/ martes 22 de marzo de 2022

La denuncia a Chumel “T”

Decidí denunciar a Chumel Torres para proteger a nuestras generaciones venideras de los discursos de odio y a nuestros niños de sus continuas faltas de respeto, machismo, racismo y clasismo. Ante la evidente violencia, insultos y denostaciones que ejerció el comunicador Chumel “T” en mi contra, estoy convencida que es importante hacer uso del derecho para que nunca más ninguna mujer o niña sea injuriada y violentada. El camino no ha sido fácil, pero a pesar de ello y al día de hoy, la Fiscalía General de la República ha abierto una investigación por apología del delito, encuadrado en el artículo 208 del Código Penal Federal y me ha reconocido la calidad de víctima, de conformidad con la Ley General de Víctimas.

De los machismos cotidianos se puede escalar a insultos directos como los que recibí en mi contra, y en los casos más graves, incluso al feminicidio. Los insultos con los que Chumel “T” me injurió -y que no escribiré pues soy muy respetuosa de mis lectores- son de una misoginia y un odio que no puede ser pasado por alto. Mi agresor tuvo también el desafortunado comentario de llamarme “mamacita”, aun cuando soy una mujer plenamente capaz, preparada, maestra universitaria, académica y desde 2018, senadora de la República. Los verdaderos chihuahuenses son respetuosos de las mujeres y tenemos una amplia cultura de respeto, pues aún en el diferendo, son capaces de honrar la diversidad del estado grande.

Tras los ataques de Chumel, he contado con el apoyo de mi familia, valiosas compañeras y compañeros, senadores de la República y la Dra. Beatriz Gutiérrez Müller. A todas ellas, agradezco sus palabras que me han acompañado en este proceso. Me resultó especialmente emocionante leer un mensaje en mi Twitter de solidaridad, que versó de la siguiente forma:

“Senadora, sin importar mis preferencias políticas. También sé lo que es ser atacada por un youtuber, en una escala pequeña y la diferencia es que yo no tuve poder para actuar. Por favor, promueva alguna legislación para proteger a todas del ciberacoso y difamación, especialmente en contra de la mujer. Gracias por ponerse de pie y no dejar que otro machista siga creciendo. Lamento mucho que sigan estas prácticas machistas. Aunque yo tuve que ser silenciada porque no tengo poder para defenderme, me alegra mucho que usted lo haya hecho”. Por lo anterior, agradezco la sororidad de esta usuaria, a quien le expreso mi afecto y le respondo que pronto estaré presentando una iniciativa para robustecer la legislación en materia de género.

Desde su infinito machismo internalizado, Chumel “T” ha sido incapaz de ofrecer una disculpa por sus terribles dichos. Ni en público ni en privado se ha retractado o ha ofrecido resarcir el daño de alguna forma. Por lo contrario, los ha sostenido e intentado justificar en supuesta comedia y libertad de expresión. Lo anterior, absolutamente fuera de todo sentido, pues la libertad de expresión no es absoluta y se limita por el respeto al derecho fundamental a la dignidad del que gozamos todas las personas. Así lo ha sostenido el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Arturo Zaldívar, a quien cito textualmente: “La libertad de expresión no es absoluta. La Corte ha sostenido que el discurso de odio no está protegido por la Constitución. Genera violencia y afecta la dignidad de las personas. Un régimen constitucional parte del supuesto respeto de los derechos y la dignidad de todas y todos, de tal suerte que avancemos hacia un país con libertad de expresión robusta que siga siendo el pilar de la democracia, que genere debates fuertes e intensos, pero siempre con el respeto que implica el no generar un discurso de odio, porque estos discursos provocan al final del día violencia, y la violencia nunca puede ser el camino para resolver y discutir nuestras diferencias”.

En el mismo tenor, la comedia no puede transgredir el respeto a grupos vulnerables, minorías o buscar ridiculizar a ninguna persona, pues se degrada y puede terminar en discursos fascistas que atentan a cualquier lógica democrática. Ya sea violencia política de género -como la que ejerció en mi contra y por la cual fue sentenciado el diputado federal Mario Mata- o cualquier otro tipo de discurso de odio, es importante visibilizar que como sociedad y como país debemos transitar de una cultura machista a una que construya paz.

Confío en que las instituciones resolverán conforme a derecho, sentando un precedente judicial importante y poniendo por encima el interés superior de todas las mujeres víctimas en México de distintos grado de violencias. Seguiré luchando hasta donde tope para que la dignidad se haga costumbre. Nadie dijo que sería fácil, pero las grandes conquistas sociales nunca lo han sido. Estoy segura que en esta nueva batalla volveré a seguir victoriosa. Para mí ya es un logro que se ponga a discusión en este país los límites que debe tener la libertad de expresión frente a las violencias machistas y el respeto a un valor fundamental: la dignidad humana.


Decidí denunciar a Chumel Torres para proteger a nuestras generaciones venideras de los discursos de odio y a nuestros niños de sus continuas faltas de respeto, machismo, racismo y clasismo. Ante la evidente violencia, insultos y denostaciones que ejerció el comunicador Chumel “T” en mi contra, estoy convencida que es importante hacer uso del derecho para que nunca más ninguna mujer o niña sea injuriada y violentada. El camino no ha sido fácil, pero a pesar de ello y al día de hoy, la Fiscalía General de la República ha abierto una investigación por apología del delito, encuadrado en el artículo 208 del Código Penal Federal y me ha reconocido la calidad de víctima, de conformidad con la Ley General de Víctimas.

De los machismos cotidianos se puede escalar a insultos directos como los que recibí en mi contra, y en los casos más graves, incluso al feminicidio. Los insultos con los que Chumel “T” me injurió -y que no escribiré pues soy muy respetuosa de mis lectores- son de una misoginia y un odio que no puede ser pasado por alto. Mi agresor tuvo también el desafortunado comentario de llamarme “mamacita”, aun cuando soy una mujer plenamente capaz, preparada, maestra universitaria, académica y desde 2018, senadora de la República. Los verdaderos chihuahuenses son respetuosos de las mujeres y tenemos una amplia cultura de respeto, pues aún en el diferendo, son capaces de honrar la diversidad del estado grande.

Tras los ataques de Chumel, he contado con el apoyo de mi familia, valiosas compañeras y compañeros, senadores de la República y la Dra. Beatriz Gutiérrez Müller. A todas ellas, agradezco sus palabras que me han acompañado en este proceso. Me resultó especialmente emocionante leer un mensaje en mi Twitter de solidaridad, que versó de la siguiente forma:

“Senadora, sin importar mis preferencias políticas. También sé lo que es ser atacada por un youtuber, en una escala pequeña y la diferencia es que yo no tuve poder para actuar. Por favor, promueva alguna legislación para proteger a todas del ciberacoso y difamación, especialmente en contra de la mujer. Gracias por ponerse de pie y no dejar que otro machista siga creciendo. Lamento mucho que sigan estas prácticas machistas. Aunque yo tuve que ser silenciada porque no tengo poder para defenderme, me alegra mucho que usted lo haya hecho”. Por lo anterior, agradezco la sororidad de esta usuaria, a quien le expreso mi afecto y le respondo que pronto estaré presentando una iniciativa para robustecer la legislación en materia de género.

Desde su infinito machismo internalizado, Chumel “T” ha sido incapaz de ofrecer una disculpa por sus terribles dichos. Ni en público ni en privado se ha retractado o ha ofrecido resarcir el daño de alguna forma. Por lo contrario, los ha sostenido e intentado justificar en supuesta comedia y libertad de expresión. Lo anterior, absolutamente fuera de todo sentido, pues la libertad de expresión no es absoluta y se limita por el respeto al derecho fundamental a la dignidad del que gozamos todas las personas. Así lo ha sostenido el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación Arturo Zaldívar, a quien cito textualmente: “La libertad de expresión no es absoluta. La Corte ha sostenido que el discurso de odio no está protegido por la Constitución. Genera violencia y afecta la dignidad de las personas. Un régimen constitucional parte del supuesto respeto de los derechos y la dignidad de todas y todos, de tal suerte que avancemos hacia un país con libertad de expresión robusta que siga siendo el pilar de la democracia, que genere debates fuertes e intensos, pero siempre con el respeto que implica el no generar un discurso de odio, porque estos discursos provocan al final del día violencia, y la violencia nunca puede ser el camino para resolver y discutir nuestras diferencias”.

En el mismo tenor, la comedia no puede transgredir el respeto a grupos vulnerables, minorías o buscar ridiculizar a ninguna persona, pues se degrada y puede terminar en discursos fascistas que atentan a cualquier lógica democrática. Ya sea violencia política de género -como la que ejerció en mi contra y por la cual fue sentenciado el diputado federal Mario Mata- o cualquier otro tipo de discurso de odio, es importante visibilizar que como sociedad y como país debemos transitar de una cultura machista a una que construya paz.

Confío en que las instituciones resolverán conforme a derecho, sentando un precedente judicial importante y poniendo por encima el interés superior de todas las mujeres víctimas en México de distintos grado de violencias. Seguiré luchando hasta donde tope para que la dignidad se haga costumbre. Nadie dijo que sería fácil, pero las grandes conquistas sociales nunca lo han sido. Estoy segura que en esta nueva batalla volveré a seguir victoriosa. Para mí ya es un logro que se ponga a discusión en este país los límites que debe tener la libertad de expresión frente a las violencias machistas y el respeto a un valor fundamental: la dignidad humana.