/ miércoles 27 de mayo de 2020

La nueva normalidad escolar

El próximo mes de septiembre todos los niños y jóvenes de México regresarán a las clases presenciales del nuevo ciclo escolar 2020-2021, pero no lo podrán hacer de manera normal.

Sin existir todavía la vacuna contra el Covid 19, las escuelas cambiarán drásticamente su manera de educar y administrar el aprendizaje, habrá una nueva “normalidad escolar”.

Uno de los cambios radicales será en el recreo, ya que tendrá que seguirse aplicando la sana distancia. Los alumnos no tendrán contacto físico con sus compañeros. No podrán usar colectivamente los balones, sólo podrán caminar o jugar de manera aislada en el patio. Con la consecuencia, que un recreo sin juegos grupales e interacciones personales en el largo plazo influye de manera negativa a largo plazo en el sano desarrollo de los escolares, pues la actividad lúdica y la convivencia espontánea ayudan a educar la personalidad en todas sus dimensiones.

Difícilmente el número de alumnos podrá ser mayor de 20 alumnos, en razón de los 64 metros cuadrados que mide el aula promedio. Con esta nueva ratio, el maestro debe rediseñar sus procesos de enseñanza aprendizaje sabiendo que una mitad de los alumnos del grupo estará presente y la otra permanecerá en casa, esto se realizará diariamente de manera alternada. Esto también afectará a las familias y tendrán que hacer ajustes en su dinámica diaria, ya que posiblemente los hijos no irán siempre los mismos días a clases. Esta nueva normalidad incorporará de manera automática el aprendizaje híbrido con clases presenciales y clases a distancia en cualquiera de sus modalidades.

También se limitará al máximo el uso del papel, lo cual es muy positivo, para evitar el contagio en la manipulación o el intercambio de libros y libretas. En donde se tengan las posibilidades económicas se les pedirá a los alumnos tablets o lap tops, y se encargarán menos trabajos en los cuadernos y se regresará en algunos casos a los exámenes orales.

En cuanto a la salud personal desde luego se tendrán que aplicar todas las medidas y los protocolos que la autoridad sanitaria considere, tal como tomarles la temperatura a los hijos antes de salir de casa, tener filtros sanitarios al entrar a la escuela, repartir y aplicar el gel antibacterial frecuentemente entre maestros y alumnos y quizás uso riguroso de cubrebocas durante toda la jornada escolar.

Pero finalmente el cambio sustantivo que impondrá esta nueva normalidad escolar es que disminuirá fuertemente la función socializadora que cumple la escuela especialmente en las edades tempranas, pero como todo en la vida antes y después del Covid debemos aprender nuevas formas de repensar la escuela para que siga siendo vigente en esta nueva normalidad.

El próximo mes de septiembre todos los niños y jóvenes de México regresarán a las clases presenciales del nuevo ciclo escolar 2020-2021, pero no lo podrán hacer de manera normal.

Sin existir todavía la vacuna contra el Covid 19, las escuelas cambiarán drásticamente su manera de educar y administrar el aprendizaje, habrá una nueva “normalidad escolar”.

Uno de los cambios radicales será en el recreo, ya que tendrá que seguirse aplicando la sana distancia. Los alumnos no tendrán contacto físico con sus compañeros. No podrán usar colectivamente los balones, sólo podrán caminar o jugar de manera aislada en el patio. Con la consecuencia, que un recreo sin juegos grupales e interacciones personales en el largo plazo influye de manera negativa a largo plazo en el sano desarrollo de los escolares, pues la actividad lúdica y la convivencia espontánea ayudan a educar la personalidad en todas sus dimensiones.

Difícilmente el número de alumnos podrá ser mayor de 20 alumnos, en razón de los 64 metros cuadrados que mide el aula promedio. Con esta nueva ratio, el maestro debe rediseñar sus procesos de enseñanza aprendizaje sabiendo que una mitad de los alumnos del grupo estará presente y la otra permanecerá en casa, esto se realizará diariamente de manera alternada. Esto también afectará a las familias y tendrán que hacer ajustes en su dinámica diaria, ya que posiblemente los hijos no irán siempre los mismos días a clases. Esta nueva normalidad incorporará de manera automática el aprendizaje híbrido con clases presenciales y clases a distancia en cualquiera de sus modalidades.

También se limitará al máximo el uso del papel, lo cual es muy positivo, para evitar el contagio en la manipulación o el intercambio de libros y libretas. En donde se tengan las posibilidades económicas se les pedirá a los alumnos tablets o lap tops, y se encargarán menos trabajos en los cuadernos y se regresará en algunos casos a los exámenes orales.

En cuanto a la salud personal desde luego se tendrán que aplicar todas las medidas y los protocolos que la autoridad sanitaria considere, tal como tomarles la temperatura a los hijos antes de salir de casa, tener filtros sanitarios al entrar a la escuela, repartir y aplicar el gel antibacterial frecuentemente entre maestros y alumnos y quizás uso riguroso de cubrebocas durante toda la jornada escolar.

Pero finalmente el cambio sustantivo que impondrá esta nueva normalidad escolar es que disminuirá fuertemente la función socializadora que cumple la escuela especialmente en las edades tempranas, pero como todo en la vida antes y después del Covid debemos aprender nuevas formas de repensar la escuela para que siga siendo vigente en esta nueva normalidad.