caso el gobierno actuará contundentemente en algún momento en contra los expresidentes? o ¿es un as bajo la manga para intimidar a sus antecesores en el momento indicado para reducir los movimientos políticos que podrían hacerle frente en las próximas elecciones?, la duda está en el aire.


Sinembargo lo que sí sabemos es que cuando las cosas se hacen bien, se nota; es el caso de Chihuahua, estado que según nuestra encuesta #DataCoparmex, se ha mantenido por dos años consecutivos en el primer lugar nacional como la entidad en donde los empresarios han experimentado menos casos de corrupción, logro de la actual administración estatal cuya bandera de acción ha sido erradicar actos irregulares en el quehacer público. Ahí tiene la muestra señor presidente.


Ya para rematar este escrito sabemos es evidente que a este personaje le resultó muy positivo ostentarse como un político incapaz de cometer siquiera un acto de corrupción, pero le expreso lo siguiente: esa imagen santurrona no le garantiza una patente eterna.



Dos escobas diferentes para “barrer” la corrupción son las que se utilizan en Palacio Nacional; por un lado, hay una persecución voraz en contra de exfuncionarios federales y empresarios que da el mensaje claro del presidente, beneficios y protección solo para los que están conmigo.


Pero por otra, y lo grave de este tema, es que cuando se han evidenciado casos de corrupción comprobada, como el del hijo de Manuel Bartlett, que le vendió respiradores a la 4T embolsándose irregularmente más de 168 millones de pesos, simplemente se le da carpetazo al asunto y los culpables no reciben sanción ejemplar.


Esa ambigüedad denota en el presidente la necesidad ventajosa de sacar raja político-electoral todo el tiempo, por diferentes vías; en nuestro caso, como empresarios recibimos ataques como sector, una cacería de brujas que inició argumentando que todos estabamos acostumbrados a robar, a realizar actividades ilegales para enriquecerse de los dineros del pueblo.


Pero, qué pasa con quienes hemos batallado siempre, quienes hemos pagado impuestos puntualmente, quienes sí queremos hacer las cosas bien para que nos vaya bien; considero trascendental que la ciudadanía sepa que los empresarios COPARMEX generamos empleos, que con nuestros impuestos también se hacen grandes obras y que no por unos cuantos se sirvieron con la cuchara grande todos tenemos que pagar los platos rotos.


Una de nuestras líneas de acción va encaminada a que la corrupción sea erradicada del gobierno con una sola escoba, pues es un lastre que venimos cargado desde hace décadas y ha generado dispendio de lo que el pueblo aporta para su propio bienestar; desafortunadamente estas actividades se sigue reproduciendo.


Es avergonzante para los mexicanos que nuestro gobierno asigne más del 70% de los contratos de obra pública, servicios o productos de proveeduría para el Estado, sin ser concursados, es decir sin licitación, una carta abierta para la ilegalidad.


Pero me cuestiono ¿por qué los malos manejos, las licitaciones irregulares y la contratación de personal de la 4T con amplio historial corrupto no son perseguidos de la misma manera, medidos pues con la misma vara?, entonces entendemos que tenemos un presidente que beneficia a unos, ataca a otros y afecta al pueblo.


Sí, aplaudimos que los dos casos emblemáticos que siguen vigentes, me refiero al caso Duarte y al caso Lozoya, se resuelvan a favor de restituir lo robado al erario, pero exigimos también que se les aplique la ley conforme a sus propios actos, caiga quien caiga, así sean expresidentes que por décadas se han sentido protegidos por el solo hecho de haber sido mandatarios de la Nación.


En ese mismo sentido, no vemos con buenos ojos que para que caigan las cabezas grandes de los indiscriminados desfalcos que ambos personajes provocaron se negocie la reducción de penas o la devolución de algunas propiedades a su beneficio; la ley es clara y debe ser aplicada igual para todos los mexicanos.


Entendemos pues que la gran mentira de la 4T es que “en nuestro gobierno ya no hay corrupción”, frase que se suma a un listado de engaños hacia los mexicanos, que datan desde la campaña del ahora presidente, cuando espetaba: “vamos a regresar al ejército a sus cuarteles”, “vamos a poner fin a la ‘guerra’ de Calderón” y “primero los pobres”, nada de eso ha sido cierto.


Creo que ustedes como yo tenemos una gran duda: ¿A caso el gobierno actuará contundentemente en algún momento en contra los expresidentes? o ¿es un as bajo la manga para intimidar a sus antecesores en el momento indicado para reducir los movimientos políticos que podrían hacerle frente en las próximas elecciones?, la duda está en el aire.


Sinembargo lo que sí sabemos es que cuando las cosas se hacen bien, se nota; es el caso de Chihuahua, estado que según nuestra encuesta #DataCoparmex, se ha mantenido por dos años consecutivos en el primer lugar nacional como la entidad en donde los empresarios han experimentado menos casos de corrupción, logro de la actual administración estatal cuya bandera de acción ha sido erradicar actos irregulares en el quehacer público. Ahí tiene la muestra señor presidente.


Ya para rematar este escrito sabemos es evidente que a este personaje le resultó muy positivo ostentarse como un político incapaz de cometer siquiera un acto de corrupción, pero le expreso lo siguiente: esa imagen santurrona no le garantiza una patente eterna.