/ jueves 12 de noviembre de 2020

La agenda económica de Biden


Después de una reñida ronda electoral, Biden se apunta como el presidente electo y sólo queda esperar la formalización del reconocimiento. Por otro lado, los demócratas mantienen el liderazgo en el congreso, mientras que el liderazgo del Senado está actualmente en el limbo. El tener el control de ambas cámaras sin lugar a dudas acelerará la agenda de Biden.

Uno de los ejes que tendrá un giro más amplio será sin lugar a dudas el económico. Se esperan grandes cambios.

En el rubro del empleo su plan es el de recuperar la mayor cantidad de empleos. El impacto de la pandemia fue de 22 millones de empleos perdidos. Con la reapertura se han recuperado un poco más de 9 millones y su plan es el de recuperar 10 millones de empleos más tan sólo en el área de energías limpias, para lo cual establecerá un plan de inversión de 400 mil millones de dólares para los siguientes 10 años en investigación e innovación energética y climática.

En lo relacionado a impuestos, Biden cargará la mano a los ricos y revertirá muchos de los beneficios que otorgó Trump a este sector y canalizará estos fondos al financiamiento de sus planes climáticos, educativos y de salud. Para ello, una de las políticas hacendarias que propondrá será la de aumentar la tasa corporativa hasta en un 28%. Su idea es ir a una política fiscal donde los trabajadores no paguen más impuestos que las grandes corporaciones.

Otra iniciativa que está en su agenda es la de apoyar a las pequeñas empresas, para lo cual invertirá 30 mil millones de dólares y autorizará préstamos más dóciles para los pequeños negocios que estén en problemas.

En relación al salario mínimo tiene el plan de incrementarlo de 7.25 dólares a 15 dólares.

En lo que compete a las relaciones comerciales, Biden seguirá apoyando el Nuevo Tratado comercial con México, pues está de acuerdo con las mejoras en el ámbito laboral que se incluyeron. Con China su postura será de emigrar de considerar a China como un enemigo y darle un trato de competidor concentrándose en frenar los abusos comerciales.

Las relaciones diplomáticas con México no estarán basadas en la relación de los dos presidentes, sino de las instituciones. La capacidad de Ebrad, secretario de Relaciones Exteriores, será crucial en esta nueva etapa. La relación comercial ya no será tan extorsiva y se concentrará en el cumplimiento del tratado vigente. La política migratoria de Biden pretende otorgar visas temporales para trabajos donde la mano de obra es escasa y otorgar residencia a quienes tienen mucho tiempo viviendo en Estados Unidos, tendrá un impacto favorable en el incremento de las remesas.

La suerte está echada.







Después de una reñida ronda electoral, Biden se apunta como el presidente electo y sólo queda esperar la formalización del reconocimiento. Por otro lado, los demócratas mantienen el liderazgo en el congreso, mientras que el liderazgo del Senado está actualmente en el limbo. El tener el control de ambas cámaras sin lugar a dudas acelerará la agenda de Biden.

Uno de los ejes que tendrá un giro más amplio será sin lugar a dudas el económico. Se esperan grandes cambios.

En el rubro del empleo su plan es el de recuperar la mayor cantidad de empleos. El impacto de la pandemia fue de 22 millones de empleos perdidos. Con la reapertura se han recuperado un poco más de 9 millones y su plan es el de recuperar 10 millones de empleos más tan sólo en el área de energías limpias, para lo cual establecerá un plan de inversión de 400 mil millones de dólares para los siguientes 10 años en investigación e innovación energética y climática.

En lo relacionado a impuestos, Biden cargará la mano a los ricos y revertirá muchos de los beneficios que otorgó Trump a este sector y canalizará estos fondos al financiamiento de sus planes climáticos, educativos y de salud. Para ello, una de las políticas hacendarias que propondrá será la de aumentar la tasa corporativa hasta en un 28%. Su idea es ir a una política fiscal donde los trabajadores no paguen más impuestos que las grandes corporaciones.

Otra iniciativa que está en su agenda es la de apoyar a las pequeñas empresas, para lo cual invertirá 30 mil millones de dólares y autorizará préstamos más dóciles para los pequeños negocios que estén en problemas.

En relación al salario mínimo tiene el plan de incrementarlo de 7.25 dólares a 15 dólares.

En lo que compete a las relaciones comerciales, Biden seguirá apoyando el Nuevo Tratado comercial con México, pues está de acuerdo con las mejoras en el ámbito laboral que se incluyeron. Con China su postura será de emigrar de considerar a China como un enemigo y darle un trato de competidor concentrándose en frenar los abusos comerciales.

Las relaciones diplomáticas con México no estarán basadas en la relación de los dos presidentes, sino de las instituciones. La capacidad de Ebrad, secretario de Relaciones Exteriores, será crucial en esta nueva etapa. La relación comercial ya no será tan extorsiva y se concentrará en el cumplimiento del tratado vigente. La política migratoria de Biden pretende otorgar visas temporales para trabajos donde la mano de obra es escasa y otorgar residencia a quienes tienen mucho tiempo viviendo en Estados Unidos, tendrá un impacto favorable en el incremento de las remesas.

La suerte está echada.