/ sábado 19 de febrero de 2022

La efectividad de la coordinación gubernamental            

Se percibe una coordinación entre los órdenes de gobierno. Un acierto que abona y genera certidumbre en medio de los desafíos y la complejidad de los tiempos. Es preciso reconocer la voluntad política de establecer el diálogo y la generación de acuerdos intergubernamentales.

La coordinación es un elemento sustancial para la implementación de políticas públicas que promuevan efectos de mayor profundidad y alcance entre la población. También, constituye una poderosa directriz hacia el avance y el cumplimiento de objetivos. Desde cualquier óptica, la unión de esfuerzos atrae resultados tangibles.

La voluntad de trabajo en conjunto permea no sólo hacia el interior, sino también hacia el exterior, puesto que refleja el propósito de transitar hacia una meta en común a fin de acceder a mejores condiciones que propicien mayores niveles de bienestar y de prosperidad, que a su vez generan confianza.

El estado de Chihuahua representa un eslabón importante en el espectro nacional derivado de sus múltiples fortalezas y diversas actividades productivas. A pesar de ello, nuestra entidad posee aún un importante potencial por explotar que nos permitirá lograr mayor posicionamiento.
Una de las vías para lograrlo es mediante la coordinación gubernamental.
A lo largo de los años Chihuahua ha sido objeto de un número importante de estudios y proyectos en diversas áreas y asignaturas, elaborados tanto en lo local, nacional, como internacional, encauzados todos a detonar las ventajas estratégicas y competitivas de la región. Sin embargo, una vasta cantidad de ellos no se han logrado cristalizar dejando importantes oportunidades en el camino. Uno de los factores que puede explicar este fenómeno es la falta de coordinación.
Por ello, en los últimos años nuestra región ha quedado exenta de proyectos de alto impacto social o simplemente no se lograron concretar. Sólo por mencionar un rubro, el de infraestructura (que se correlaciona directamente a potenciar el desarrollo y crecimiento económico), nuestra entidad ha dejado de ejercer planes y recursos por falta de seguimiento o una mala coordinación. Incluso, al día de hoy existen proyectos elaborados en participación extranjera donde por nuestra parte no han sido efectuados, mientras que en el extranjero sí.
Pareciera que en el pasado no se comprendió en su totalidad la dinámica de mutua cooperación o ésta fue distorsionada. Al día de hoy es importante enfatizar en la voluntad gubernamental de los distintos ordenamientos de ejercer acción en consecuencia, puesto que ello representa un gran paso hacia la construcción de una nueva historia que defina con prosperidad el futuro de nuestra región.


Se percibe una coordinación entre los órdenes de gobierno. Un acierto que abona y genera certidumbre en medio de los desafíos y la complejidad de los tiempos. Es preciso reconocer la voluntad política de establecer el diálogo y la generación de acuerdos intergubernamentales.

La coordinación es un elemento sustancial para la implementación de políticas públicas que promuevan efectos de mayor profundidad y alcance entre la población. También, constituye una poderosa directriz hacia el avance y el cumplimiento de objetivos. Desde cualquier óptica, la unión de esfuerzos atrae resultados tangibles.

La voluntad de trabajo en conjunto permea no sólo hacia el interior, sino también hacia el exterior, puesto que refleja el propósito de transitar hacia una meta en común a fin de acceder a mejores condiciones que propicien mayores niveles de bienestar y de prosperidad, que a su vez generan confianza.

El estado de Chihuahua representa un eslabón importante en el espectro nacional derivado de sus múltiples fortalezas y diversas actividades productivas. A pesar de ello, nuestra entidad posee aún un importante potencial por explotar que nos permitirá lograr mayor posicionamiento.
Una de las vías para lograrlo es mediante la coordinación gubernamental.
A lo largo de los años Chihuahua ha sido objeto de un número importante de estudios y proyectos en diversas áreas y asignaturas, elaborados tanto en lo local, nacional, como internacional, encauzados todos a detonar las ventajas estratégicas y competitivas de la región. Sin embargo, una vasta cantidad de ellos no se han logrado cristalizar dejando importantes oportunidades en el camino. Uno de los factores que puede explicar este fenómeno es la falta de coordinación.
Por ello, en los últimos años nuestra región ha quedado exenta de proyectos de alto impacto social o simplemente no se lograron concretar. Sólo por mencionar un rubro, el de infraestructura (que se correlaciona directamente a potenciar el desarrollo y crecimiento económico), nuestra entidad ha dejado de ejercer planes y recursos por falta de seguimiento o una mala coordinación. Incluso, al día de hoy existen proyectos elaborados en participación extranjera donde por nuestra parte no han sido efectuados, mientras que en el extranjero sí.
Pareciera que en el pasado no se comprendió en su totalidad la dinámica de mutua cooperación o ésta fue distorsionada. Al día de hoy es importante enfatizar en la voluntad gubernamental de los distintos ordenamientos de ejercer acción en consecuencia, puesto que ello representa un gran paso hacia la construcción de una nueva historia que defina con prosperidad el futuro de nuestra región.