/ viernes 8 de marzo de 2019

La caja de Pandora

¿Un liderazgo cruel y peligroso?


Indiscutiblemente que no es el león como lo pintan. Y es que pese a la excelente relación que parece que tendieron los nuevos dirigentes de los hombres de negocios del país, con Carlos Salazar Lomelín, a la cabeza del Consejo Coordinador Empresarial, la realidad es que hay una profunda inquietud en el sector empresarial base que tienen fundado temor con el giro que está tomado el gobierno bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador.

El nuevo presidente del Consejo Coordinador Empresarial inició sus funciones solicitando una alianza entre el sector público y el privado y advirtió que no hay ninguna nación en el mundo que haya logrado subir meteóricamente el ingreso per cápita de los ciudadanos, ni tampoco rescatar de la pobreza a los marginados así como que haya experimentado un acelerado crecimiento económico ni un eficiente desarrollo social, educativo y cultural que no haya trabajado previamente un pacto un pacto de eficiencia máxima entre el gobierno y el sector productivo.

Indudablemente que las intenciones de Carlos Salazar son inmejorables y sobre todo que llaman a la cordura, a la unidad y al trabajo a todos, mujeres y hombres públicos y privados, es decir llama a transformar a México en el País de Morena y las Maravillas.

Quizá el nuevo líder de los empresarios no sabe del manejo, digamos ya no del presidente, aunque es difícil que un gobernante no esté enterado de su entorno, sino de su partido o de sus colaboradores y de las intenciones de éstos, cuando en este ámbito las órdenes se acatan, no se discuten, ni se cuestionan.

Entonces está claro con los abucheos, chiflidos y otro tipo de manifestaciones en contra de los gobernadores de los estados, que es preferencial para el sector oficial consolidar el liderazgo del presidente con la presunta devaluación de los mandatarios estatales con los abucheos y presuntos rechazos de los asistentes a las concentraciones presidenciales que, buscar una unidad que a todas luces y por lo pronto se ve imposible de que se dé y más, por el enardecimiento de la gente que básicamente se cultiva en cada evento presidencial.

Ojalá y que esos personajes que hasta agarran verdaderas actitudes hostiles en sus manifestaciones de rechazo a los gobernadores, no vayan a ser los primeros que encabecen las filas para mendingar alimentos si a López Obrador le resulta un Estado fallido que, desde luego nadie deseamos, pero que desgraciadamente puede suceder.

Por cierto no se puede dejar de ver la satisfacción en la cara del presidente, cuando después, como en el caso de Manzanillo, Colima, el mandatario acude presuroso al rescate del gobernador, quien valiente había increpado a los asistentes al mitin y los hace, como a niños de primaria que levanten la mano los que van a seguir molestando al gobernador y nadie la levanta y enseguida pide también que levanten la mano quienes ya no van a molestarlo y todos la levantan. ¿Un liderazgo cruel y peligroso?


¿Un liderazgo cruel y peligroso?


Indiscutiblemente que no es el león como lo pintan. Y es que pese a la excelente relación que parece que tendieron los nuevos dirigentes de los hombres de negocios del país, con Carlos Salazar Lomelín, a la cabeza del Consejo Coordinador Empresarial, la realidad es que hay una profunda inquietud en el sector empresarial base que tienen fundado temor con el giro que está tomado el gobierno bajo la presidencia de Andrés Manuel López Obrador.

El nuevo presidente del Consejo Coordinador Empresarial inició sus funciones solicitando una alianza entre el sector público y el privado y advirtió que no hay ninguna nación en el mundo que haya logrado subir meteóricamente el ingreso per cápita de los ciudadanos, ni tampoco rescatar de la pobreza a los marginados así como que haya experimentado un acelerado crecimiento económico ni un eficiente desarrollo social, educativo y cultural que no haya trabajado previamente un pacto un pacto de eficiencia máxima entre el gobierno y el sector productivo.

Indudablemente que las intenciones de Carlos Salazar son inmejorables y sobre todo que llaman a la cordura, a la unidad y al trabajo a todos, mujeres y hombres públicos y privados, es decir llama a transformar a México en el País de Morena y las Maravillas.

Quizá el nuevo líder de los empresarios no sabe del manejo, digamos ya no del presidente, aunque es difícil que un gobernante no esté enterado de su entorno, sino de su partido o de sus colaboradores y de las intenciones de éstos, cuando en este ámbito las órdenes se acatan, no se discuten, ni se cuestionan.

Entonces está claro con los abucheos, chiflidos y otro tipo de manifestaciones en contra de los gobernadores de los estados, que es preferencial para el sector oficial consolidar el liderazgo del presidente con la presunta devaluación de los mandatarios estatales con los abucheos y presuntos rechazos de los asistentes a las concentraciones presidenciales que, buscar una unidad que a todas luces y por lo pronto se ve imposible de que se dé y más, por el enardecimiento de la gente que básicamente se cultiva en cada evento presidencial.

Ojalá y que esos personajes que hasta agarran verdaderas actitudes hostiles en sus manifestaciones de rechazo a los gobernadores, no vayan a ser los primeros que encabecen las filas para mendingar alimentos si a López Obrador le resulta un Estado fallido que, desde luego nadie deseamos, pero que desgraciadamente puede suceder.

Por cierto no se puede dejar de ver la satisfacción en la cara del presidente, cuando después, como en el caso de Manzanillo, Colima, el mandatario acude presuroso al rescate del gobernador, quien valiente había increpado a los asistentes al mitin y los hace, como a niños de primaria que levanten la mano los que van a seguir molestando al gobernador y nadie la levanta y enseguida pide también que levanten la mano quienes ya no van a molestarlo y todos la levantan. ¿Un liderazgo cruel y peligroso?