/ martes 23 de junio de 2020

La honestidad trae confianza

La falsa honestidad de los hipócritas es la que los hace encubrir las llagas enfermas
Horacio

Los rumores interesados se han utilizado en todas las épocas para favorecer regímenes deshonestos y mal intencionados. Inventar cuentos, historias y versiones que descalifiquen y difamen son herramientas que utilizan las dictaduras que se visten de seudolíderes con las batas, de la más pura hipocresía, para engañar a los ciudadanos honestos que quieren vivir en paz y por los senderos de la felicidad. Estamos en la encrucijada de elegir a quienes amen a México, a sus habitantes y a sus instituciones, o permitir los signos ignominiosos de la deshonestidad que nos absorba y nos lleve a la destrucción de la socioeconomía y de la Patria misma, por los caprichos envueltos en una clara demagogia que nos está asfixiando con el culto a la personalidad de un dictador, burlesco y cínico para con la comunidad.

La incertidumbre que generan los oportunistas electoreros, con el desequilibrio de los poderes de la unión, con las nefastas intenciones de controlarlos, desapareciendo instituciones que los mexicanos nos hemos dado dialécticamente para desarrollar al país, es deshonesta y autocrática. No debemos permitir que inicuamente se destruya la Nación, al contrario, con la fuerza moral de nuestro voto frenemos las intenciones tenebrosas de los intentos de bloquear el desarrollo de las fuerzas productivas de nuestra Patria. Centralizar el poder federal, descalificar instituciones, para desaparecerlas, controlar los procesos electorales y embarazar a la Secretaría de gobernación, con el control absoluto de las instituciones autónomas y totalmente descentralizadas, es la más descarada de la política totalitaria, perpetuar el poder del dictador.

Llegó el momento de hacer sentir a la dictadura la fuerza de los ciudadanos honestos en las urnas, con la convicción de que México es más grande que los merolicos seudoizquierdistas, que utilizan nuestro erario para comprar votos y apoyos a su grupo político, cuyo propietario es el propio dictador. ¿Por qué “dictador”? simple y sencillamente viola la Constitución y sus leyes, e impone su autoritarismo, ofendiendo el régimen jurídico-político que protestó cumplir y hacer cumplir. México hoy es un vil desastre en todos los rubros de la administración. La violencia y el crimen ahogan a muchas mujeres y a niños inocentes. Caída la inversión, vemos un México quebrantado.


La falsa honestidad de los hipócritas es la que los hace encubrir las llagas enfermas
Horacio

Los rumores interesados se han utilizado en todas las épocas para favorecer regímenes deshonestos y mal intencionados. Inventar cuentos, historias y versiones que descalifiquen y difamen son herramientas que utilizan las dictaduras que se visten de seudolíderes con las batas, de la más pura hipocresía, para engañar a los ciudadanos honestos que quieren vivir en paz y por los senderos de la felicidad. Estamos en la encrucijada de elegir a quienes amen a México, a sus habitantes y a sus instituciones, o permitir los signos ignominiosos de la deshonestidad que nos absorba y nos lleve a la destrucción de la socioeconomía y de la Patria misma, por los caprichos envueltos en una clara demagogia que nos está asfixiando con el culto a la personalidad de un dictador, burlesco y cínico para con la comunidad.

La incertidumbre que generan los oportunistas electoreros, con el desequilibrio de los poderes de la unión, con las nefastas intenciones de controlarlos, desapareciendo instituciones que los mexicanos nos hemos dado dialécticamente para desarrollar al país, es deshonesta y autocrática. No debemos permitir que inicuamente se destruya la Nación, al contrario, con la fuerza moral de nuestro voto frenemos las intenciones tenebrosas de los intentos de bloquear el desarrollo de las fuerzas productivas de nuestra Patria. Centralizar el poder federal, descalificar instituciones, para desaparecerlas, controlar los procesos electorales y embarazar a la Secretaría de gobernación, con el control absoluto de las instituciones autónomas y totalmente descentralizadas, es la más descarada de la política totalitaria, perpetuar el poder del dictador.

Llegó el momento de hacer sentir a la dictadura la fuerza de los ciudadanos honestos en las urnas, con la convicción de que México es más grande que los merolicos seudoizquierdistas, que utilizan nuestro erario para comprar votos y apoyos a su grupo político, cuyo propietario es el propio dictador. ¿Por qué “dictador”? simple y sencillamente viola la Constitución y sus leyes, e impone su autoritarismo, ofendiendo el régimen jurídico-político que protestó cumplir y hacer cumplir. México hoy es un vil desastre en todos los rubros de la administración. La violencia y el crimen ahogan a muchas mujeres y a niños inocentes. Caída la inversión, vemos un México quebrantado.