“Nosotros debemos pensar que somos una de las hojas de un árbol, y el árbol es toda la humanidad. No podemos vivir los unos sin los otros, sin el árbol.” (Paul Casals).
Normalmente, cuando un año inicia se hace una valoración de lo sucedido el año que termina y se plantean los logros obtenidos así como los objetivos a alcanzar el año venidero, pero en esta ocasión démosle vuelta a ese análisis ante la tristeza que representan las grandes pérdidas que sufrimos de familiares, amigos, compañeros y conocidos, sin olvidar los grandes retos a los que nos enfrentamos ante los hechos durante el pasado 2020.
Sin embargo “la esperanza muere al último” como reza el dicho, y al inicio de este año tenemos viva esa luz que esperamos nos lleve a 365 días más en nuestra vida donde la salud, la dicha y la prosperidad sean la tónica diaria, claro, si el Creador del universo lo permite.
En la lucha contra el Covid-19, es una fuente de esperanza el contar con un arma que a largo plazo esperamos sea la que termine con esta pandemia: la vacuna que ya está siendo aplicada en muchas partes del mundo, comenzando con los profesionales de la salud, los héroes anónimos que están en la primera línea de batalla que ya cuentan con esta herramienta de defensa para lograr la inmunización que será extensiva a toda la población que se proyecta durante el primer semestre del año que inicia.
Sin embargo este año nos enfrentaremos a otro demonio que no cobra vidas como el Covid-19, pero que en muchos casos destruye la sociedad originando enfrentamientos ante las diferencias, ya no ideológicas sino de intereses, en el ámbito político.
Dos grandes proyectos se enfrentarán en una lucha por el poder; el primero privilegia el bienestar social, la justa distribución de la riqueza, la anticorrupción y la lucha contra la impunidad, el avance en el combate a la pobreza y del desarrollo sustentable, el segundo busca la continuidad del neoliberalismo con todos sus bemoles, privatizaciones, concentración de la riqueza, privilegios, enriquecimiento ilícito de funcionarios y la protección e impunidad ante los crímenes y desvíos.
Los partidos políticos se encuentran sólo en el papel. Las alianzas y coaliciones son para enfrentar uno y otro proyecto, sin ideología, sólo la búsqueda del poder poniendo al ciudadano en una disyuntiva y sin oportunidad de elegir por la vía independiente ante la inequidad para lograr el registro de sus aspirantes.
Oscuro el panorama, sin embargo quienes tenemos la manera de orientar el rumbo del país somos los ciudadanos y sin duda lo haremos el día de la jornada electoral.
Correo: vicmedina@hotmail.com