/ miércoles 10 de marzo de 2021

La insuficiencia de este gobierno

El actual gobierno federal queda menguado en cuanto al contenido. Han fracasado en prácticamente todos los órdenes: la economía no creció 6 por ciento, sino que se contrajo; se han perdido empleos; educación y salud están peores que antes; y como lo hemos dicho ya muchas veces, la pobreza ha crecido como nunca. Y no se le puede culpar a la pandemia, la decadencia inició antes que ésta, además los gobiernos son elegidos para precisamente atacar estos problemas inesperados, como lo hicieron con éxito presidentes anteriores, que son ridiculizados por el actual.

El presidente fue elegido para resolver dos temas de la mayor importancia para los mexicanos: seguridad y corrupción. También aquí ha fracasado. Por eso le molestó tanto al presidente el informe de la Auditoría Superior de la Federación, que coloca a su gobierno como más corrupto incluso que el de Peña Nieto, al menos en su primer año.

La bandera de su lucha contra la corrupción se ha utilizado para defender todas sus arbitrariedades. El Aeropuerto de Texcoco, la cervecería de Mexicali, los contratos de gas de CFE, el de etano de Braskem, la escasez de medicinas, el desabasto de combustible. De nada ofrece evidencias, sólo malabarea cifras para que parezca que está haciendo algo.

Además, el presidente enfrentará el desafío de seguir manteniendo a su ejército de electores que le dieron la mayoría en la Cámara de Diputados federal. Este es un gasto gigantesco que no alcanza para cubrirlo con el presupuesto anualizado.

Ante la falta de recursos presupuestales debido principalmente al pobre desarrollo en el crecimiento del PIB, nos encontraremos ante un gobierno en quiebra que estará desesperado por conseguir recursos económicos, ya sea un alza de impuestos o con la contratación de más deuda, o sin más remedio, seguir subiendo la gasolina a niveles de 25 pesos por litro de la gasolina regular. Y todo esto por lo menos para pagar la nómina y aguinaldos.

Todos los recursos obtenidos de las reservas para contingencias, heredadas de los gobiernos anteriores que tanto demoniza, de los fideicomisos, y en un arranque perverso de política presupuestal, canceló innumerables programas sociales como el de guarderías o el ahorro que hiciera en la compra de medicamentos afectando a los niños con cáncer, ya se habrán acabado para el 6 de junio.

El proyecto político de AMLO se fondea de los propios impuestos que pagan principalmente las clases media y alta de mexicanos que a toda hora son atacados desde el púlpito de Palacio Nacional. Ante esto el presidente ha logrado algo, la drástica disminución de la clase media, por la pandemia y la falta de apoyos. ¡Felicidades! Y todos actuamos como si no pasara nada, pero esta pasividad social muy pronto tendrá consecuencias nocivas para todos los mexicanos sin importar su estatus social.

Por otro lado, el que el gobierno abra la chequera para la contienda electoral nos dejará sin dinero para resolver problemas urgentes en México: como la pandemia y la falta de vacunas y medicamentos, sin lo cual seguirá el estancamiento económico, crisis de inseguridad y de energéticos, quedando sólo recursos para cubrir el gasto corriente.

¿Actuaremos entonces?

El actual gobierno federal queda menguado en cuanto al contenido. Han fracasado en prácticamente todos los órdenes: la economía no creció 6 por ciento, sino que se contrajo; se han perdido empleos; educación y salud están peores que antes; y como lo hemos dicho ya muchas veces, la pobreza ha crecido como nunca. Y no se le puede culpar a la pandemia, la decadencia inició antes que ésta, además los gobiernos son elegidos para precisamente atacar estos problemas inesperados, como lo hicieron con éxito presidentes anteriores, que son ridiculizados por el actual.

El presidente fue elegido para resolver dos temas de la mayor importancia para los mexicanos: seguridad y corrupción. También aquí ha fracasado. Por eso le molestó tanto al presidente el informe de la Auditoría Superior de la Federación, que coloca a su gobierno como más corrupto incluso que el de Peña Nieto, al menos en su primer año.

La bandera de su lucha contra la corrupción se ha utilizado para defender todas sus arbitrariedades. El Aeropuerto de Texcoco, la cervecería de Mexicali, los contratos de gas de CFE, el de etano de Braskem, la escasez de medicinas, el desabasto de combustible. De nada ofrece evidencias, sólo malabarea cifras para que parezca que está haciendo algo.

Además, el presidente enfrentará el desafío de seguir manteniendo a su ejército de electores que le dieron la mayoría en la Cámara de Diputados federal. Este es un gasto gigantesco que no alcanza para cubrirlo con el presupuesto anualizado.

Ante la falta de recursos presupuestales debido principalmente al pobre desarrollo en el crecimiento del PIB, nos encontraremos ante un gobierno en quiebra que estará desesperado por conseguir recursos económicos, ya sea un alza de impuestos o con la contratación de más deuda, o sin más remedio, seguir subiendo la gasolina a niveles de 25 pesos por litro de la gasolina regular. Y todo esto por lo menos para pagar la nómina y aguinaldos.

Todos los recursos obtenidos de las reservas para contingencias, heredadas de los gobiernos anteriores que tanto demoniza, de los fideicomisos, y en un arranque perverso de política presupuestal, canceló innumerables programas sociales como el de guarderías o el ahorro que hiciera en la compra de medicamentos afectando a los niños con cáncer, ya se habrán acabado para el 6 de junio.

El proyecto político de AMLO se fondea de los propios impuestos que pagan principalmente las clases media y alta de mexicanos que a toda hora son atacados desde el púlpito de Palacio Nacional. Ante esto el presidente ha logrado algo, la drástica disminución de la clase media, por la pandemia y la falta de apoyos. ¡Felicidades! Y todos actuamos como si no pasara nada, pero esta pasividad social muy pronto tendrá consecuencias nocivas para todos los mexicanos sin importar su estatus social.

Por otro lado, el que el gobierno abra la chequera para la contienda electoral nos dejará sin dinero para resolver problemas urgentes en México: como la pandemia y la falta de vacunas y medicamentos, sin lo cual seguirá el estancamiento económico, crisis de inseguridad y de energéticos, quedando sólo recursos para cubrir el gasto corriente.

¿Actuaremos entonces?