/ viernes 29 de enero de 2021

La Nueva Escuela Mexicana y la pandemia

La iniciativa del Gobierno de México en materia educativa llamada “Nueva Escuela Mexicana” comenzará a aplicarse a partir del próximo ciclo escolar (2021-2022). Es el nuevo diseño de la educación para los mexicanos, cuyo objetivo es atender las deficiencias del sistema educativo.

La Nueva Escuela Mexicana contempla la formación del ser humano considerando los aspectos técnicos y sociales, pero a la vez se están considerando los valores como la justicia y la libertad, indispensables para un proyecto de formación integral de los ciudadanos.

La nueva política educativa será el efecto del Acuerdo Político Nacional con el cual se procedió a la derogación de la reforma educativa de 2013. La Nueva Escuela Mexicana es, entonces, la propuesta de la “4T” para la construcción de un nuevo sistema educativo.

En diciembre de 2018, el Gobierno de México procedió a realizar una consulta entre agentes educativos y sociedad civil. Así se llegó al Acuerdo Educativo Nacional, el cual es la base para el diseño de la Nueva Escuela Mexicana.

Según dicho acuerdo, el nuevo sistema educativo se apoyará en principios básicos como la integridad, la equidad y la excelencia. Por lo tanto, la Nueva Escuela Mexicana se verá orientada hacia el cumplimiento de esos principios en la práctica educativa.

Los retos educativos de nuestro país -que de por sí ya eran muchos en 2018- se incrementan ahora con la pandemia Covid-19. Es la emergencia sanitaria la que viene a dictar más líneas para la política educativa nacional.

Se espera que, con la experiencia que nos está dejando la situación sanitaria, el diseño de la Nueva Escuela Mexicana asuma nuevos compromisos, retomando necesidades emergentes y considerando nuevas realidades.

El cambio que nos trae la pandemia es enorme, y el sistema educativo está afectado en igual dimensión. El diseño original de la Nueva Escuela Mexicana deberá modificarse para incidir efectivamente en la formación de los mexicanos durante y después de la pandemia.

Más allá de los acuerdos educativos alcanzados antes de la contingencia sanitaria, ésta es la que al final determinará muchos de los cambios que se deberán asumir en la misión educativa: cambios pedagógicos, psicológicos, tecnológicos, sanitarios, éticos y actitudinales.

Seguramente también se registrarán cambios en lo administrativo, en lo laboral y social. La escuela ya no será como antes. Y este cambio lo viene a apresurar la emergencia sanitaria más que el acuerdo político-pedagógico.

La Nueva Escuela Mexicana será guiada por el diseño que políticamente le da origen, pero sobre todo funcionará obedeciendo a la pandemia, natural reformadora educativa que nos está obligando a buscar urgentemente una educación humanista, científica y tecnológica.


La iniciativa del Gobierno de México en materia educativa llamada “Nueva Escuela Mexicana” comenzará a aplicarse a partir del próximo ciclo escolar (2021-2022). Es el nuevo diseño de la educación para los mexicanos, cuyo objetivo es atender las deficiencias del sistema educativo.

La Nueva Escuela Mexicana contempla la formación del ser humano considerando los aspectos técnicos y sociales, pero a la vez se están considerando los valores como la justicia y la libertad, indispensables para un proyecto de formación integral de los ciudadanos.

La nueva política educativa será el efecto del Acuerdo Político Nacional con el cual se procedió a la derogación de la reforma educativa de 2013. La Nueva Escuela Mexicana es, entonces, la propuesta de la “4T” para la construcción de un nuevo sistema educativo.

En diciembre de 2018, el Gobierno de México procedió a realizar una consulta entre agentes educativos y sociedad civil. Así se llegó al Acuerdo Educativo Nacional, el cual es la base para el diseño de la Nueva Escuela Mexicana.

Según dicho acuerdo, el nuevo sistema educativo se apoyará en principios básicos como la integridad, la equidad y la excelencia. Por lo tanto, la Nueva Escuela Mexicana se verá orientada hacia el cumplimiento de esos principios en la práctica educativa.

Los retos educativos de nuestro país -que de por sí ya eran muchos en 2018- se incrementan ahora con la pandemia Covid-19. Es la emergencia sanitaria la que viene a dictar más líneas para la política educativa nacional.

Se espera que, con la experiencia que nos está dejando la situación sanitaria, el diseño de la Nueva Escuela Mexicana asuma nuevos compromisos, retomando necesidades emergentes y considerando nuevas realidades.

El cambio que nos trae la pandemia es enorme, y el sistema educativo está afectado en igual dimensión. El diseño original de la Nueva Escuela Mexicana deberá modificarse para incidir efectivamente en la formación de los mexicanos durante y después de la pandemia.

Más allá de los acuerdos educativos alcanzados antes de la contingencia sanitaria, ésta es la que al final determinará muchos de los cambios que se deberán asumir en la misión educativa: cambios pedagógicos, psicológicos, tecnológicos, sanitarios, éticos y actitudinales.

Seguramente también se registrarán cambios en lo administrativo, en lo laboral y social. La escuela ya no será como antes. Y este cambio lo viene a apresurar la emergencia sanitaria más que el acuerdo político-pedagógico.

La Nueva Escuela Mexicana será guiada por el diseño que políticamente le da origen, pero sobre todo funcionará obedeciendo a la pandemia, natural reformadora educativa que nos está obligando a buscar urgentemente una educación humanista, científica y tecnológica.