/ jueves 28 de febrero de 2019

La Guardia Nacional: el consenso en el Senado

Con una inesperada unanimidad de los asistentes, el Senado aprobó en sesión plenaria la creación de la Guardia Nacional (GN) y ahora corresponderá a la Cámara de Diputados respaldar o modificar el dictamen.

El consenso logrado por 127 senadores (al parecer faltó uno) después de un prolongado debate no es poca cosa si se toma en cuenta el enrarecimiento y polarización del ambiente político. Menos ante una iniciativa tan polémica como la constitución de una guardia nacional.

Por primera vez en la Cámara Alta todos resultaron triunfadores y así lo manifestaron a su manera los opositores vitoreando que la GN contará con un mando civil al cancelarse la junta de gobierno representada por las fuerzas armadas.

Asimismo, la oposición celebró que se determinara un periodo de cinco años para que el Ejército y la Marina continúen apoyando las actividades policiacas mientras se constituye la Guardia Nacional.

El mando de la Guardia Nacional recaerá en el secretario de Seguridad Pública y por ende la responsabilidad de sus acciones. También sus integrantes serán juzgados por tribunales civiles en caso de extralimitarse en sus funciones o violar los Derechos Humanos.

Los partidos de oposición consideran que con estos cambios se tendrá una guardia civil aunque en su inicio estará constituida por policías militares. Al menos ya no dependerá directamente de los mandos militares como se propuso al principio, lo cual provocó las protestas debido a que se daría una militarización de la seguridad pública en el país.

Por su parte los legisladores de Morena y aliados festejaron poder lograr la aprobación de sus contrarios para crear la Guardia Nacional, la que se convertirá en la principal fuerza de seguridad para prevenir y combatir al crimen organizado.

El autor de la iniciativa, el presidente López Obrador, declaró estar satisfecho con la decisión de los senadores, por lo que se espera no se pretenda realizarle mayores cambios a la minuta en la Cámara Baja.

Los intentos por contar con una policía nacional preventiva parece que al fin tendrán resultados, al menos hasta ahora teóricamente pues falta constatar su implementación.

Ahora bien, aún quedan pendientes de fortalecer y depurar las policías estatales y municipales. Si continúan con las mismas deficiencias y corruptelas poco será lo que logrará la Guardia Nacional por sí misma y menos si no se da una eficiente coordinación con los demás cuerpos policiacos.

Si bien la creación de la Guardia Nacional representa un triunfo de AMLO, también para la oposición representa un avance pues hasta ahora poco o nada habían hecho para ser un contrapeso real del poder presidencial.

La aprobación por consenso en el Senado podría representar el inicio de acuerdos legislativos que sean debatidos y llevados a la práctica superando las posturas del todo o nada. El arte de la política consiste en ceder algo para poder negociar y obtener mejor un mal arreglo que beneficie en algo a las partes que un buen pleito que perjudique a todos.


Con una inesperada unanimidad de los asistentes, el Senado aprobó en sesión plenaria la creación de la Guardia Nacional (GN) y ahora corresponderá a la Cámara de Diputados respaldar o modificar el dictamen.

El consenso logrado por 127 senadores (al parecer faltó uno) después de un prolongado debate no es poca cosa si se toma en cuenta el enrarecimiento y polarización del ambiente político. Menos ante una iniciativa tan polémica como la constitución de una guardia nacional.

Por primera vez en la Cámara Alta todos resultaron triunfadores y así lo manifestaron a su manera los opositores vitoreando que la GN contará con un mando civil al cancelarse la junta de gobierno representada por las fuerzas armadas.

Asimismo, la oposición celebró que se determinara un periodo de cinco años para que el Ejército y la Marina continúen apoyando las actividades policiacas mientras se constituye la Guardia Nacional.

El mando de la Guardia Nacional recaerá en el secretario de Seguridad Pública y por ende la responsabilidad de sus acciones. También sus integrantes serán juzgados por tribunales civiles en caso de extralimitarse en sus funciones o violar los Derechos Humanos.

Los partidos de oposición consideran que con estos cambios se tendrá una guardia civil aunque en su inicio estará constituida por policías militares. Al menos ya no dependerá directamente de los mandos militares como se propuso al principio, lo cual provocó las protestas debido a que se daría una militarización de la seguridad pública en el país.

Por su parte los legisladores de Morena y aliados festejaron poder lograr la aprobación de sus contrarios para crear la Guardia Nacional, la que se convertirá en la principal fuerza de seguridad para prevenir y combatir al crimen organizado.

El autor de la iniciativa, el presidente López Obrador, declaró estar satisfecho con la decisión de los senadores, por lo que se espera no se pretenda realizarle mayores cambios a la minuta en la Cámara Baja.

Los intentos por contar con una policía nacional preventiva parece que al fin tendrán resultados, al menos hasta ahora teóricamente pues falta constatar su implementación.

Ahora bien, aún quedan pendientes de fortalecer y depurar las policías estatales y municipales. Si continúan con las mismas deficiencias y corruptelas poco será lo que logrará la Guardia Nacional por sí misma y menos si no se da una eficiente coordinación con los demás cuerpos policiacos.

Si bien la creación de la Guardia Nacional representa un triunfo de AMLO, también para la oposición representa un avance pues hasta ahora poco o nada habían hecho para ser un contrapeso real del poder presidencial.

La aprobación por consenso en el Senado podría representar el inicio de acuerdos legislativos que sean debatidos y llevados a la práctica superando las posturas del todo o nada. El arte de la política consiste en ceder algo para poder negociar y obtener mejor un mal arreglo que beneficie en algo a las partes que un buen pleito que perjudique a todos.