/ jueves 16 de mayo de 2019

La criminal corrupción de los duartistas en el sector salud

La ambición desmedida e inhumana de los funcionarios estatales de la administración duartista no tuvo límites, pues afectaron a pacientes de cáncer al suministrarles medicamento “pirata”.

Son cuatro duartistas los denunciados por este grave delito: los ex secretarios de Salud Pedro Torres y Basilio Barrios, el ex director de Pensiones Marcelo González Tachiquín y la encargada del almacén de medicamentos de esta institución, Patricia Banderas. También está inculpado el dueño de la farmacia Ymmarsa Pharmaceutica, la cual obtuvo contratos para la compra de medicamentos por 700 millones de pesos en el pasado sexenio.

La orden de aprehensión de Pedro Torres no deja de ser tardía, pues sus corruptelas en la Secretaría de Salud estatal fueron denunciadas desde el sexenio anterior, públicamente por la prensa y administrativamente por Piña Marshall cuando ocupó la titularidad de la dependencia.

Torres era el administrador de la institución y en lugar de ser cesado fue promovido a secretario de Salud por César Duarte, pues como se ha denunciado por la actual fiscalía, eran cómplices en el saqueo a las arcas del estado en el sector salud. Las corruptelas del exgobernador Duarte y sus colaboradores ya no deberían sorprender, pero en este caso emularon y al parecer superaron al exgobernador Javier Duarte cuando en su administración sustituyeron medicamentos costosos por otros con sólo agua destilada.

En el caso de Tachiquín, no batallará la fiscalía para apresarlo, pues ya se encuentra en el Cereso acusado por las irregularidades que cometió cuando era secretario de Educación estatal.

Sin embargo, la gravedad de las corruptelas de Tachiquín en educación no se compara con las del sector salud, pues se afectó a pacientes con cáncer, de los que se informó que fallecieron unos catorce por no haber recibido el medicamento adecuado.

La codicia de los duartistas es un caso único en la historia del estado de Chihuahua, pues los motivó a practicar no sólo las habituales raterías, sino a ir más lejos para cometer crímenes de lesa humanidad por los cuales deberían recibir todo el rigor de la ley, aunque desafortunadamente eso de poco o nada les servirá a sus víctimas en el sector salud.

La ambición desmedida e inhumana de los funcionarios estatales de la administración duartista no tuvo límites, pues afectaron a pacientes de cáncer al suministrarles medicamento “pirata”.

Son cuatro duartistas los denunciados por este grave delito: los ex secretarios de Salud Pedro Torres y Basilio Barrios, el ex director de Pensiones Marcelo González Tachiquín y la encargada del almacén de medicamentos de esta institución, Patricia Banderas. También está inculpado el dueño de la farmacia Ymmarsa Pharmaceutica, la cual obtuvo contratos para la compra de medicamentos por 700 millones de pesos en el pasado sexenio.

La orden de aprehensión de Pedro Torres no deja de ser tardía, pues sus corruptelas en la Secretaría de Salud estatal fueron denunciadas desde el sexenio anterior, públicamente por la prensa y administrativamente por Piña Marshall cuando ocupó la titularidad de la dependencia.

Torres era el administrador de la institución y en lugar de ser cesado fue promovido a secretario de Salud por César Duarte, pues como se ha denunciado por la actual fiscalía, eran cómplices en el saqueo a las arcas del estado en el sector salud. Las corruptelas del exgobernador Duarte y sus colaboradores ya no deberían sorprender, pero en este caso emularon y al parecer superaron al exgobernador Javier Duarte cuando en su administración sustituyeron medicamentos costosos por otros con sólo agua destilada.

En el caso de Tachiquín, no batallará la fiscalía para apresarlo, pues ya se encuentra en el Cereso acusado por las irregularidades que cometió cuando era secretario de Educación estatal.

Sin embargo, la gravedad de las corruptelas de Tachiquín en educación no se compara con las del sector salud, pues se afectó a pacientes con cáncer, de los que se informó que fallecieron unos catorce por no haber recibido el medicamento adecuado.

La codicia de los duartistas es un caso único en la historia del estado de Chihuahua, pues los motivó a practicar no sólo las habituales raterías, sino a ir más lejos para cometer crímenes de lesa humanidad por los cuales deberían recibir todo el rigor de la ley, aunque desafortunadamente eso de poco o nada les servirá a sus víctimas en el sector salud.