/ martes 15 de mayo de 2018

La lucha contra la corrupción y la impunidad

Desgraciadamente la legítima lucha contra la corrupción y la impunidad emprendida por el Gobierno del Estado está dirigida hacia el ámbito político; selectivamente en el ámbito local y sólidamente en el ámbito federal. Mientras tanto, el Estado Grande sufre los embates del crimen organizado y la impunidad y la corrupción sigue manifestándose de diferentes maneras.


Claro que nadie puede estar en desacuerdo de esta lucha en contra de los mayores males que aquejan a nuestro país. Lo sucedido el sábado pasado, cuando la Federación intentó por la fuerza llevarse a Alejandro Gutiérrez, Gerardo Villegas y Antonio Tarín que casi deriva en un enfrentamiento entre las fuerzas federales y las estatales, retrata dos imágenes: la desconfianza hacia la Federación y el aferramiento de que estos personajes paguen aquí sus culpas por haber sustraído los dineros del pueblo.


Los delitos que cometieron son graves, pero no llegan al asesinato con alevosía, premeditación y ventaja, y mientras tanto el crimen organizado impunemente ejecuta ciudadanos, ataca pueblos, desplaza familias y destruye bienes, en ciertos casos, coludidos con autoridades, y aunado a esto, la ciudadanía tiene que lidiar con corruptos elementos de Vialidad y agentes policiacos. A esto nos referimos cuando argumentamos la dirección de la lucha por erradicar la corrupción y la impunidad.


Y referimos que es selectiva, porque como un ejemplo, personajes como el ex gobernador del estado hoy prófugo de la justicia, quien cuenta con 13 órdenes de aprehensión y es supuestamente buscado por la mejor policía del mundo, no lo han podido aprehender para que pague por sus culpas, y personajes como Jaime Herrera, brazo derecho de Duarte, quien administraba los dineros y ejecutaba al pie de la letra las órdenes del “vulgar ladrón”, ni siquiera está sujeto a proceso y se pasea libremente por las calles de Chihuahua.


Claro que hay que combatir la corrupción y la impunidad, pero en todos sus niveles, la omisión de responsabilidades también es un acto de corrupción, el no actuar contra quienes alteran la seguridad pública cometiendo asesinatos y asaltando pueblos también representa un acto de impunidad.


La coherencia debe existir en todas las acciones de gobierno. Nos gustaría ver cómo las fuerzas estatales intervinieran de inmediato cuando se dan los ataques del crimen organizado, que deja ciudadanos ejecutados y familias lesionadas como lo hicieron el sábado para impedir que tres sujetos a proceso fueran trasladados a un penal federal.


Correo: vicmedina@hotmail.com

Desgraciadamente la legítima lucha contra la corrupción y la impunidad emprendida por el Gobierno del Estado está dirigida hacia el ámbito político; selectivamente en el ámbito local y sólidamente en el ámbito federal. Mientras tanto, el Estado Grande sufre los embates del crimen organizado y la impunidad y la corrupción sigue manifestándose de diferentes maneras.


Claro que nadie puede estar en desacuerdo de esta lucha en contra de los mayores males que aquejan a nuestro país. Lo sucedido el sábado pasado, cuando la Federación intentó por la fuerza llevarse a Alejandro Gutiérrez, Gerardo Villegas y Antonio Tarín que casi deriva en un enfrentamiento entre las fuerzas federales y las estatales, retrata dos imágenes: la desconfianza hacia la Federación y el aferramiento de que estos personajes paguen aquí sus culpas por haber sustraído los dineros del pueblo.


Los delitos que cometieron son graves, pero no llegan al asesinato con alevosía, premeditación y ventaja, y mientras tanto el crimen organizado impunemente ejecuta ciudadanos, ataca pueblos, desplaza familias y destruye bienes, en ciertos casos, coludidos con autoridades, y aunado a esto, la ciudadanía tiene que lidiar con corruptos elementos de Vialidad y agentes policiacos. A esto nos referimos cuando argumentamos la dirección de la lucha por erradicar la corrupción y la impunidad.


Y referimos que es selectiva, porque como un ejemplo, personajes como el ex gobernador del estado hoy prófugo de la justicia, quien cuenta con 13 órdenes de aprehensión y es supuestamente buscado por la mejor policía del mundo, no lo han podido aprehender para que pague por sus culpas, y personajes como Jaime Herrera, brazo derecho de Duarte, quien administraba los dineros y ejecutaba al pie de la letra las órdenes del “vulgar ladrón”, ni siquiera está sujeto a proceso y se pasea libremente por las calles de Chihuahua.


Claro que hay que combatir la corrupción y la impunidad, pero en todos sus niveles, la omisión de responsabilidades también es un acto de corrupción, el no actuar contra quienes alteran la seguridad pública cometiendo asesinatos y asaltando pueblos también representa un acto de impunidad.


La coherencia debe existir en todas las acciones de gobierno. Nos gustaría ver cómo las fuerzas estatales intervinieran de inmediato cuando se dan los ataques del crimen organizado, que deja ciudadanos ejecutados y familias lesionadas como lo hicieron el sábado para impedir que tres sujetos a proceso fueran trasladados a un penal federal.


Correo: vicmedina@hotmail.com