La ciudad de Burdeos es la región vinícola más conocida de Francia, hay más de 12,000 hectáreas de viñedo y produce 700 millones de botellas al año, así que la próxima vez que se tome un vino de Burdeos sepa que está cooperando a esta causa. Yo ya cooperé algunas veces este año, ya ve que me gusta saber de dónde es el vino que estoy degustando, qué varietal de uva, cómo es la arquitectura de la bodega, quién es el enólogo, con quién duerme, de qué lado, qué deleita… hablando de vino, por supuesto.
Y es, precisamente, en Burdeos, donde nace la famosa mezcla bordelesa. Para que se le permita nombrarse mezcla bordelesa deberá contar con al menos dos de las seis uvas de esa región de Burdeos, recuerde usted que solo se pueden sembrar en estos campos Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc, Malbec, Petite Verdot y Carmenere. Todas estas varietales también se siembran en México y se ensamblan, pero ellos se sienten La crème des tacos. El detalle es que para que sea una mezcla bordelesa la botella debe tener a la Cabernet Sauvignon o al Merlot como predominante
Y bueno, usted habrá escuchado hablar del Petrus, la botella más cara del mundo con una mezcla bordelesa dentro. Se produce a un lado de Burdeos en una finca que, conociendo algunos de los Chateau de por ahí, pasa desapercibida, pero algunas de sus botellas, siempre con la uva merlot como protagonista, cuestan más de cien mil pesos. Sin embargo, los vinos de Burdeos se caracterizan por tener cuerpo medio, nada que ver con la intensidad del Cabernet Sauvignon de Chihuahua, que gracias a tanto sol desarrolla un hollejo grueso. La mezcla bordelesa tiene un buqué de grosella negra, cereza, chocolate y una frescura equilibrada típica del viejo mundo.
Francia cuenta con más de 40,000 castillos, la mayoría de ellos abandonados por sus propietarios por el coste de pagar impuestos prediales, por eso, el Gobierno, sembró vid a sus alrededores y los convirtió en hoteles. Así nació la ruta de los castillos y los vinos en Burdeos. Hay castillos de todos los tipos como el Chateau Pedesclaux, cuya arquitectura antigua se funde con la moderna, porque siendo un monasterio del siglo XVIII hoy está cubierto por dos grandes volúmenes de vidrio.
En la misma ruta esta el Cos d’Estournel, Médoc, de arquitectura oriental que se me dificulta asociar por lo de: vino francés en un castillo de 1810 de estilo asiático. En verdad quita la respiración al verlo.
Así que, querida enófila, enófilo, si está pensando ir a Europa recuerde tomar un tour de vinos y castillos e invitarme para que en un tierno atardecer brindemos con una copa de mezcla bordelesa.
Miembro Aechi