/ domingo 15 de agosto de 2021

La nueva gresca entre la 4T y el neoliberalismo  

Una vez concluida la disputa entre el proceso de las elecciones nacionales del 6 de julio y la consulta popular en torno a las políticas de bienestar social de la 4ta Transformación, de la noche a la mañana el poder Legislativo en la sesión extraordinaria optó por postergar y bloquear jurídicamente –como bien lo dijo el presidente de la República—la revocación o continuación de su mandato en marzo del próximo año, que él promovió constitucionalmente.

Queda claro que la consulta de revocación de mandato es nociva para los opositores de AMLO, pero también para varias corrientes de su partido.

PRI, PAN y PRD están conscientes de que el presidente López Obrador lograría cuantitativa y cualitativamente concluir los últimos tres años de su gobierno, con las políticas económicas y financieras que añoran recuperar en las próximas elecciones presidenciales.

A las diversas y confrontadas corrientes de Morena lo que les interesa es el poder político, no la consolidación de la 4ta transformación, esto es, la democracia representativa, no la participativa que dejaron en evidencia en la consulta popular del pasado 1 de agosto.

La derecha y la oligarquía económica y financiera aspiran no únicamente a revocar el mandato presidencial de López Obrador, sino, sobre todo, en recuperar el régimen neoliberal que tanto añoran, con el apoyo de los mánager del poder Judicial y la Suprema Corte de Justica y, desde luego, los organismos financieros internacionales y nacionales.

Tan es así que, desde el inicio de la pandemia del Covid y la 4ta transformación, el Fondo Monetario Internacional, Citibanamex, Fitch Ratings, el Banco Suizo UBS, entre otros, señalaron que el crecimiento del Producto Interno Bruto de México se reduciría del 1.6% de entonces, al 0.9% y/o el 0.2% en el trimestre de abril a junio de 2021 y el segundo trimestre (julio-septiembre) lo que pondría a México en una “recesión técnica”.

Por supuesto, todos ellos se abstuvieron de informar que la desaceleración del crecimiento económico es mundial, pues afecta lo mismo a China que Europa y Estados Unidos, cuya tasa de crecimiento se redujo al cierre de 2019 del 3.2% al 1.8%, en tanto que México tiene una tasa de 5.6% del PIB.

Tampoco han informado que los programas de bienestar social se aportan al 70% de los hogares. Al contrario, el Inegi y el Coneval recientemente dijeron que la pobreza se incrementó en 3.8 millones más de pobres en lo que va de la 4ta transformación, lo que es una mentira.

Veremos y diremos qué alcance tendrá en lo que resta de este sexenio la democracia participativa, eje fundamental de la 4T, y también la democracia representativa que opositores y fariseos de Morena tienen como plataforma para acceder al poder político y desmantelar el régimen de desarrollo social que el presidente de la República se ha abocado a consolidar en bien de la sociedad y la soberanía de nuestra nación.

Una vez concluida la disputa entre el proceso de las elecciones nacionales del 6 de julio y la consulta popular en torno a las políticas de bienestar social de la 4ta Transformación, de la noche a la mañana el poder Legislativo en la sesión extraordinaria optó por postergar y bloquear jurídicamente –como bien lo dijo el presidente de la República—la revocación o continuación de su mandato en marzo del próximo año, que él promovió constitucionalmente.

Queda claro que la consulta de revocación de mandato es nociva para los opositores de AMLO, pero también para varias corrientes de su partido.

PRI, PAN y PRD están conscientes de que el presidente López Obrador lograría cuantitativa y cualitativamente concluir los últimos tres años de su gobierno, con las políticas económicas y financieras que añoran recuperar en las próximas elecciones presidenciales.

A las diversas y confrontadas corrientes de Morena lo que les interesa es el poder político, no la consolidación de la 4ta transformación, esto es, la democracia representativa, no la participativa que dejaron en evidencia en la consulta popular del pasado 1 de agosto.

La derecha y la oligarquía económica y financiera aspiran no únicamente a revocar el mandato presidencial de López Obrador, sino, sobre todo, en recuperar el régimen neoliberal que tanto añoran, con el apoyo de los mánager del poder Judicial y la Suprema Corte de Justica y, desde luego, los organismos financieros internacionales y nacionales.

Tan es así que, desde el inicio de la pandemia del Covid y la 4ta transformación, el Fondo Monetario Internacional, Citibanamex, Fitch Ratings, el Banco Suizo UBS, entre otros, señalaron que el crecimiento del Producto Interno Bruto de México se reduciría del 1.6% de entonces, al 0.9% y/o el 0.2% en el trimestre de abril a junio de 2021 y el segundo trimestre (julio-septiembre) lo que pondría a México en una “recesión técnica”.

Por supuesto, todos ellos se abstuvieron de informar que la desaceleración del crecimiento económico es mundial, pues afecta lo mismo a China que Europa y Estados Unidos, cuya tasa de crecimiento se redujo al cierre de 2019 del 3.2% al 1.8%, en tanto que México tiene una tasa de 5.6% del PIB.

Tampoco han informado que los programas de bienestar social se aportan al 70% de los hogares. Al contrario, el Inegi y el Coneval recientemente dijeron que la pobreza se incrementó en 3.8 millones más de pobres en lo que va de la 4ta transformación, lo que es una mentira.

Veremos y diremos qué alcance tendrá en lo que resta de este sexenio la democracia participativa, eje fundamental de la 4T, y también la democracia representativa que opositores y fariseos de Morena tienen como plataforma para acceder al poder político y desmantelar el régimen de desarrollo social que el presidente de la República se ha abocado a consolidar en bien de la sociedad y la soberanía de nuestra nación.