/ martes 6 de agosto de 2019

La calidad de vida en Suecia

Ahora, decidí viajar a Suecia para visitar a mi amiga, Mette; me sorprendo de los avances que tienen como nación. El sistema político es de lo más eficiente en el mundo. Todos los derechos están garantizados como la salud, la educación, el trabajo y la libertad de expresión. Resulta asombroso escuchar los beneficios a los que las personas son acreedoras sólo por vivir aquí; debo preguntar si no es broma lo que me dicen. Hace años que estuve aquí, caminé por las calles de Estocolmo y observé al Primer Ministro Göran Persson promover su libro sobre la socialdemocracia. Me acerqué y con sencillez me obsequió un ejemplar autografiado. Fue cuando comencé a entender porqué llamaban a Suecia el paraíso del bienestar, que ha alcanzado un elevado desarrollo económico y de protección social. El Estado es amigo de la sociedad y está a favor de la igualdad universal. Es muy raro escuchar de un político involucrado en un escándalo de corrupción; si eso sucede, inmediatamente renuncia. Las personas son extremadamente educadas y respetuosas hacia los demás. No se juzga a otros por su condición, menos por sus elecciones personales.


Mette dice que si un niño quiere usar falda para ir a la escuela, está bien, los padres lo respetarán; nadie se atreverá a señalarlo, pues es su derecho. Las creencias no imperan, los derechos sí. Hay temas que ya no se debaten, como el aborto. Los infantes aprenden desde maternal a establecer límites para evitar abusos de cualquier tipo, dicen: “stopp min kropp” (alto, es mi cuerpo). Constantemente votan sobre cosas como nombres de mascotas y reglas para enseñarlos a involucrarse y tomar decisiones. Los maestros deben estar altamente calificados académicamente para poder enseñar. Los extendidos permisos de paternidad pagados (460 días) promueven la maternidad y paternidad responsable. Hombres y mujeres tienen exactamente las mismas responsabilidades. La gente se deprime por cosas “graciosas y triviales” para mí. Dos residentes médicos colegas de mi amiga deciden comprar un caballo y compartirlo. Meses después es diagnosticado con diabetes, lo que les provocó tanto estrés que tuvieron que pedir licencia pagada por enfermedad para estabilizarse emocionalmente. Ese es el tipo de estrés que existe aquí, menciona.

Greta, una joven de 16 años, acude al parlamento cada viernes para sensibilizar al mundo respecto al cambio climático; ha logrado inspirar a millones de personas a sumarse esta causa. Esta muchacha dice lo que piensa sin ocultarse y sin importar cuántos callos pueda pisar, y es así que está transformando el mundo. La mamá de Mette decidió unirse al movimiento y acude cada viernes a la plaza de su ciudad, tal como ella.

Después de una larga caminata por el bosque para recoger bayas, moras, fresas, frambuesas y arándanos salvajes nos sentamos en una banca para hacer “fika” (tomar café), que más allá de eso, implica tomarse un tiempo para disfrutar el momento. Y de eso se trata, de disfrutar y aprender en cualquier lugar en el que estemos.



Yanez_flor@hotmail.com




Ahora, decidí viajar a Suecia para visitar a mi amiga, Mette; me sorprendo de los avances que tienen como nación. El sistema político es de lo más eficiente en el mundo. Todos los derechos están garantizados como la salud, la educación, el trabajo y la libertad de expresión. Resulta asombroso escuchar los beneficios a los que las personas son acreedoras sólo por vivir aquí; debo preguntar si no es broma lo que me dicen. Hace años que estuve aquí, caminé por las calles de Estocolmo y observé al Primer Ministro Göran Persson promover su libro sobre la socialdemocracia. Me acerqué y con sencillez me obsequió un ejemplar autografiado. Fue cuando comencé a entender porqué llamaban a Suecia el paraíso del bienestar, que ha alcanzado un elevado desarrollo económico y de protección social. El Estado es amigo de la sociedad y está a favor de la igualdad universal. Es muy raro escuchar de un político involucrado en un escándalo de corrupción; si eso sucede, inmediatamente renuncia. Las personas son extremadamente educadas y respetuosas hacia los demás. No se juzga a otros por su condición, menos por sus elecciones personales.


Mette dice que si un niño quiere usar falda para ir a la escuela, está bien, los padres lo respetarán; nadie se atreverá a señalarlo, pues es su derecho. Las creencias no imperan, los derechos sí. Hay temas que ya no se debaten, como el aborto. Los infantes aprenden desde maternal a establecer límites para evitar abusos de cualquier tipo, dicen: “stopp min kropp” (alto, es mi cuerpo). Constantemente votan sobre cosas como nombres de mascotas y reglas para enseñarlos a involucrarse y tomar decisiones. Los maestros deben estar altamente calificados académicamente para poder enseñar. Los extendidos permisos de paternidad pagados (460 días) promueven la maternidad y paternidad responsable. Hombres y mujeres tienen exactamente las mismas responsabilidades. La gente se deprime por cosas “graciosas y triviales” para mí. Dos residentes médicos colegas de mi amiga deciden comprar un caballo y compartirlo. Meses después es diagnosticado con diabetes, lo que les provocó tanto estrés que tuvieron que pedir licencia pagada por enfermedad para estabilizarse emocionalmente. Ese es el tipo de estrés que existe aquí, menciona.

Greta, una joven de 16 años, acude al parlamento cada viernes para sensibilizar al mundo respecto al cambio climático; ha logrado inspirar a millones de personas a sumarse esta causa. Esta muchacha dice lo que piensa sin ocultarse y sin importar cuántos callos pueda pisar, y es así que está transformando el mundo. La mamá de Mette decidió unirse al movimiento y acude cada viernes a la plaza de su ciudad, tal como ella.

Después de una larga caminata por el bosque para recoger bayas, moras, fresas, frambuesas y arándanos salvajes nos sentamos en una banca para hacer “fika” (tomar café), que más allá de eso, implica tomarse un tiempo para disfrutar el momento. Y de eso se trata, de disfrutar y aprender en cualquier lugar en el que estemos.



Yanez_flor@hotmail.com