/ viernes 7 de mayo de 2021

La fuerza del voto de las mujeres

La mujer mexicana es ejemplo de talento, valor y lealtad. Así lo demuestra la historia.

Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario lucharon por la Independencia de México sin tener derechos políticos, pero fueron mucho más que ciudadanas, pues contribuyeron a que naciera un nuevo país llamado México.

Ambas son consideradas históricamente como madres de la patria, y a Leona Vicario le fue concedido dicho título por el Congreso de la Unión.

Las primeras peticiones para la obtención del voto femenino se remontan a 1821, cuando un grupo de mujeres de Zacatecas pide al gobierno que se les considere ciudadanas por su contribución a la causa de la Independencia.

En 1856, alrededor de 81 mujeres reclaman al Congreso Constituyente el reconocimiento de sus derechos políticos.

De igual manera, la prensa feminista fue un importante foro para exponer la demanda del sufragio femenino; destaca la figura de la periodista Laureana Wright González, fundadora de la primera revista feminista de México, Violetas del Anáhuac, así como el periódico Mujeres de Anáhuac, en 1875.

Hacia 1910, diversas asociaciones se unen a Madero, entre ellas el club femenil antirreeleccionista Las Hijas de Cuauhtémoc, cuyas integrantes protestan por el fraude en las elecciones y demandan la participación política de las mujeres mexicanas.

En 1923, la Sección Mexicana de la Liga Panamericana de Mujeres convocó al Primer Congreso Nacional Feminista, que se reunió en la Ciudad de México. Sus principales demandas en lo político fueron la igualdad civil para que la mujer pudiera ser elegible en los cargos administrativos y el decreto de la igualdad política y la representación parlamentaria por parte de agrupaciones sociales.

El 24 de diciembre de 1946, la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa enviada por el presidente Miguel Alemán, en la que se adicionó el artículo 115 Constitucional, que entró en vigor el 12 de febrero de 1947. Ahí, se establecía que en las elecciones municipales participarían las mujeres en igualdad de condiciones que los varones, con el derecho a votar y ser elegidas.

Durante el gobierno del presidente Adolfo Ruiz Cortines, el 17 de octubre de 1953 se publicó en el Diario Oficial el nuevo texto del artículo 34 constitucional, que consagró en definitiva el reconocimiento a las mujeres como ciudadanas: “Son ciudadanos de la república los varones y las mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan, además, los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años, siendo casados, o 21 si no lo son, y tener un modo honesto de vivir”.

Por eso hoy, en ocasión de las grandes decisiones que Juárez, que Chihuahua y que México deben tomar para construir su futuro, rendimos un tributo de reconocimiento a las grandes mujeres de la historia nacional, a la par que asumimos el compromiso de seguir adelante en las conquistas femeninas.

No sólo se trata de igualdad ante la ley, sino también de igualdad en la vida cotidiana.

La inteligencia y determinación de las mujeres está fuera de toda duda; y los altos valores sociales que representamos son indispensables para fincar una sociedad más armónica.

La política significa para nosotras, la oportunidad ideal de contribuir a una mejor representación de los intereses de la sociedad. Hoy es el tiempo del empoderamiento de las mujeres.

Hoy, las juarenses y las mexicanas somos artífices de importantes contribuciones sociales en diversos campos del quehacer humano, en el aula, en el tribunal, en la política, en el deporte y la cultura, en el hogar y en la empresa.

Las mujeres creamos para la sociedad, porque creemos en nuestras capacidades generadoras de cambio; y sabemos que la fuerza del voto de las mujeres es fundamental para construir ese mejor Juárez y ese mejor México que todas queremos.

La mujer mexicana es ejemplo de talento, valor y lealtad. Así lo demuestra la historia.

Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario lucharon por la Independencia de México sin tener derechos políticos, pero fueron mucho más que ciudadanas, pues contribuyeron a que naciera un nuevo país llamado México.

Ambas son consideradas históricamente como madres de la patria, y a Leona Vicario le fue concedido dicho título por el Congreso de la Unión.

Las primeras peticiones para la obtención del voto femenino se remontan a 1821, cuando un grupo de mujeres de Zacatecas pide al gobierno que se les considere ciudadanas por su contribución a la causa de la Independencia.

En 1856, alrededor de 81 mujeres reclaman al Congreso Constituyente el reconocimiento de sus derechos políticos.

De igual manera, la prensa feminista fue un importante foro para exponer la demanda del sufragio femenino; destaca la figura de la periodista Laureana Wright González, fundadora de la primera revista feminista de México, Violetas del Anáhuac, así como el periódico Mujeres de Anáhuac, en 1875.

Hacia 1910, diversas asociaciones se unen a Madero, entre ellas el club femenil antirreeleccionista Las Hijas de Cuauhtémoc, cuyas integrantes protestan por el fraude en las elecciones y demandan la participación política de las mujeres mexicanas.

En 1923, la Sección Mexicana de la Liga Panamericana de Mujeres convocó al Primer Congreso Nacional Feminista, que se reunió en la Ciudad de México. Sus principales demandas en lo político fueron la igualdad civil para que la mujer pudiera ser elegible en los cargos administrativos y el decreto de la igualdad política y la representación parlamentaria por parte de agrupaciones sociales.

El 24 de diciembre de 1946, la Cámara de Diputados aprobó la iniciativa enviada por el presidente Miguel Alemán, en la que se adicionó el artículo 115 Constitucional, que entró en vigor el 12 de febrero de 1947. Ahí, se establecía que en las elecciones municipales participarían las mujeres en igualdad de condiciones que los varones, con el derecho a votar y ser elegidas.

Durante el gobierno del presidente Adolfo Ruiz Cortines, el 17 de octubre de 1953 se publicó en el Diario Oficial el nuevo texto del artículo 34 constitucional, que consagró en definitiva el reconocimiento a las mujeres como ciudadanas: “Son ciudadanos de la república los varones y las mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos, reúnan, además, los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años, siendo casados, o 21 si no lo son, y tener un modo honesto de vivir”.

Por eso hoy, en ocasión de las grandes decisiones que Juárez, que Chihuahua y que México deben tomar para construir su futuro, rendimos un tributo de reconocimiento a las grandes mujeres de la historia nacional, a la par que asumimos el compromiso de seguir adelante en las conquistas femeninas.

No sólo se trata de igualdad ante la ley, sino también de igualdad en la vida cotidiana.

La inteligencia y determinación de las mujeres está fuera de toda duda; y los altos valores sociales que representamos son indispensables para fincar una sociedad más armónica.

La política significa para nosotras, la oportunidad ideal de contribuir a una mejor representación de los intereses de la sociedad. Hoy es el tiempo del empoderamiento de las mujeres.

Hoy, las juarenses y las mexicanas somos artífices de importantes contribuciones sociales en diversos campos del quehacer humano, en el aula, en el tribunal, en la política, en el deporte y la cultura, en el hogar y en la empresa.

Las mujeres creamos para la sociedad, porque creemos en nuestras capacidades generadoras de cambio; y sabemos que la fuerza del voto de las mujeres es fundamental para construir ese mejor Juárez y ese mejor México que todas queremos.