/ sábado 23 de octubre de 2021

La inmigración: “Muchos pensamientos… un solo equipo”

Por: Carlos González Fernández

“Desde cualquier ángulo en el entorno” avista la inmigración. México ha sufrido un fenómeno migratorio muy drástico; en medio siglo es ya un país fundamentalmente urbano (85 por ciento), después de haber vivido una etapa menos que más equilibrada entre el campo y las ciudades, actualmente el ámbito rural representa apenas el 15 por ciento.

Las ciudades mexicanas pequeñas, medianas y grandes y mayormente las súper urbes como la CDMX, Estado de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla, Guanajuato, entre otras más y desde luego, las ciudades fronterizas con mayor migración nacional y extranjera, como Tijuana y Cd. Juárez, que compiten entre la creciente cantidad de pobladores migrantes y el esfuerzo permanente por mejorar los servicios de sus habitantes, acusan desorden de diseño y estructura urbana, aunque pretendan y luchen las autoridades de los tres órdenes de gobierno, especialmente las presidencias municipales, por alcanzar el bienestar y la dignidad de los seres humanos que las habitan, perjudicando una convivencia pacífica, ordenada, armónica y justa, generando la infraestructura indispensable que los presupuestos permiten emplear en el desarrollo y la preocupación por buscar la generación de empleo suficiente aún lejos de lograrlo, ante el paliativo de la industria maquiladora de exportación, las voluntades de procurar la seguridad y la justicia de los que ya están y de los que llegan, propios y extraños (latinoamericanos y haitianos), carecen de la capacidad suficiente para poder dar techo, cobijo y alimentación a quienes llegan de otras latitudes, tras el “sueño americano”; Ciudad Juárez, por ejemplo, acusa que a marzo de 2019, rebasaba los 3 mil inmigrantes centroamericanos y el siguiente año, 2132 extranjeros se presentaron ante las autoridades migratorias de Chihuahua.

Actualmente (2021, mayo, registró un nuevo máximo de 180 mil indocumentados arrestados en EU), ante la amenaza latente de que los “gabachos” expulsan en gran medida en las fronteras norte, por la fuerza, a migrantes que hayan entrado de forma irregular a Estados Unidos, sin darles la oportunidad de solicitar asilo o protección. La cantidad potencial agudiza mayormente la problemática que ya presenta severos conflictos a nuestras autoridades federales, estatales y municipales, sobrepasando la capacidad instalada de la Casa del Migrante y las demás instancias altruistas…

Para hablar de la migración, debemos observarla desde los principales motivos y necesidades de la gente que emigra de otras latitudes nacionales y de allende la frontera sur, pues deben pasar por un proceso de adaptación e integración hacia una nueva sociedad y una nueva cultura que muchas veces los rechaza, amén de los abusos en su tránsito por tierras mexicanas. Principalmente, la gente que emigra, lo hace debido a una necesidad, ya sea por un factor sociológico y/o político, pero principalmente por un motivo laboral que está relacionado directamente con el aspecto económico, aunque la situación del empleo está verdaderamente complicada, ya querríamos trabajo, cuando menos para nuestros connacionales, desafortunadamente, en México, la mayoría de la sociedad pretende conseguir mejorar su calidad de vida o bienestar social, tras el espejismo del empleo bien remunerado y una buena parte, traspasando las trabas gringas para endosar o transferir a México y concretamente a Cd. Juárez y Tijuana, las consecuencias por no permitir la permanencia de los migrantes de aquel lado y aún más de quienes son expulsados o impedidos de lograr éxito en sus gestiones, aunque cifran en poco más de 70 mil, los centroamericanos que ya cruzaron y se encuentran tramitando su estancia en los Estados Unidos. cargofe7@hotmail.com.

Por: Carlos González Fernández

“Desde cualquier ángulo en el entorno” avista la inmigración. México ha sufrido un fenómeno migratorio muy drástico; en medio siglo es ya un país fundamentalmente urbano (85 por ciento), después de haber vivido una etapa menos que más equilibrada entre el campo y las ciudades, actualmente el ámbito rural representa apenas el 15 por ciento.

Las ciudades mexicanas pequeñas, medianas y grandes y mayormente las súper urbes como la CDMX, Estado de México, Guadalajara, Monterrey, Puebla, Guanajuato, entre otras más y desde luego, las ciudades fronterizas con mayor migración nacional y extranjera, como Tijuana y Cd. Juárez, que compiten entre la creciente cantidad de pobladores migrantes y el esfuerzo permanente por mejorar los servicios de sus habitantes, acusan desorden de diseño y estructura urbana, aunque pretendan y luchen las autoridades de los tres órdenes de gobierno, especialmente las presidencias municipales, por alcanzar el bienestar y la dignidad de los seres humanos que las habitan, perjudicando una convivencia pacífica, ordenada, armónica y justa, generando la infraestructura indispensable que los presupuestos permiten emplear en el desarrollo y la preocupación por buscar la generación de empleo suficiente aún lejos de lograrlo, ante el paliativo de la industria maquiladora de exportación, las voluntades de procurar la seguridad y la justicia de los que ya están y de los que llegan, propios y extraños (latinoamericanos y haitianos), carecen de la capacidad suficiente para poder dar techo, cobijo y alimentación a quienes llegan de otras latitudes, tras el “sueño americano”; Ciudad Juárez, por ejemplo, acusa que a marzo de 2019, rebasaba los 3 mil inmigrantes centroamericanos y el siguiente año, 2132 extranjeros se presentaron ante las autoridades migratorias de Chihuahua.

Actualmente (2021, mayo, registró un nuevo máximo de 180 mil indocumentados arrestados en EU), ante la amenaza latente de que los “gabachos” expulsan en gran medida en las fronteras norte, por la fuerza, a migrantes que hayan entrado de forma irregular a Estados Unidos, sin darles la oportunidad de solicitar asilo o protección. La cantidad potencial agudiza mayormente la problemática que ya presenta severos conflictos a nuestras autoridades federales, estatales y municipales, sobrepasando la capacidad instalada de la Casa del Migrante y las demás instancias altruistas…

Para hablar de la migración, debemos observarla desde los principales motivos y necesidades de la gente que emigra de otras latitudes nacionales y de allende la frontera sur, pues deben pasar por un proceso de adaptación e integración hacia una nueva sociedad y una nueva cultura que muchas veces los rechaza, amén de los abusos en su tránsito por tierras mexicanas. Principalmente, la gente que emigra, lo hace debido a una necesidad, ya sea por un factor sociológico y/o político, pero principalmente por un motivo laboral que está relacionado directamente con el aspecto económico, aunque la situación del empleo está verdaderamente complicada, ya querríamos trabajo, cuando menos para nuestros connacionales, desafortunadamente, en México, la mayoría de la sociedad pretende conseguir mejorar su calidad de vida o bienestar social, tras el espejismo del empleo bien remunerado y una buena parte, traspasando las trabas gringas para endosar o transferir a México y concretamente a Cd. Juárez y Tijuana, las consecuencias por no permitir la permanencia de los migrantes de aquel lado y aún más de quienes son expulsados o impedidos de lograr éxito en sus gestiones, aunque cifran en poco más de 70 mil, los centroamericanos que ya cruzaron y se encuentran tramitando su estancia en los Estados Unidos. cargofe7@hotmail.com.