/ sábado 19 de febrero de 2022

La conservación de los bosques es considerada una estrategia prioritaria en la lucha contra el cambio climático

En la reunión de alto nivel del pasado nueve de febrero celebrada en Palacio Nacional, liderada por el presidente López Obrador y el enviado especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, se tomó un trascendental acuerdo para instalar un Grupo de Alto Nivel de Energías Renovables y Cambio Climático, que involucrará a las principales agencias responsables de estos temas de México y Estados Unidos.

Como resultado principal de esta reunión se definió que este grupo de trabajo abordará cinco ejes principales: impulso a las energías renovables, en el que destaca el fortalecimiento de las cadenas de suministro de energía solar y eólica; la disminución de emisiones de gas metano; el fortalecimiento de programas regionales de reforestación, el combate a la deforestación y el respaldo a soluciones basadas en la naturaleza; la electrificación de medios de transporte; así como avanzar y alcanzar los compromisos adquiridos mediante las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) de cada país.

Considerar dentro de estas estrategias y a ese nivel el desarrollo de programas de reforestación y la reducción de la deforestación, abre una importante área de oportunidad para que nuestro estado participe activamente en este importante programa binacional. La extensa superficie cubierta de bosques y selvas, estimada en 8.2 millones de hectáreas, de las cuales 7.6 corresponden a bosques y 0.6 a selvas, son un recurso natural muy valioso con el que ya contamos y que se debe conservar.

La participación en este tipo de iniciativas o programas, requiere normalmente contar con esquemas de organización claros y sólidos, así como el fortalecimiento y la coordinación de las dependencias de gobierno de los tres niveles. La estrategia que ha mostrado mayor eficacia en la implementación de programas de protección y restauración forestal es la de operarlos a través de organizaciones regionales de productores, en vez de hacerlo de forma individual y aislada en cada predio.

Por ello, es quizá un momento importante para retomar este tipo de esquemas de organización, como el que ya hace varios años se implementó en el estado con el Fideicomiso Chihuahua Forestal, con el cual nuestro estado fue un ejemplo y referente de buena organización del sector forestal a nivel nacional. Se cuenta ya con los antecedentes y la experiencia suficientes para impulsar de nuevo este esquema de organización, que tan buenos resultados dio en su momento, y así aprovechar en todo su potencial las nuevas oportunidades que este tipo de programas traerán.

Si en el sector forestal del estado, que incluye a los técnicos, productores, industriales y dependencias de gobierno se toman a tiempo las decisiones y acciones necesarias para fortalecer su organización, se podrá entonces ser una parte activa en esta y otras iniciativas más que seguramente vendrán como parte de los esfuerzos internacionales para reducir los efectos negativos del cambio climático.


En la reunión de alto nivel del pasado nueve de febrero celebrada en Palacio Nacional, liderada por el presidente López Obrador y el enviado especial de Estados Unidos para el clima, John Kerry, se tomó un trascendental acuerdo para instalar un Grupo de Alto Nivel de Energías Renovables y Cambio Climático, que involucrará a las principales agencias responsables de estos temas de México y Estados Unidos.

Como resultado principal de esta reunión se definió que este grupo de trabajo abordará cinco ejes principales: impulso a las energías renovables, en el que destaca el fortalecimiento de las cadenas de suministro de energía solar y eólica; la disminución de emisiones de gas metano; el fortalecimiento de programas regionales de reforestación, el combate a la deforestación y el respaldo a soluciones basadas en la naturaleza; la electrificación de medios de transporte; así como avanzar y alcanzar los compromisos adquiridos mediante las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC, por sus siglas en inglés) de cada país.

Considerar dentro de estas estrategias y a ese nivel el desarrollo de programas de reforestación y la reducción de la deforestación, abre una importante área de oportunidad para que nuestro estado participe activamente en este importante programa binacional. La extensa superficie cubierta de bosques y selvas, estimada en 8.2 millones de hectáreas, de las cuales 7.6 corresponden a bosques y 0.6 a selvas, son un recurso natural muy valioso con el que ya contamos y que se debe conservar.

La participación en este tipo de iniciativas o programas, requiere normalmente contar con esquemas de organización claros y sólidos, así como el fortalecimiento y la coordinación de las dependencias de gobierno de los tres niveles. La estrategia que ha mostrado mayor eficacia en la implementación de programas de protección y restauración forestal es la de operarlos a través de organizaciones regionales de productores, en vez de hacerlo de forma individual y aislada en cada predio.

Por ello, es quizá un momento importante para retomar este tipo de esquemas de organización, como el que ya hace varios años se implementó en el estado con el Fideicomiso Chihuahua Forestal, con el cual nuestro estado fue un ejemplo y referente de buena organización del sector forestal a nivel nacional. Se cuenta ya con los antecedentes y la experiencia suficientes para impulsar de nuevo este esquema de organización, que tan buenos resultados dio en su momento, y así aprovechar en todo su potencial las nuevas oportunidades que este tipo de programas traerán.

Si en el sector forestal del estado, que incluye a los técnicos, productores, industriales y dependencias de gobierno se toman a tiempo las decisiones y acciones necesarias para fortalecer su organización, se podrá entonces ser una parte activa en esta y otras iniciativas más que seguramente vendrán como parte de los esfuerzos internacionales para reducir los efectos negativos del cambio climático.