/ domingo 1 de noviembre de 2020

La “Noche de Brujas” de la derecha y la falsa izquierda


En teoría, la democracia es una forma de organización social que atribuye al conjunto de la ciudadanía la titularidad del poder del Estado. En la realidad, no son los ciudadanos, sino sus representantes, los que se apropian del poder político y definen mediante mecanismos contractuales las relaciones sociales conforme a sus intereses, que nada tienen que ver con los de los ciudadanos.

Ejemplo de ello, es el conflicto que se ha generado entre el presidente de la república y la “Alianza Federalista” que agrupa a 10 gobernadores, los cuales amenazan con separarse de la Federación, si el gobierno federal no modifica el Pacto Fiscal, el cual, aducen, ha puesto en quiebra las finanzas de sus estados.

Los gobernadores de la Alianza Federalista pueden abandonar el acuerdo de coordinación fiscal cuando lo deseen, pero no el Pacto Federal como lo establecen los artículos 40 y 41 de la Constitución de la República: Art. 40: “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental”. Art. 41: El pueblo ejerce su Soberanía por medio de los Poderes de la Unión”.

Y por si fuera poco Arturo Herrera, secretario de Hacienda y Crédito Público, en su cuenta de Twitter les dio a conocer que ellos mismos son responsables de la coordinación fiscal que cuestionan. “Contrario a lo que se ha señalado, el acuerdo fiscal prevaleciente no fue establecido por esta administración, sino producto, fundamentalmente, de la reforma de 2007 impulsada por el entonces presidente Felipe Calderón”, la cual fue aprobada por los diputados panistas (hoy gobernadores) que ahora critican.

Este trance tiene por donde quiera que se le mire un sesgo político electoral en relación a los inéditos y trascendentes comicios de 2021. No hay que olvidar que el sistema electoral actual es mixto, esto es, que integra características mayoritarias y proporcionales, y genera casos de sobre y subrepresentación en algunos partidos.

La confrontación de la Alianza Federalista con el presidente de la república es, metafóricamente hablando, una “escoba más de las ‘brujas de la derecha’” para emprender el vuelo rumbo a las elecciones del año entrante. Las otras “escobas” enfocadas a aterrorizar a la sociedad e imputar al presidente de la república que para ellos es el “Diablo de todos los maleficios”, los contagios y muertes de la población generada por el Covid-19; la violencia y asesinato de mujeres; el crecimiento del crimen organizado y el desplome de las finanzas públicas y la economía, al que hay que “exorcizar” en el 2020 en la revocación de su mandato.

Los” brujos” de la derecha corrupta están felices que los clanes de la “falsa izquierda” de Morena, lejos de apoyar al presidente y la 4T, están febrilmente inmersos en acres disputan por el control de los liderazgos partidistas y candidaturas electorales, lo que ha generado una profunda desorganización de sus militantes y una creciente confusión de sus electores, como quedó demostrado en las recientes elecciones de Hidalgo y Coahuila.


En teoría, la democracia es una forma de organización social que atribuye al conjunto de la ciudadanía la titularidad del poder del Estado. En la realidad, no son los ciudadanos, sino sus representantes, los que se apropian del poder político y definen mediante mecanismos contractuales las relaciones sociales conforme a sus intereses, que nada tienen que ver con los de los ciudadanos.

Ejemplo de ello, es el conflicto que se ha generado entre el presidente de la república y la “Alianza Federalista” que agrupa a 10 gobernadores, los cuales amenazan con separarse de la Federación, si el gobierno federal no modifica el Pacto Fiscal, el cual, aducen, ha puesto en quiebra las finanzas de sus estados.

Los gobernadores de la Alianza Federalista pueden abandonar el acuerdo de coordinación fiscal cuando lo deseen, pero no el Pacto Federal como lo establecen los artículos 40 y 41 de la Constitución de la República: Art. 40: “Es voluntad del pueblo mexicano constituirse en República representativa, democrática, laica, federal, compuesta de Estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior; pero unidos en una federación establecida según los principios de esta ley fundamental”. Art. 41: El pueblo ejerce su Soberanía por medio de los Poderes de la Unión”.

Y por si fuera poco Arturo Herrera, secretario de Hacienda y Crédito Público, en su cuenta de Twitter les dio a conocer que ellos mismos son responsables de la coordinación fiscal que cuestionan. “Contrario a lo que se ha señalado, el acuerdo fiscal prevaleciente no fue establecido por esta administración, sino producto, fundamentalmente, de la reforma de 2007 impulsada por el entonces presidente Felipe Calderón”, la cual fue aprobada por los diputados panistas (hoy gobernadores) que ahora critican.

Este trance tiene por donde quiera que se le mire un sesgo político electoral en relación a los inéditos y trascendentes comicios de 2021. No hay que olvidar que el sistema electoral actual es mixto, esto es, que integra características mayoritarias y proporcionales, y genera casos de sobre y subrepresentación en algunos partidos.

La confrontación de la Alianza Federalista con el presidente de la república es, metafóricamente hablando, una “escoba más de las ‘brujas de la derecha’” para emprender el vuelo rumbo a las elecciones del año entrante. Las otras “escobas” enfocadas a aterrorizar a la sociedad e imputar al presidente de la república que para ellos es el “Diablo de todos los maleficios”, los contagios y muertes de la población generada por el Covid-19; la violencia y asesinato de mujeres; el crecimiento del crimen organizado y el desplome de las finanzas públicas y la economía, al que hay que “exorcizar” en el 2020 en la revocación de su mandato.

Los” brujos” de la derecha corrupta están felices que los clanes de la “falsa izquierda” de Morena, lejos de apoyar al presidente y la 4T, están febrilmente inmersos en acres disputan por el control de los liderazgos partidistas y candidaturas electorales, lo que ha generado una profunda desorganización de sus militantes y una creciente confusión de sus electores, como quedó demostrado en las recientes elecciones de Hidalgo y Coahuila.