/ miércoles 30 de octubre de 2019

La creciente desigualdad en el mundo

En las pasadas semanas, casi simultáneamente acaecieron conflictos y protestas masivas en varias partes del mundo. Diariamente hay que actualizarse sobre los nuevos eventos violentos que ocurren, lo que resulta en una saturación de información del desconcierto mundial.

Desigualdad social, es lo que resalta en cada región. En Chile, el incremento de la tarifa del metro ocasionó fuertes movilizaciones y disturbios, que produjo que se declarara el país en estado de emergencia. La reciente marcha de más de 1.2 millones de personas en Santiago fue conmovedora. Duele atestiguar la creciente desigualdad, no necesariamente en términos económicos, sino en acceso a oportunidades. Aunque ha crecido la clase media en varios lugares, los precios se han incrementado y las personas están altamente endeudadas. Las “élites” están completamente alejadas de la realidad que viven los “otros”. Este distanciamiento polariza a la sociedad. Ejemplo de ello fue el comentario de la primera dama de Chile respecto a las protestas que sucedieron: “Es una como una invasión extranjera, alienígena… vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y compartir con los demás”. Viajar por Centroamérica ha sido una ventana para observar la desigualdad desde la misma sociedad y con tristeza, ver cómo se ha normalizado el fenómeno “ustedes” vs. “nosotros”. Los miles de migrantes que diariamente cruzan las fronteras huyen de regímenes dictatoriales y opresores en búsqueda de oportunidades hacia naciones un “poco mejores”. La realidad es que cada región del continente se encuentra en una situación muy parecida respecto al encadenamiento a las estructuras sociales que quebrantan la posibilidad de respirar una verdadera democracia.

El descontento social visibiliza las reiteradas violaciones a Derechos Humanos, impunidad y la falta de voluntad política para encontrar un consenso que beneficie a la toda la sociedad. ¿Por dónde empezar? En México se disparó la violencia en Culiacán por el intento de captura del hijo de un “famoso” narcotraficante; la crisis en Ecuador encaminó a protestas indígenas por las medidas de austeridad del presidente Lenin; las dificultades en Venezuela se acentúa; en Nicaragua la opresión sofoca a la sociedad; Colombia irá a paro por las reformas laborales; en Costa Rica estudiantes protestan en las calles en contra de la decisión del gobierno de redireccionar el presupuesto para la educación; en Líbano la gente se levantó a exigir el fin de la corrupción y la salida del gobierno; en Hong Kong miles se manifestantes en las calles por el descontento político y así la lista de países continúa. Hubo que gritar frente a las violaciones a Derechos Humanos y las injusticias, y siguen gritando. El principio de igualdad y no discriminación es una norma inderogable, pero cada día discriminamos y polarizamos más, no sólo desde el gobierno, sino desde nosotros mismos a aquél que no se justa a nuestros estándares. Rompamos la barrera de la desigualdad y por lo menos comencemos con nosotros mismos hacia los demás.

Yanez_flor@hotmail.com


En las pasadas semanas, casi simultáneamente acaecieron conflictos y protestas masivas en varias partes del mundo. Diariamente hay que actualizarse sobre los nuevos eventos violentos que ocurren, lo que resulta en una saturación de información del desconcierto mundial.

Desigualdad social, es lo que resalta en cada región. En Chile, el incremento de la tarifa del metro ocasionó fuertes movilizaciones y disturbios, que produjo que se declarara el país en estado de emergencia. La reciente marcha de más de 1.2 millones de personas en Santiago fue conmovedora. Duele atestiguar la creciente desigualdad, no necesariamente en términos económicos, sino en acceso a oportunidades. Aunque ha crecido la clase media en varios lugares, los precios se han incrementado y las personas están altamente endeudadas. Las “élites” están completamente alejadas de la realidad que viven los “otros”. Este distanciamiento polariza a la sociedad. Ejemplo de ello fue el comentario de la primera dama de Chile respecto a las protestas que sucedieron: “Es una como una invasión extranjera, alienígena… vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y compartir con los demás”. Viajar por Centroamérica ha sido una ventana para observar la desigualdad desde la misma sociedad y con tristeza, ver cómo se ha normalizado el fenómeno “ustedes” vs. “nosotros”. Los miles de migrantes que diariamente cruzan las fronteras huyen de regímenes dictatoriales y opresores en búsqueda de oportunidades hacia naciones un “poco mejores”. La realidad es que cada región del continente se encuentra en una situación muy parecida respecto al encadenamiento a las estructuras sociales que quebrantan la posibilidad de respirar una verdadera democracia.

El descontento social visibiliza las reiteradas violaciones a Derechos Humanos, impunidad y la falta de voluntad política para encontrar un consenso que beneficie a la toda la sociedad. ¿Por dónde empezar? En México se disparó la violencia en Culiacán por el intento de captura del hijo de un “famoso” narcotraficante; la crisis en Ecuador encaminó a protestas indígenas por las medidas de austeridad del presidente Lenin; las dificultades en Venezuela se acentúa; en Nicaragua la opresión sofoca a la sociedad; Colombia irá a paro por las reformas laborales; en Costa Rica estudiantes protestan en las calles en contra de la decisión del gobierno de redireccionar el presupuesto para la educación; en Líbano la gente se levantó a exigir el fin de la corrupción y la salida del gobierno; en Hong Kong miles se manifestantes en las calles por el descontento político y así la lista de países continúa. Hubo que gritar frente a las violaciones a Derechos Humanos y las injusticias, y siguen gritando. El principio de igualdad y no discriminación es una norma inderogable, pero cada día discriminamos y polarizamos más, no sólo desde el gobierno, sino desde nosotros mismos a aquél que no se justa a nuestros estándares. Rompamos la barrera de la desigualdad y por lo menos comencemos con nosotros mismos hacia los demás.

Yanez_flor@hotmail.com