/ martes 12 de junio de 2018

La hora final

El tiempo avanza y cada vez estamos más cerca del día “D”, la hora final, la definitiva para conocer a los ganadores de las elecciones, especialmente a quien llevará las riendas del país.

Mientras tanto las acusaciones por diversas causas contra los candidatos –los presidenciables y todos los demás- aumentan, y las disputas entre ellos y sus partidos.

Y también mientras tanto no pocos de los posibles electores se preguntan sobre su voto dado que en verdad ninguno de los presidenciables los acaba de convencer. Y unas de las razones, quizá las de mayor peso, son precisamente las acusaciones que pesan sobre ellos, sobre todo las que los involucran en actos que rayan o pueden rayar en corrupción o las situaciones de su pasado que no los dejan bien parados.

Frente a distintos señalamientos algunos candidatos, presidenciables o no, se salen por la tangente. Sus respuestas no van al centro de lo que son acusados sino se desvían hacia la persecución política, la malquerencia de sus adversarios o al calor de la lucha electoral, o reviran acusando a otros de actos no gratos a la mira de los ciudadanos.

Por otra parte, ya antes lo habíamos expuesto, las autoridades sean o no electorales poco hacen para evitar la llamada “guerra sucia”, o para investigar y determinar si determinadas conductas de los candidatos, señaladas o no, son ciertas o derivan en difamaciones o calumnias. Y suponemos, por ello, que pasado el proceso electoral, como ha sucedido en otras ocasiones, las cosas no pasarán a mayores, se les dará carpetazo, quedarán relegadas al olvido o se determinará que poco o nada hay que perseguir.

Algunos votantes ya han determinado por quién o quiénes emitir el sufragio y nada los hará cambiar, otros lo harán por presiones o por conveniencias, otros más se dejarán arrastrar por el canto de las sirenas, pero algunos más –y no son pocos- buscarán razonar y tener bases firmes a la hora de votar, aunque no estén convencidos del todo sobre su preferencia. A ellos sobre todo les instamos a no dejar de ir a depositar sus boletas y hacerlo en conciencia. ¿Lo ven?




El tiempo avanza y cada vez estamos más cerca del día “D”, la hora final, la definitiva para conocer a los ganadores de las elecciones, especialmente a quien llevará las riendas del país.

Mientras tanto las acusaciones por diversas causas contra los candidatos –los presidenciables y todos los demás- aumentan, y las disputas entre ellos y sus partidos.

Y también mientras tanto no pocos de los posibles electores se preguntan sobre su voto dado que en verdad ninguno de los presidenciables los acaba de convencer. Y unas de las razones, quizá las de mayor peso, son precisamente las acusaciones que pesan sobre ellos, sobre todo las que los involucran en actos que rayan o pueden rayar en corrupción o las situaciones de su pasado que no los dejan bien parados.

Frente a distintos señalamientos algunos candidatos, presidenciables o no, se salen por la tangente. Sus respuestas no van al centro de lo que son acusados sino se desvían hacia la persecución política, la malquerencia de sus adversarios o al calor de la lucha electoral, o reviran acusando a otros de actos no gratos a la mira de los ciudadanos.

Por otra parte, ya antes lo habíamos expuesto, las autoridades sean o no electorales poco hacen para evitar la llamada “guerra sucia”, o para investigar y determinar si determinadas conductas de los candidatos, señaladas o no, son ciertas o derivan en difamaciones o calumnias. Y suponemos, por ello, que pasado el proceso electoral, como ha sucedido en otras ocasiones, las cosas no pasarán a mayores, se les dará carpetazo, quedarán relegadas al olvido o se determinará que poco o nada hay que perseguir.

Algunos votantes ya han determinado por quién o quiénes emitir el sufragio y nada los hará cambiar, otros lo harán por presiones o por conveniencias, otros más se dejarán arrastrar por el canto de las sirenas, pero algunos más –y no son pocos- buscarán razonar y tener bases firmes a la hora de votar, aunque no estén convencidos del todo sobre su preferencia. A ellos sobre todo les instamos a no dejar de ir a depositar sus boletas y hacerlo en conciencia. ¿Lo ven?