/ sábado 29 de diciembre de 2018

La casualidad grande y la duda débil

Silvia González

La tragedia de la gobernadora de Puebla y su polémico esposo, el senador Moreno Valle, más otras tres personas que, seguramente, ahorita las estarán llorando, sin publicidad y sin lágrimas, sus madres e hijos, causó escozor en todo el país. La casual casualidad, tan increíble, de que Barbosa, enemigo político de ella durante casi un año, queda con el camino libre para ser gobernador hace vibrar la campanilla de la duda sobre su responsabilidad ante este acontecimiento.

La verdad, como sucede en estos casos, nunca se sabrá. Si fue intencional nos muestra el inicio de un sexenio de excesos de poder que lindan en el terror porque Barbosa era el gran perdedor de los candidatos a gobernadores de su partido, muchos de ellos desconocidos en sus propias identidades llegaron a la gobernatura gracias al fenómeno AMLO, pero él, a pesar de ser de sangre azul en la izquierda y ahora parte importante de Morena, no lo logró. Y el ego, causante de todos nuestros sufrimientos, cuando está herido es ciego y muy peligroso.

Pero si no fue intencional, Barbosa se sacó la lotería, cosa que puede sucederle a cualquiera porque las casualidades existen, como por ejemplo un temblor horas después de un simulacro como sucedió en México, el hundimiento del Titánic, el amor de Cleopatra y Marco Antonio y la conversión al budismo de Gengis Khan.

Así que sólo por estar en las deliciosas vísperas de un año que espero sea pleno para todos nosotros, mis amables lectores, démosle el beneficio de la duda a este accidente, una duda muy débil, pero al fin y al cabo duda.

Que tengamos un año alegre y tan nuevo que en verdad podamos soltar lo viejo para sonreír y amar con plenitud en esta breve estancia por la Tierra. Feliz 2019.

www.silviagonzalez.com.mx


Silvia González

La tragedia de la gobernadora de Puebla y su polémico esposo, el senador Moreno Valle, más otras tres personas que, seguramente, ahorita las estarán llorando, sin publicidad y sin lágrimas, sus madres e hijos, causó escozor en todo el país. La casual casualidad, tan increíble, de que Barbosa, enemigo político de ella durante casi un año, queda con el camino libre para ser gobernador hace vibrar la campanilla de la duda sobre su responsabilidad ante este acontecimiento.

La verdad, como sucede en estos casos, nunca se sabrá. Si fue intencional nos muestra el inicio de un sexenio de excesos de poder que lindan en el terror porque Barbosa era el gran perdedor de los candidatos a gobernadores de su partido, muchos de ellos desconocidos en sus propias identidades llegaron a la gobernatura gracias al fenómeno AMLO, pero él, a pesar de ser de sangre azul en la izquierda y ahora parte importante de Morena, no lo logró. Y el ego, causante de todos nuestros sufrimientos, cuando está herido es ciego y muy peligroso.

Pero si no fue intencional, Barbosa se sacó la lotería, cosa que puede sucederle a cualquiera porque las casualidades existen, como por ejemplo un temblor horas después de un simulacro como sucedió en México, el hundimiento del Titánic, el amor de Cleopatra y Marco Antonio y la conversión al budismo de Gengis Khan.

Así que sólo por estar en las deliciosas vísperas de un año que espero sea pleno para todos nosotros, mis amables lectores, démosle el beneficio de la duda a este accidente, una duda muy débil, pero al fin y al cabo duda.

Que tengamos un año alegre y tan nuevo que en verdad podamos soltar lo viejo para sonreír y amar con plenitud en esta breve estancia por la Tierra. Feliz 2019.

www.silviagonzalez.com.mx