/ martes 30 de octubre de 2018

La encuesta

El próximo presidente, porque todavía no lo es, ordenó que se hiciera una encuesta para ver si la gente quiere que se continúe con la construcción del nuevo aeropuerto de la CDMX en Texcoco o se abandona el proyecto tirando a la basura 200 mil millones de pesos nuestros y se cambia a Santa Lucía, enseguida de la base militar, que se encuentra más lejos y tendría problemas de llegadas y salidas, por la cercanía de uno con el otro. Peligro de choques de aviones.

Al futuro presidente no le importa nada de eso, “para eso voy a ser presidente”, imagínense cuando lo sea, así que quiere que “el pueblo le valide”, lo que él ya decidió y mandó hacer una encuesta que adolece de todo:

Es ilegal, porque no tiene fundamento en ninguna ley y por lo tanto el resultado no debe vincularlo a decisión alguna, como parece que AMLO quiere, para justificar la decisión que ya tiene tomada desde la campaña, porque así lo anunciaba desde entonces.

Totalmente mal organizada y estructurada, ya que nadie sabe dónde se imprimieron las boletas, quién nombró a las autoridades de cada casilla, quién y cómo los capacitaron, quiénes y cómo podían votar, presentando identificación, y cómo evitar que votaran varias veces, dónde se haría el recuento de los votos, quiénes y cómo levantarían las actas en cada casilla, dónde se concentrarían las ánforas, y en fin, muchas cosas más, que llevaron a los siguientes problemas que se han conocido a través de testimonios con pruebas filmadas, en las redes sociales:

Gente que votó dos, tres, cuatro, o hasta cinco veces, sin problema alguno.

Casillas que cerraron teniendo la fila de votantes, sobre todo en zonas que era evidente que iban a perder por Santa Lucía.

Videos donde se ve claramente casillas solas y que “los funcionarios de la misma” se dedicaron a “votar” cientos o miles de boletas, que metían sin control, ni recato alguno a las ánforas.

Funcionarios que al término de la “votación” se llevaban la urna a su casa o nadie sabe a dónde, en fin y al cabo ya se sabe qué propuesta ganó.

En casillas como Atenco, mandaron el doble de boletas electorales que en la CDMX y se ve gente indígena, que merece todo mi respeto, votando, cuando no saben lo que es un aeropuerto, menos van a poder opinar dónde conviene el nuevo aeropuerto de la CDMX.

¿Por qué no sé pusieron centros de votación en los aeropuertos, donde pasa la gente que usa ese servicio: los pilotos, azafatas, controladores de vuelos y gente que puede tener un poco más de conocimiento para votar si se queda en Texcoco o se va a Santa Lucía?


Hacer un nuevo proyecto, preparar el presupuesto, licitarlo y ejecutarlo, nos puede llevar todo el sexenio de AMLO y no terminarlo, cuando es urgente por la saturación del aeropuerto actual y además muy necesario para el despegue de México económicamente hablando.

Norman Foster hizo el proyecto del aeropuerto de Hong Kong que funciona desde hace 20 años, sobre el agua, igual que el de Texcoco, y reciben a 70 millones de pasajeros al año, es el mismo que hizo el proyecto actual, de tal manera que es un buen proyecto.

Además el futuro presidente está atacando a los periodistas que no están de acuerdo, como Carlos Loret de Mola. El que no está conmigo está en contra mío, es el mensaje. Mal inicio de algo que todavía no empieza.

La encuesta, el gran engaño.




El próximo presidente, porque todavía no lo es, ordenó que se hiciera una encuesta para ver si la gente quiere que se continúe con la construcción del nuevo aeropuerto de la CDMX en Texcoco o se abandona el proyecto tirando a la basura 200 mil millones de pesos nuestros y se cambia a Santa Lucía, enseguida de la base militar, que se encuentra más lejos y tendría problemas de llegadas y salidas, por la cercanía de uno con el otro. Peligro de choques de aviones.

Al futuro presidente no le importa nada de eso, “para eso voy a ser presidente”, imagínense cuando lo sea, así que quiere que “el pueblo le valide”, lo que él ya decidió y mandó hacer una encuesta que adolece de todo:

Es ilegal, porque no tiene fundamento en ninguna ley y por lo tanto el resultado no debe vincularlo a decisión alguna, como parece que AMLO quiere, para justificar la decisión que ya tiene tomada desde la campaña, porque así lo anunciaba desde entonces.

Totalmente mal organizada y estructurada, ya que nadie sabe dónde se imprimieron las boletas, quién nombró a las autoridades de cada casilla, quién y cómo los capacitaron, quiénes y cómo podían votar, presentando identificación, y cómo evitar que votaran varias veces, dónde se haría el recuento de los votos, quiénes y cómo levantarían las actas en cada casilla, dónde se concentrarían las ánforas, y en fin, muchas cosas más, que llevaron a los siguientes problemas que se han conocido a través de testimonios con pruebas filmadas, en las redes sociales:

Gente que votó dos, tres, cuatro, o hasta cinco veces, sin problema alguno.

Casillas que cerraron teniendo la fila de votantes, sobre todo en zonas que era evidente que iban a perder por Santa Lucía.

Videos donde se ve claramente casillas solas y que “los funcionarios de la misma” se dedicaron a “votar” cientos o miles de boletas, que metían sin control, ni recato alguno a las ánforas.

Funcionarios que al término de la “votación” se llevaban la urna a su casa o nadie sabe a dónde, en fin y al cabo ya se sabe qué propuesta ganó.

En casillas como Atenco, mandaron el doble de boletas electorales que en la CDMX y se ve gente indígena, que merece todo mi respeto, votando, cuando no saben lo que es un aeropuerto, menos van a poder opinar dónde conviene el nuevo aeropuerto de la CDMX.

¿Por qué no sé pusieron centros de votación en los aeropuertos, donde pasa la gente que usa ese servicio: los pilotos, azafatas, controladores de vuelos y gente que puede tener un poco más de conocimiento para votar si se queda en Texcoco o se va a Santa Lucía?


Hacer un nuevo proyecto, preparar el presupuesto, licitarlo y ejecutarlo, nos puede llevar todo el sexenio de AMLO y no terminarlo, cuando es urgente por la saturación del aeropuerto actual y además muy necesario para el despegue de México económicamente hablando.

Norman Foster hizo el proyecto del aeropuerto de Hong Kong que funciona desde hace 20 años, sobre el agua, igual que el de Texcoco, y reciben a 70 millones de pasajeros al año, es el mismo que hizo el proyecto actual, de tal manera que es un buen proyecto.

Además el futuro presidente está atacando a los periodistas que no están de acuerdo, como Carlos Loret de Mola. El que no está conmigo está en contra mío, es el mensaje. Mal inicio de algo que todavía no empieza.

La encuesta, el gran engaño.