Por: Liliana Ochoa Ortega
La participación de la ciudadanía en la definición en los cómo y los qué que rigen a la sociedad tiene una gran relevancia y esto tiene una gran historia, gracias a la unión y la participación de las personas en temas de interés público es que se ha logrado el promover la garantía de los derechos humanos, el visibilizar las problemáticas que existen en nuestras comunidades más allá de lo que se ve a simple vista.
Basta con observar los movimientos ciudadanos existentes a nivel mundial para encontrar muchas raíces de la actual participación ciudadana y de los modelos de democracia participativa y directa, así como el uso de las herramientas que se ponen a nuestra disposición para poder formar parte del quehacer público.
El tema de la corrupción no es ajeno a ello, las reformas del 2015 que dieron vida al Sistema Anticorrupción y al gran componente ciudadano que lo integra es prueba de ello. Organizaciones de la sociedad civil fueron partícipes y promotores de esta reforma, y un gran logro es la creación del Comité de Participación Ciudadana y darle su lugar en la mesa como la presidencia del Sistema Anticorrupción del Estado de Chihuahua, trabajando de la mano y en el mismo nivel la ciudadanía junto a las instituciones públicas que tienen dentro de sus labores la prevención, detección y sanción de la corrupción.
La participación ciudadana en el Sistema Anticorrupción es un mecanismo institucional a través del cual las y los ciudadanos pueden participar para combatir la corrupción; existen también otros mecanismos por medio de los cuales las personas pueden participar en el combate a la corrupción ya sea de manera individual o grupal.
Hacer uso de las herramientas que tenemos como personas para participar en lo público es fundamental y genera una coparticipación entre las instituciones y la comunidad. Un gran ejemplo de ello es el uso de las plataformas de transparencia y la consulta de la información que se pone a disposición para todos sobre las cuestiones administrativas, los gastos, los sueldos, las licitaciones, convocatorias, entre otras; muchos de los grandes casos de corrupción han podido ser descubiertos gracias al uso de estas herramientas.
Adicional a ello contamos con una Ley de Participación Ciudadana, la cual contiene diferentes instrumentos de participación política y social y que es vital nuestra participación en ellos para ser ciudadanos activos y proactivos fomentando la ética pública y el buen servicio.
Debemos ser miembros activos de nuestras comunidades, esto es fundamental para ir creciendo y fortaleciendo la participación y la actividad en lo público; dejemos de ser sólo observadores y pasemos a ser ciudadanos vigilantes y proactivos. Promovamos las herramientas que tenemos a nuestro alcance y hagamos uso de ellas porque el combate a la corrupción se hace con, para y desde la ciudadanía.
