/ jueves 29 de marzo de 2018

La autopromoción del presidente de la República

A pocos meses de que se despida del principal puesto del Gobierno de la República, Enrique Peña Nieto sigue promocionándose, principalmente a través de la TV, en la que aparecen miles de spots, unos de ellos proclamaban que “lo bueno cuenta y cuenta mucho” y que recientemente fueron cambiados por otros que dicen que “lo bueno cuenta y queremos que siga contando”, lo cual significa que pretende que quien lo sustituya en el cargo sea de su partido y “le cubra las espaldas” y así no sea “llamado a cuentas”, inclusive, llevado a prisión por los gastos que realizó, como la “casa blanca” de Las Lomas, y muchísimas propiedades más, que nada beneficiaron a los mexicanos, sobre todo a los más pobres, los que carecen de lo suficiente para acceder a una alimentación suficiente y adecuada, que viven en chozas con techos de lámina y paredes de tabla, plásticos y cartón en los que no hay servicios de agua, luz, drenaje ni gas. Como lo he comentado con anterioridad, más del 50% de los mexicanos viven en situación de pobreza, muchos de ellos en pobreza alimentaria; ellos sólo son tomados en cuenta durante los periodos electorales, pues significan votos baratos que se compran con algunos pesos o una despensa que sólo durará a lo sumo una semana para una familia compuesta por cinco o seis miembros.

Recientemente empezaron a aparecer unos spots, también a través de la TV, que aparecen cuatro o cinco veces en una hora con tres imágenes, primero al derecho y después al revés y se comenta que “aunque parezca que están al revés, la realidad es que están al derecho”, dan una corta explicación y culmina el spot con la afirmación de que el responsable es el “Gobierno de la República”. Ha de implicar un enorme gasto la producción y propagación de dichos spots que tratan de favorecer la imagen del presidente que ya está a menos de un año de dejar su cargo y que, según las estadísticas comparado con el fin del sexenio de todos los presidentes desde que se llevan las estadísticas, es quien tiene un menor índice de aceptación; dicen que menos de un 25% de los mexicanos con credencial para votar están de acuerdo con su trabajo como jefe máximo de la nación.

Lamentablemente, así es la política en nuestro país; en una colaboración anterior, intitulada “Política y politiquería”, comentaba que en tiempos de precampaña y de campaña electoral, todos los aspirantes a algún puesto de elección popular, principalmente la Presidencia de la República, gubernatura de los estados y de la Ciudad de México, ofrecen que de llegar al puesto por el que están contendiendo mejorarán el país o a su estado, según se trate; y harán hasta lo imposible por mejorar las condiciones de las demarcaciones por las que están compitiendo. Desafortunadamente, la experiencia nos ha demostrado que esa no es la realidad.

Refiriéndome al título de esta colaboración, pienso que Peña Nieto debe aceptar la situación en la que se encuentra y no seguir haciendo campaña a favor de los candidatos de su partido.


A pocos meses de que se despida del principal puesto del Gobierno de la República, Enrique Peña Nieto sigue promocionándose, principalmente a través de la TV, en la que aparecen miles de spots, unos de ellos proclamaban que “lo bueno cuenta y cuenta mucho” y que recientemente fueron cambiados por otros que dicen que “lo bueno cuenta y queremos que siga contando”, lo cual significa que pretende que quien lo sustituya en el cargo sea de su partido y “le cubra las espaldas” y así no sea “llamado a cuentas”, inclusive, llevado a prisión por los gastos que realizó, como la “casa blanca” de Las Lomas, y muchísimas propiedades más, que nada beneficiaron a los mexicanos, sobre todo a los más pobres, los que carecen de lo suficiente para acceder a una alimentación suficiente y adecuada, que viven en chozas con techos de lámina y paredes de tabla, plásticos y cartón en los que no hay servicios de agua, luz, drenaje ni gas. Como lo he comentado con anterioridad, más del 50% de los mexicanos viven en situación de pobreza, muchos de ellos en pobreza alimentaria; ellos sólo son tomados en cuenta durante los periodos electorales, pues significan votos baratos que se compran con algunos pesos o una despensa que sólo durará a lo sumo una semana para una familia compuesta por cinco o seis miembros.

Recientemente empezaron a aparecer unos spots, también a través de la TV, que aparecen cuatro o cinco veces en una hora con tres imágenes, primero al derecho y después al revés y se comenta que “aunque parezca que están al revés, la realidad es que están al derecho”, dan una corta explicación y culmina el spot con la afirmación de que el responsable es el “Gobierno de la República”. Ha de implicar un enorme gasto la producción y propagación de dichos spots que tratan de favorecer la imagen del presidente que ya está a menos de un año de dejar su cargo y que, según las estadísticas comparado con el fin del sexenio de todos los presidentes desde que se llevan las estadísticas, es quien tiene un menor índice de aceptación; dicen que menos de un 25% de los mexicanos con credencial para votar están de acuerdo con su trabajo como jefe máximo de la nación.

Lamentablemente, así es la política en nuestro país; en una colaboración anterior, intitulada “Política y politiquería”, comentaba que en tiempos de precampaña y de campaña electoral, todos los aspirantes a algún puesto de elección popular, principalmente la Presidencia de la República, gubernatura de los estados y de la Ciudad de México, ofrecen que de llegar al puesto por el que están contendiendo mejorarán el país o a su estado, según se trate; y harán hasta lo imposible por mejorar las condiciones de las demarcaciones por las que están compitiendo. Desafortunadamente, la experiencia nos ha demostrado que esa no es la realidad.

Refiriéndome al título de esta colaboración, pienso que Peña Nieto debe aceptar la situación en la que se encuentra y no seguir haciendo campaña a favor de los candidatos de su partido.