/ miércoles 10 de abril de 2019

La libertad de escribir

Para conseguir lo que buscamos debemos expresarnos y eso implica compartir ideas, pensamientos y sentimientos; escribir nos permite hacerlo con libertad y posiblemente manifestarlo a otras personas. Aunque algunos duden de su capacidad de hacerlo, hay que saber que no hay receta secreta para comenzar más que la intención llevada a la acción. A escribir se aprende escribiendo, y leyendo mucho y rápido, pues la vida no alcanza para leer todo lo que queramos. Plasmar algo implica que permanecerá en el tiempo; de ahí la importancia de intentarlo hacerlo bien y de trasmitir ideas que trasciendan nuestros confines para alcanzar un bien común.

Si bien, el poder de la escritura abre la puerta a la libertad de decir lo que “se nos de la gana”, hacerlo implica responsabilidad. Al respecto, el filósofo Fernando Savater indica sobre el artículo periodístico que quienes lo hacen en cierto modo son servidores públicos, ya que sus textos cumplen una función social al deberse a la polis y a las obligaciones de nuestra comunidad.

Para escribir la disciplina es clave; Oscar Wilde decía que para ello se requería 10% de talento y 90% de transpiración. Carlos Fuentes comparte su rutina para escribir: Se levanta a las seis de la mañana, escribe de siete a doce, hace ejercicio una hora, compra los periódicos, come con su mujer, luego lee tres horas en la tarde y finalmente va al cine o al teatro. Se mofa y dice que esto sólo lo hace en ciudades organizadas como Londres, pues en México, con lo que duran los desayunos políticos y la saturación de eventos, si logra escribir un artículo periodístico se da por bien servido. Resalta la importancia de imaginar para trascender y darle sentido a la experiencia, convertirla en destino y salvarla de la simple fatalidad. La realidad literaria añade a la realidad objetiva.

Podemos decir lo que nos plazca y he ahí la importancia de proteger el derecho a la libertad de expresión, que nos permite defender otros derechos a la vez; aunque tristemente a veces decir lo que se dice sale muy caro. Los escritores amantes de la libertad pudieran exponerse a perderla con lo que escriben.

Con las letras se puede levantar la voz y denunciar, pero también murmurar un sutil poema. Ya sea a través de una historia, novela, biografía, cuento o artículo periodístico, todos tenemos algo que decir. Lo importante es erigirse en un acto de valentía, atreverse a tomar la pluma para inmortalizar nuestro pensar y así, poner en práctica nuestra libertad.

Yanez_flor@hotmail.com











Para conseguir lo que buscamos debemos expresarnos y eso implica compartir ideas, pensamientos y sentimientos; escribir nos permite hacerlo con libertad y posiblemente manifestarlo a otras personas. Aunque algunos duden de su capacidad de hacerlo, hay que saber que no hay receta secreta para comenzar más que la intención llevada a la acción. A escribir se aprende escribiendo, y leyendo mucho y rápido, pues la vida no alcanza para leer todo lo que queramos. Plasmar algo implica que permanecerá en el tiempo; de ahí la importancia de intentarlo hacerlo bien y de trasmitir ideas que trasciendan nuestros confines para alcanzar un bien común.

Si bien, el poder de la escritura abre la puerta a la libertad de decir lo que “se nos de la gana”, hacerlo implica responsabilidad. Al respecto, el filósofo Fernando Savater indica sobre el artículo periodístico que quienes lo hacen en cierto modo son servidores públicos, ya que sus textos cumplen una función social al deberse a la polis y a las obligaciones de nuestra comunidad.

Para escribir la disciplina es clave; Oscar Wilde decía que para ello se requería 10% de talento y 90% de transpiración. Carlos Fuentes comparte su rutina para escribir: Se levanta a las seis de la mañana, escribe de siete a doce, hace ejercicio una hora, compra los periódicos, come con su mujer, luego lee tres horas en la tarde y finalmente va al cine o al teatro. Se mofa y dice que esto sólo lo hace en ciudades organizadas como Londres, pues en México, con lo que duran los desayunos políticos y la saturación de eventos, si logra escribir un artículo periodístico se da por bien servido. Resalta la importancia de imaginar para trascender y darle sentido a la experiencia, convertirla en destino y salvarla de la simple fatalidad. La realidad literaria añade a la realidad objetiva.

Podemos decir lo que nos plazca y he ahí la importancia de proteger el derecho a la libertad de expresión, que nos permite defender otros derechos a la vez; aunque tristemente a veces decir lo que se dice sale muy caro. Los escritores amantes de la libertad pudieran exponerse a perderla con lo que escriben.

Con las letras se puede levantar la voz y denunciar, pero también murmurar un sutil poema. Ya sea a través de una historia, novela, biografía, cuento o artículo periodístico, todos tenemos algo que decir. Lo importante es erigirse en un acto de valentía, atreverse a tomar la pluma para inmortalizar nuestro pensar y así, poner en práctica nuestra libertad.

Yanez_flor@hotmail.com