/ jueves 23 de noviembre de 2017

La amenaza de otros frentes en el Frente Ciudadano

Las encuestas recientes colocan la opción del Frente Ciudadano como la más favorecida por los electores, aunque con poca ventaja con el hasta ahora único candidato presidencial seguro: Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo la postulación de los candidatos del Frente Ciudadano se puede complicar con la aparición de otros frentes en los tres partidos que lo integran: PAN, PRD y MC. Los consejos nacionales de Acción Nacional y de Movimiento Ciudadano aprobaron su alianza para el 2018, mientras que en el PRD quedó pendiente la resolución de sus consejeros.

En una reunión insólita tres precandidatos para la Presidencia de la República intercambiaron puntos de vista: Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Miguel Ángel Mancera. La intención fue presionar al frente para que especifique el método de la selección de su candidato presidencial, en la que podría estar incluido cualquier ciudadano, inclusive la expanista.

Tal y como lo vaticinaban algunos especialistas el frente podría durar hasta que se decidan las candidaturas debido a las ambiciones legítimas o no de algunos aspirantes, sobre todo para ser postulado para la Presidencia de la República.

Los disidentes o inconformes tratarían de formar su propio frente, como lo intentó Margarita Zavala en el PAN, al cual renunció para ser candidata independiente. La estructura panista está controlada por Ricardo Anaya, el cual parece ser que será la propuesta del partido para el frente.

Es en el PRD donde se vislumbra la creación de otros frentes si no es nominado su candidato presidencial o no los satisfacen las posiciones asignadas. Además una buena parte de los perredistas optaría mejor por una alianza con Morena y así apostarle de nuevo a quien ha sido dos veces su candidato presidencial.

La opción de un candidato ciudadano aunque no ha sido desechada por el frente tampoco ha sido ratificada pues las dirigencias de los tres partidos han postergado definir las reglas para las candidaturas y menos para los precandidatos presidenciales.

El Frente Ciudadano tiene una buena posición pues gobierna la mitad de las entidades federativas del país y 16 capitales de estados, como la Ciudad de México y Guadalajara. En alianza el PAN y el PRD obtuvieron cuatro gubernaturas en el 2016: Nayarit, Durango, Veracruz y Quintana Roo.

El PAN por sí solo es gobierno en ocho entidades: Chihuahua, Baja California, Baja California Sur, Tamaulipas, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y Puebla. El PRD por su parte lo es en la Ciudad de México, Morelos, Michoacán y Tabasco.

La contraparte, el PRI, gobierna en la otra mitad de la república, o sea en 16 estados. Morena aunque no ha logrado una gubernatura cuenta con su líder nacional como el candidato más conocido y estuvo a punto de triunfar este año en el Estado de México.

Ahora bien, el hecho de que alguno de estos partidos gobierne un estado no significa que sus habitantes lo apoyarán en los comicios del año entrante pues ello dependerá de cómo hayan ejercido el poder y cuáles sean sus propuestas electorales.

El frente requiere demostrar en los hechos que es realmente una opción ciudadana y democrática, sobre todo al elegir a sus candidatos. Esta será la prueba de fuego de esta coalición si desea evitar más deserciones o divisiones en sus filas partidistas así como contar con el apoyo de la mayoría de las organizaciones civiles del país.

El problema es complejo y requerirá sobre todo la voluntad política de sus dirigentes de sacrificar sus aspiraciones personales para lograr la victoria. Al menos esa fue la promesa de Anaya, Barrales y Dante cuando anunciaron la creación del Frente Ciudadano.

El gran riesgo es que al frente le surjan otros frentes que lo minen y favorezcan a sus oponentes, lo cual es usual en la política mexicana. Tal y como lo comenté en un artículo anterior, sería negativo para el país que no fructificara la que podría ser la alternativa más democrática o menos mala para el 2018.

Las encuestas recientes colocan la opción del Frente Ciudadano como la más favorecida por los electores, aunque con poca ventaja con el hasta ahora único candidato presidencial seguro: Andrés Manuel López Obrador.

Sin embargo la postulación de los candidatos del Frente Ciudadano se puede complicar con la aparición de otros frentes en los tres partidos que lo integran: PAN, PRD y MC. Los consejos nacionales de Acción Nacional y de Movimiento Ciudadano aprobaron su alianza para el 2018, mientras que en el PRD quedó pendiente la resolución de sus consejeros.

En una reunión insólita tres precandidatos para la Presidencia de la República intercambiaron puntos de vista: Margarita Zavala, Rafael Moreno Valle y Miguel Ángel Mancera. La intención fue presionar al frente para que especifique el método de la selección de su candidato presidencial, en la que podría estar incluido cualquier ciudadano, inclusive la expanista.

Tal y como lo vaticinaban algunos especialistas el frente podría durar hasta que se decidan las candidaturas debido a las ambiciones legítimas o no de algunos aspirantes, sobre todo para ser postulado para la Presidencia de la República.

Los disidentes o inconformes tratarían de formar su propio frente, como lo intentó Margarita Zavala en el PAN, al cual renunció para ser candidata independiente. La estructura panista está controlada por Ricardo Anaya, el cual parece ser que será la propuesta del partido para el frente.

Es en el PRD donde se vislumbra la creación de otros frentes si no es nominado su candidato presidencial o no los satisfacen las posiciones asignadas. Además una buena parte de los perredistas optaría mejor por una alianza con Morena y así apostarle de nuevo a quien ha sido dos veces su candidato presidencial.

La opción de un candidato ciudadano aunque no ha sido desechada por el frente tampoco ha sido ratificada pues las dirigencias de los tres partidos han postergado definir las reglas para las candidaturas y menos para los precandidatos presidenciales.

El Frente Ciudadano tiene una buena posición pues gobierna la mitad de las entidades federativas del país y 16 capitales de estados, como la Ciudad de México y Guadalajara. En alianza el PAN y el PRD obtuvieron cuatro gubernaturas en el 2016: Nayarit, Durango, Veracruz y Quintana Roo.

El PAN por sí solo es gobierno en ocho entidades: Chihuahua, Baja California, Baja California Sur, Tamaulipas, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro y Puebla. El PRD por su parte lo es en la Ciudad de México, Morelos, Michoacán y Tabasco.

La contraparte, el PRI, gobierna en la otra mitad de la república, o sea en 16 estados. Morena aunque no ha logrado una gubernatura cuenta con su líder nacional como el candidato más conocido y estuvo a punto de triunfar este año en el Estado de México.

Ahora bien, el hecho de que alguno de estos partidos gobierne un estado no significa que sus habitantes lo apoyarán en los comicios del año entrante pues ello dependerá de cómo hayan ejercido el poder y cuáles sean sus propuestas electorales.

El frente requiere demostrar en los hechos que es realmente una opción ciudadana y democrática, sobre todo al elegir a sus candidatos. Esta será la prueba de fuego de esta coalición si desea evitar más deserciones o divisiones en sus filas partidistas así como contar con el apoyo de la mayoría de las organizaciones civiles del país.

El problema es complejo y requerirá sobre todo la voluntad política de sus dirigentes de sacrificar sus aspiraciones personales para lograr la victoria. Al menos esa fue la promesa de Anaya, Barrales y Dante cuando anunciaron la creación del Frente Ciudadano.

El gran riesgo es que al frente le surjan otros frentes que lo minen y favorezcan a sus oponentes, lo cual es usual en la política mexicana. Tal y como lo comenté en un artículo anterior, sería negativo para el país que no fructificara la que podría ser la alternativa más democrática o menos mala para el 2018.