/ miércoles 9 de noviembre de 2022

La economía, con Buenrostro 

Por: Gustavo Madero

Entró como bateadora emergente a relevar a Tatiana Clouthier, quien con voz entrecortada renunció en una Mañanera y salió sin abrazo ni despedida el pasado 6 de octubre.

Tatiana a su vez había entrado a relevar a la maestra Graciela Márquez el 7 de diciembre de 2020.

Estos relevos se conjugan con el debilitamiento de la secretaría en términos presupuestales reduciéndola a su mínima expresión. En 2018 contaba con un presupuesto de 9,578 millones de pesos y para el 2023 contará solamente con 3,778 millones de pesos, un 60% menos y con pesos que valen menos.

La Secretaría de Economía tiene la misión de impulsar políticas integrales de innovación, diversificación e inclusión económica elevando la productividad y la competitividad. Sin embargo, este gobierno hostil a la inversión privada en energía, nostálgico del trapiche, adversario de la ciencia neoliberal y de la devaluación de los datos y la evidencia científica en beneficio de las decisiones prejuiciadas y resentidas.

Como país hemos retrocedido en competitividad y como valor de nuestra economía nacional de acuerdo al Foro Económico Mundial, en 2018 México alcanzó la posición número 46 de 141 en el Índice Global de Competitividad, mientras que, en 2019, nuestro país descendió dos posiciones, es decir, se colocó en el lugar 48 de este ranking.

De la misma forma, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) publicó el Índice de Competitividad Internacional en 2019 en el que México, que se ubicó en el lugar 34 de 43 los países estudiados y para 2022 bajó al lugar 37, es decir, descendió tres lugares más.

Sin duda, ha habido sectores beneficiados, como los exportadores, los proveedores del Ejército o los empresarios predilectos del régimen.

Pero los perjudicados han sido la gran mayoría, quienes a pesar de las becas, transferencias y subsidios tienen menor acceso a la salud y a la alimentación.

Con el sello de la casa, esta administración eliminó fideicomisos y desapareció programas de apoyo a pequeños empresarios invocando el mantra de la corrupción, pero regándolo con las aguas negras de la impunidad. Ninguna denuncia, expediente ni sanción.

Estos programas fueron suplantados con ocurrencias ingenuas como la Ley de Confianza Ciudadana a cargo de la secretaría y Conamer que acabó en el basurero de la historia de la dependencia

Esas ocurrencias acabaron también por dinamitar las propias promesas presidenciales de crecer al 6% al final de su gobierno y un 4% en promedio en los cinco años de su administración.

La gran mayoría de los países del mundo, incluyendo el 90% de los latinoamericanos, ya recuperaron los niveles de la economía precovid. En México, aún no alcanzamos a recuperar el nivel de la economía pre4T.

Es decir, el actual PIB per cápita de 9,332 usd, es menor al de 2018 cuando era casi de 10 mil dólares por habitante.

Con el mayor presupuesto de la historia del país, 8 billones 299 mil 647 millones de pesos, este gobierno decidió disminuir la inversión pública a montos históricamente bajos de solamente el 2.88% del PIB, cuando en 2009 alcanzó la cifra de 6%.

La inversión pública no ha sido motor de la economía nacional y la inversión privada ha caído por falta de confianza, certidumbre a 4 billones 416 mil millones: un 16% del Producto Interno Bruto.

Los sacrificios de las para aumentar sensiblemente el salario mínimo han sido diluidos por el vertiginoso aumento del precio de los bienes de consumo popular.

Las personas de menores ingresos no van a poder contar con mejores condiciones de vida cuando el 60% de los trabajadores pertenecen a la economía informal que no cuenta con ninguna prestación ni seguridad laboral. Hoy son un 10% más pobres que hace un año.

Si bien en estos cuatro años no ha habido crecimiento, el 2023 se prevé más complicado. Entraremos de lleno a la estanflación: crecimiento económico ralentizado con aumento del costo de la vida. Mejor que cambiar de titular, habrá que cambiar la estrategia.

Por: Gustavo Madero

Entró como bateadora emergente a relevar a Tatiana Clouthier, quien con voz entrecortada renunció en una Mañanera y salió sin abrazo ni despedida el pasado 6 de octubre.

Tatiana a su vez había entrado a relevar a la maestra Graciela Márquez el 7 de diciembre de 2020.

Estos relevos se conjugan con el debilitamiento de la secretaría en términos presupuestales reduciéndola a su mínima expresión. En 2018 contaba con un presupuesto de 9,578 millones de pesos y para el 2023 contará solamente con 3,778 millones de pesos, un 60% menos y con pesos que valen menos.

La Secretaría de Economía tiene la misión de impulsar políticas integrales de innovación, diversificación e inclusión económica elevando la productividad y la competitividad. Sin embargo, este gobierno hostil a la inversión privada en energía, nostálgico del trapiche, adversario de la ciencia neoliberal y de la devaluación de los datos y la evidencia científica en beneficio de las decisiones prejuiciadas y resentidas.

Como país hemos retrocedido en competitividad y como valor de nuestra economía nacional de acuerdo al Foro Económico Mundial, en 2018 México alcanzó la posición número 46 de 141 en el Índice Global de Competitividad, mientras que, en 2019, nuestro país descendió dos posiciones, es decir, se colocó en el lugar 48 de este ranking.

De la misma forma, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) publicó el Índice de Competitividad Internacional en 2019 en el que México, que se ubicó en el lugar 34 de 43 los países estudiados y para 2022 bajó al lugar 37, es decir, descendió tres lugares más.

Sin duda, ha habido sectores beneficiados, como los exportadores, los proveedores del Ejército o los empresarios predilectos del régimen.

Pero los perjudicados han sido la gran mayoría, quienes a pesar de las becas, transferencias y subsidios tienen menor acceso a la salud y a la alimentación.

Con el sello de la casa, esta administración eliminó fideicomisos y desapareció programas de apoyo a pequeños empresarios invocando el mantra de la corrupción, pero regándolo con las aguas negras de la impunidad. Ninguna denuncia, expediente ni sanción.

Estos programas fueron suplantados con ocurrencias ingenuas como la Ley de Confianza Ciudadana a cargo de la secretaría y Conamer que acabó en el basurero de la historia de la dependencia

Esas ocurrencias acabaron también por dinamitar las propias promesas presidenciales de crecer al 6% al final de su gobierno y un 4% en promedio en los cinco años de su administración.

La gran mayoría de los países del mundo, incluyendo el 90% de los latinoamericanos, ya recuperaron los niveles de la economía precovid. En México, aún no alcanzamos a recuperar el nivel de la economía pre4T.

Es decir, el actual PIB per cápita de 9,332 usd, es menor al de 2018 cuando era casi de 10 mil dólares por habitante.

Con el mayor presupuesto de la historia del país, 8 billones 299 mil 647 millones de pesos, este gobierno decidió disminuir la inversión pública a montos históricamente bajos de solamente el 2.88% del PIB, cuando en 2009 alcanzó la cifra de 6%.

La inversión pública no ha sido motor de la economía nacional y la inversión privada ha caído por falta de confianza, certidumbre a 4 billones 416 mil millones: un 16% del Producto Interno Bruto.

Los sacrificios de las para aumentar sensiblemente el salario mínimo han sido diluidos por el vertiginoso aumento del precio de los bienes de consumo popular.

Las personas de menores ingresos no van a poder contar con mejores condiciones de vida cuando el 60% de los trabajadores pertenecen a la economía informal que no cuenta con ninguna prestación ni seguridad laboral. Hoy son un 10% más pobres que hace un año.

Si bien en estos cuatro años no ha habido crecimiento, el 2023 se prevé más complicado. Entraremos de lleno a la estanflación: crecimiento económico ralentizado con aumento del costo de la vida. Mejor que cambiar de titular, habrá que cambiar la estrategia.