/ jueves 26 de diciembre de 2019

La Nochebuena y la Navidad


¡Que la paz, la esperanza y la dicha de la Navidad reinen en todos los corazones!..


En verdad que el agradecimiento hacia nuestro Dios por permitirnos gozar de una celebración navideña más es ineludible. Celebrar la Nochebuena y la Navidad representa disfrutar la noche y el día más hermosos del mundo, habrá que volver a la realidad que estamos viviendo después de los momentos de felicidad con nuestras familias o amigos que nos permiten recordar el nacimiento de aquel que vino al mundo a dar su vida por nosotros.

En estos tiempos en que cambiamos al niño Jesús por Santaclós y nos olvidamos que lo que festejamos es el nacimiento del más grande líder que ha existido en nuestro planeta sin buscar las respuestas a preguntas como: ¿Qué tiene aquel hijo de José y María, nacido en un pesebre, educado en una región despreciada de la Palestina del primer siglo como para generar guerras y alianzas como ningún otro personaje en la historia humana? ¿Cómo es posible que el hijo de un carpintero, hecho maestro y crucificado como un terrorista por razones políticas y religiosas, haya atraído la atención de tantas culturas?

Algunos no están de acuerdo, pero Jesús ha liderado el más grande proyecto de convivencia humana, al menos de todo Occidente desde que caminó por las tierras de Israel y en los inicios del siglo XXI, la pretendida equidad entre mujeres, niños, inmigrantes, ancianos y minusválidos sigue siendo reclamada por los defensores de los derechos humanos, lo que hace un nido perfecto en las enseñanzas del Maestro.

La Navidad es una época de paz, pero sin olvidar que esta paz debe estar cimentada en la justicia y la solidaridad para con nuestros hermanos. No se puede permitir que continúen diferencias tan abismales donde un funcionario público tenga un salario de más de 100 mil pesos mensuales, mientras un trabajador, que de veras se parte el lomo, difícilmente llega a un sueldo mayor a los 4 mil pesos al mes cuando ambos tienen las mismas necesidades de alimentación, vestido, educación, salud y entretenimiento.

Es tiempo de cambios, y esos cambios tienen que comenzar por reflejar, cuando menos en el horizonte, la equidad y la justicia, y en esta materia los que tienen la atribución del uso del poder son los que tienen la facultad de hacerlo.

Con estos compromisos y la dicha de contar con una Navidad en paz y amor esperamos que transcurran estos días de reflexión para iniciar con nuevos bríos la lucha por un espacio de vida donde la solidaridad, la justicia, la paz y el amor reinen. Que la Navidad invada sus corazones y el año nuevo sus pensamientos con energía renovada.


Correo: vicmedina@hotmail.com




¡Que la paz, la esperanza y la dicha de la Navidad reinen en todos los corazones!..


En verdad que el agradecimiento hacia nuestro Dios por permitirnos gozar de una celebración navideña más es ineludible. Celebrar la Nochebuena y la Navidad representa disfrutar la noche y el día más hermosos del mundo, habrá que volver a la realidad que estamos viviendo después de los momentos de felicidad con nuestras familias o amigos que nos permiten recordar el nacimiento de aquel que vino al mundo a dar su vida por nosotros.

En estos tiempos en que cambiamos al niño Jesús por Santaclós y nos olvidamos que lo que festejamos es el nacimiento del más grande líder que ha existido en nuestro planeta sin buscar las respuestas a preguntas como: ¿Qué tiene aquel hijo de José y María, nacido en un pesebre, educado en una región despreciada de la Palestina del primer siglo como para generar guerras y alianzas como ningún otro personaje en la historia humana? ¿Cómo es posible que el hijo de un carpintero, hecho maestro y crucificado como un terrorista por razones políticas y religiosas, haya atraído la atención de tantas culturas?

Algunos no están de acuerdo, pero Jesús ha liderado el más grande proyecto de convivencia humana, al menos de todo Occidente desde que caminó por las tierras de Israel y en los inicios del siglo XXI, la pretendida equidad entre mujeres, niños, inmigrantes, ancianos y minusválidos sigue siendo reclamada por los defensores de los derechos humanos, lo que hace un nido perfecto en las enseñanzas del Maestro.

La Navidad es una época de paz, pero sin olvidar que esta paz debe estar cimentada en la justicia y la solidaridad para con nuestros hermanos. No se puede permitir que continúen diferencias tan abismales donde un funcionario público tenga un salario de más de 100 mil pesos mensuales, mientras un trabajador, que de veras se parte el lomo, difícilmente llega a un sueldo mayor a los 4 mil pesos al mes cuando ambos tienen las mismas necesidades de alimentación, vestido, educación, salud y entretenimiento.

Es tiempo de cambios, y esos cambios tienen que comenzar por reflejar, cuando menos en el horizonte, la equidad y la justicia, y en esta materia los que tienen la atribución del uso del poder son los que tienen la facultad de hacerlo.

Con estos compromisos y la dicha de contar con una Navidad en paz y amor esperamos que transcurran estos días de reflexión para iniciar con nuevos bríos la lucha por un espacio de vida donde la solidaridad, la justicia, la paz y el amor reinen. Que la Navidad invada sus corazones y el año nuevo sus pensamientos con energía renovada.


Correo: vicmedina@hotmail.com