/ domingo 6 de junio de 2021

La “hora cero” de lo electoral y social 

Por: Francisco Javier Pizarro Chávez

Cronológicamente, la “hora cero” es un indicador de tiempo que marca el final de una etapa y el comienzo de una nueva. Esta frase se ha utilizado de manera análoga, para advertir otro tipo de fines e inicios.

Como es sabido, la contienda electoral de partidos y candidatos cerró el miércoles pasado en el ámbito federal, estatal y municipal, con el fin de que los ciudadanos reflexionen sin presión alguna por quién van a votar, lo que sin duda es trascendente.

El voto ciudadano es eje fundamental de este inédito proceso electoral del Poder Legislativo federal y estatal, de las gubernaturas de 15 entidades de la república, ayuntamientos municipales, síndicos y regidores. En concreto, son las elecciones más magnas en toda la historia de nuestro país y, paradójicamente, las más endebles y vacuas.

En atención a ello, es determinante la participación de la sociedad y el voto de los ciudadanos. Debemos acudir a votar en beneficio de la democracia y la justicia social.

La democracia es una forma de organización de la sociedad que atribuye la titularidad del poder al conjunto de ciudadanos, no sólo a los partidos políticos, como ellos consideran.

Las decisiones colectivas de los ciudadanos son adoptadas por el pueblo mediante políticas de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes.

En síntesis: La democracia es una forma de convivencia social mediante la cual las relaciones sociales se estructuran y funcionan mediante la política representativa y la participativa, que considero es la más viable y consistente en lo social.

La democracia política se sustenta en el estado de derecho, la división de poderes, el sufragio universal, las elecciones limpias y el sistema de partidos.

La democracia social se sostiene en esos mecanismos de la decisión política, siempre y cuando se inserten y fortalezcan un sistema social más amplio del que es parte, no de las relaciones del poder, que socialmente no se estructuran habitualmente.

Para los ciudadanos la democracia no depende de la pluralidad política, sino del diálogo social mediante el cual se entrelazan consultas, intercambios de información entre los actores sociales y con los gobiernos sobre temas de intereses comunitarios, con el fin de alcanzar decisiones apoyadas en el consenso, no en la confrontación.

Así que vota por ti mismo y tus semejantes; la Justicia y el Derecho; el Bienestar social y la Soberanía de nuestra patria. Llegó la hora cero. Cronometremos el reloj del destino que nos depara estas transcendentales elecciones.

Por: Francisco Javier Pizarro Chávez

Cronológicamente, la “hora cero” es un indicador de tiempo que marca el final de una etapa y el comienzo de una nueva. Esta frase se ha utilizado de manera análoga, para advertir otro tipo de fines e inicios.

Como es sabido, la contienda electoral de partidos y candidatos cerró el miércoles pasado en el ámbito federal, estatal y municipal, con el fin de que los ciudadanos reflexionen sin presión alguna por quién van a votar, lo que sin duda es trascendente.

El voto ciudadano es eje fundamental de este inédito proceso electoral del Poder Legislativo federal y estatal, de las gubernaturas de 15 entidades de la república, ayuntamientos municipales, síndicos y regidores. En concreto, son las elecciones más magnas en toda la historia de nuestro país y, paradójicamente, las más endebles y vacuas.

En atención a ello, es determinante la participación de la sociedad y el voto de los ciudadanos. Debemos acudir a votar en beneficio de la democracia y la justicia social.

La democracia es una forma de organización de la sociedad que atribuye la titularidad del poder al conjunto de ciudadanos, no sólo a los partidos políticos, como ellos consideran.

Las decisiones colectivas de los ciudadanos son adoptadas por el pueblo mediante políticas de participación directa o indirecta que confieren legitimidad a sus representantes.

En síntesis: La democracia es una forma de convivencia social mediante la cual las relaciones sociales se estructuran y funcionan mediante la política representativa y la participativa, que considero es la más viable y consistente en lo social.

La democracia política se sustenta en el estado de derecho, la división de poderes, el sufragio universal, las elecciones limpias y el sistema de partidos.

La democracia social se sostiene en esos mecanismos de la decisión política, siempre y cuando se inserten y fortalezcan un sistema social más amplio del que es parte, no de las relaciones del poder, que socialmente no se estructuran habitualmente.

Para los ciudadanos la democracia no depende de la pluralidad política, sino del diálogo social mediante el cual se entrelazan consultas, intercambios de información entre los actores sociales y con los gobiernos sobre temas de intereses comunitarios, con el fin de alcanzar decisiones apoyadas en el consenso, no en la confrontación.

Así que vota por ti mismo y tus semejantes; la Justicia y el Derecho; el Bienestar social y la Soberanía de nuestra patria. Llegó la hora cero. Cronometremos el reloj del destino que nos depara estas transcendentales elecciones.