/ martes 21 de diciembre de 2021

La Navidad tiene una dimensión política

“Denle a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César” (Jesús de Nazaret)

El viernes es Nochebuena y el sábado Navidad. Para todos es un día especial, aunque nos encontremos entre una Navidad consumista y la alegría inocente de esos pequeños seres que nos mueven y provocan nuestra existencia complaciéndonos con sus preciosas sonrisas ante los regalos, la cena y la convivencia familiar.

Cambiando al Niño Jesús por Santa Claus, muy seguido nos olvidamos que lo que festejamos es el nacimiento del más grande líder que ha existido en nuestro planeta sin buscar las respuestas a preguntas como: ¿Qué tiene aquel hijo de José y María, nacido en un pesebre, educado en una región despreciada de la Palestina del primer siglo como para generar guerras y alianzas como ningún otro personaje en la historia humana? ¿Cómo es posible que el hijo de un carpintero, hecho maestro y crucificado como un terrorista por razones políticas y religiosas haya atraído la atención de tantas culturas en tal diversidad de regiones?

A pesar de que algunos no están de acuerdo, Jesús ha liderado el proyecto de convivencia humana, al menos de todo Occidente desde que caminó por las tierras de Israel.

En los inicios del siglo XXI, la pretendida equidad entre mujeres, niños, inmigrantes, ancianos y minusválidos, que hoy sigue siendo reclamada por los militantes de los derechos humanos, hace un nido perfecto en las enseñanzas del Maestro nacido en Belén. Jesús no sólo se presentó a sí mismo como un maestro de religión o modelo moral, como intentan presentarlo algunos, ni únicamente como Salvador del mundo y Verbo encarnado, como solemos destacar los cristianos.

Jesús discutió legislación, economía, nacionalismo e imperialismo, inmigración, sociología y liderazgo. Pero en esta época, si todo es fiesta, si la Navidad nos sirve para olvidarnos de los problemas ¿Qué sentido tiene ahora hablar de política que siempre trae problemas? Pero aunque estén de vacaciones los que viven de la política, los políticos también hacen política en Navidad, pues la política es inseparable de la vida humana.

El gobierno se preocupa por llevar a las comunidades diversiones y regalos, las comunidades cristianas hacen lo propio y las familias se preparan para la cena navideña tratando de unir a la mayor parte de los integrantes para una noche familiar de paz, tranquilidad y alegría.

San Lucas nos dice que Jesús nace en tiempos del emperador y de los gobernantes con los que dominaba y tenía sometida la región de Judea y Galilea.

El emperador había mandado hacer un censo… y no sólo para contar cuánta gente tenía bajo su dominio, sino para exigir los impuestos. Y el pueblo judío estaba ahorcado por los impuestos romanos, por los impuestos del templo, por los impuestos del comercio.

Hoy el pueblo carga con la corrupción y abuso del poder de muchas autoridades, si bien hay esfuerzos por parte de los gobiernos para minimizar la situación no son suficientes ante el desorden que nos han dejado.

La Navidad tiene una dimensión política. No podemos olvidarla. Y ciertamente nos compromete en la tarea de trabajar para construir otro mundo posible, más cercano al sueño del Reino de Dios.

¡Feliz Navidad!... Correo: vicmedina@gmail.com

“Denle a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César” (Jesús de Nazaret)

El viernes es Nochebuena y el sábado Navidad. Para todos es un día especial, aunque nos encontremos entre una Navidad consumista y la alegría inocente de esos pequeños seres que nos mueven y provocan nuestra existencia complaciéndonos con sus preciosas sonrisas ante los regalos, la cena y la convivencia familiar.

Cambiando al Niño Jesús por Santa Claus, muy seguido nos olvidamos que lo que festejamos es el nacimiento del más grande líder que ha existido en nuestro planeta sin buscar las respuestas a preguntas como: ¿Qué tiene aquel hijo de José y María, nacido en un pesebre, educado en una región despreciada de la Palestina del primer siglo como para generar guerras y alianzas como ningún otro personaje en la historia humana? ¿Cómo es posible que el hijo de un carpintero, hecho maestro y crucificado como un terrorista por razones políticas y religiosas haya atraído la atención de tantas culturas en tal diversidad de regiones?

A pesar de que algunos no están de acuerdo, Jesús ha liderado el proyecto de convivencia humana, al menos de todo Occidente desde que caminó por las tierras de Israel.

En los inicios del siglo XXI, la pretendida equidad entre mujeres, niños, inmigrantes, ancianos y minusválidos, que hoy sigue siendo reclamada por los militantes de los derechos humanos, hace un nido perfecto en las enseñanzas del Maestro nacido en Belén. Jesús no sólo se presentó a sí mismo como un maestro de religión o modelo moral, como intentan presentarlo algunos, ni únicamente como Salvador del mundo y Verbo encarnado, como solemos destacar los cristianos.

Jesús discutió legislación, economía, nacionalismo e imperialismo, inmigración, sociología y liderazgo. Pero en esta época, si todo es fiesta, si la Navidad nos sirve para olvidarnos de los problemas ¿Qué sentido tiene ahora hablar de política que siempre trae problemas? Pero aunque estén de vacaciones los que viven de la política, los políticos también hacen política en Navidad, pues la política es inseparable de la vida humana.

El gobierno se preocupa por llevar a las comunidades diversiones y regalos, las comunidades cristianas hacen lo propio y las familias se preparan para la cena navideña tratando de unir a la mayor parte de los integrantes para una noche familiar de paz, tranquilidad y alegría.

San Lucas nos dice que Jesús nace en tiempos del emperador y de los gobernantes con los que dominaba y tenía sometida la región de Judea y Galilea.

El emperador había mandado hacer un censo… y no sólo para contar cuánta gente tenía bajo su dominio, sino para exigir los impuestos. Y el pueblo judío estaba ahorcado por los impuestos romanos, por los impuestos del templo, por los impuestos del comercio.

Hoy el pueblo carga con la corrupción y abuso del poder de muchas autoridades, si bien hay esfuerzos por parte de los gobiernos para minimizar la situación no son suficientes ante el desorden que nos han dejado.

La Navidad tiene una dimensión política. No podemos olvidarla. Y ciertamente nos compromete en la tarea de trabajar para construir otro mundo posible, más cercano al sueño del Reino de Dios.

¡Feliz Navidad!... Correo: vicmedina@gmail.com