/ miércoles 1 de julio de 2020

La fe en tiempos del Covid-19

La emergencia sanitaria por el Covid-19 no ha terminado y hasta ayer los pronósticos no eran del todo halagüeños para el estado de Chihuahua.

Sin embargo, el cambio de semáforo a naranja se tradujo poco a poco en un aliciente para los chihuahuenses resueltos a tomar las medidas de seguridad necesarias para evitar contagios y salir adelante de la crisis económica que ya se comienza a sentir.

La reanudación de algunas actividades esenciales ha sido enfrentada con optimismo por una comunidad valiente como la nuestra.

Pero hay un componente de la sociedad, del que la inmensa mayoría somos parte, que no ha sido tomado en cuenta en esta paulatina vuelta a la normalidad: las diversas denominaciones religiosas.

En mi calidad de diputado local y en una reciente reunión con grupos religiosos, me comentaron su preocupación debido a que las autoridades no los han tomado en cuenta.

Por ello, ayer pedí por escrito al gobernador Javier Corral autorice la reapertura ordenada de iglesias, lugares de culto religioso y/o congregaciones religiosas.

Frente al Covid-19 no podemos soslayar la necesidad del ser humano de reunirse en el ámbito espiritual de acuerdo a su credo religioso.

La emergencia de salud y la crisis económica están causando diversos estragos emocionales en la sociedad chihuahuense como ansiedad y depresión, por lo que una reapertura es de vital importancia para fortalecer los lazos espirituales y de solidaridad que son inherentes a la naturaleza humana.

Esta reapertura debe ser por supuesto ordenada, observándose todas las medidas sanitarias que disponga el Sector Salud para que se permita, inicialmente, una afluencia del 50 por ciento en los templos y demás lugares de culto.

Se trata de respaldar en estos momentos de crisis, la trascendental misión de las iglesias.

Como sociedad sabemos qué hacer para prevenir contagios y espero que el gobierno del estado responda afirmativamente.

Se trata de una justa y necesaria petición para reforzar nuestra fe en estos momentos de crisis y en lo que seguramente todos estamos de acuerdo.


*Omar Bazán Flores. Licenciado en Derecho, diputado local y presidente del Comité Directivo Estatal del PRI a partir de julio de 2017.


Empresario, dos veces diputado federal, dirigente juvenil, así como de la CNOP y fundación Colosio en el estado de Chihuahua.


La emergencia sanitaria por el Covid-19 no ha terminado y hasta ayer los pronósticos no eran del todo halagüeños para el estado de Chihuahua.

Sin embargo, el cambio de semáforo a naranja se tradujo poco a poco en un aliciente para los chihuahuenses resueltos a tomar las medidas de seguridad necesarias para evitar contagios y salir adelante de la crisis económica que ya se comienza a sentir.

La reanudación de algunas actividades esenciales ha sido enfrentada con optimismo por una comunidad valiente como la nuestra.

Pero hay un componente de la sociedad, del que la inmensa mayoría somos parte, que no ha sido tomado en cuenta en esta paulatina vuelta a la normalidad: las diversas denominaciones religiosas.

En mi calidad de diputado local y en una reciente reunión con grupos religiosos, me comentaron su preocupación debido a que las autoridades no los han tomado en cuenta.

Por ello, ayer pedí por escrito al gobernador Javier Corral autorice la reapertura ordenada de iglesias, lugares de culto religioso y/o congregaciones religiosas.

Frente al Covid-19 no podemos soslayar la necesidad del ser humano de reunirse en el ámbito espiritual de acuerdo a su credo religioso.

La emergencia de salud y la crisis económica están causando diversos estragos emocionales en la sociedad chihuahuense como ansiedad y depresión, por lo que una reapertura es de vital importancia para fortalecer los lazos espirituales y de solidaridad que son inherentes a la naturaleza humana.

Esta reapertura debe ser por supuesto ordenada, observándose todas las medidas sanitarias que disponga el Sector Salud para que se permita, inicialmente, una afluencia del 50 por ciento en los templos y demás lugares de culto.

Se trata de respaldar en estos momentos de crisis, la trascendental misión de las iglesias.

Como sociedad sabemos qué hacer para prevenir contagios y espero que el gobierno del estado responda afirmativamente.

Se trata de una justa y necesaria petición para reforzar nuestra fe en estos momentos de crisis y en lo que seguramente todos estamos de acuerdo.


*Omar Bazán Flores. Licenciado en Derecho, diputado local y presidente del Comité Directivo Estatal del PRI a partir de julio de 2017.


Empresario, dos veces diputado federal, dirigente juvenil, así como de la CNOP y fundación Colosio en el estado de Chihuahua.