/ viernes 14 de enero de 2022

La opción por la felicidad

Todo ser humano fue creado para ser feliz, y el serlo, como lo han dicho muchos, depende de uno mismo. Y no, no es el gobierno el que nos provee de esperanza y felicidad. Eso es parte del gran engaño de Morena y cómplices.


Ya que todo organismo vive en realidad muy poco, y que la vida pasa con tal rapidez que la muerte llega segura en cualquier momento, se convierte casi en una obligación tomar la decisión de optar por la felicidad.


El ser humano puede decidir por instruirse en las artes o las ciencias; puede desear la fama y la gloria en sus libros, o simplemente puede compartir humildemente sus conocimientos, aunque todos sus esfuerzos queden como un simple chapoteo en el estanque del olvido. Quizá puede solamente pretender una existencia imaginaria en la vida de los demás.


¿Nos dan felicidad todas las cosas bellas en el mundo? ¿Puede la salud darnos la felicidad si la podemos perder en un instante? ¿La podemos encontrar en la belleza física que como flor perenne dura solamente un día? ¿Acaso está en la juventud? ¿Estará en los placeres mundanos que pasan rápidamente a veces antes de alcanzar a disfrutarlos? ¿Qué representa el tiempo de nuestra vida en el contexto de los más de catorce mil millones de años del inicio del universo?

Sin embargo, es la obligación de todo ser humano el cultivar los dones y talentos de que fue provisto en el momento de su concepción. ¿Qué es de aquel que sólo se dedica a medio trabajar, comer, reproducirse y dormir? Cada función de la mente, del cuerpo y del espíritu deben ejercitarse, considerando la moderación en cada una de ellas.

Sin duda que el “buen humor” es una parte casi indispensable para facilitar la opción por la felicidad. Nos ayuda a mantenernos sanos fortaleciendo nuestro sistema inmunológico. El buen humor también ayuda a la longevidad y mucho más a las buenas relaciones con los demás. Es lo que pensamos lo que cuenta.

La salud física, así como la salud moral y mental, se encuentran estrechamente relacionadas, tanto como el alma y el cuerpo. La longevidad y la salud están relacionadas con la felicidad.

La felicidad implica tener dominio sobre nosotros mismos, de nuestras facultades y sobre todo de nuestras emociones y sentimientos.

“No hay riqueza comparable con un cuerpo sano; ni alegría más grande que la del corazón” (Eclesiástico).

La felicidad, como una opción personal, puede contra abandono de cónyuges, contra tragedias, contra la falta de recursos económicos, contra enfermedades y casi todo lo que consideramos negativo. Pronto descubrimos que todo pasa para nuestro bien.


Todo ser humano fue creado para ser feliz, y el serlo, como lo han dicho muchos, depende de uno mismo. Y no, no es el gobierno el que nos provee de esperanza y felicidad. Eso es parte del gran engaño de Morena y cómplices.


Ya que todo organismo vive en realidad muy poco, y que la vida pasa con tal rapidez que la muerte llega segura en cualquier momento, se convierte casi en una obligación tomar la decisión de optar por la felicidad.


El ser humano puede decidir por instruirse en las artes o las ciencias; puede desear la fama y la gloria en sus libros, o simplemente puede compartir humildemente sus conocimientos, aunque todos sus esfuerzos queden como un simple chapoteo en el estanque del olvido. Quizá puede solamente pretender una existencia imaginaria en la vida de los demás.


¿Nos dan felicidad todas las cosas bellas en el mundo? ¿Puede la salud darnos la felicidad si la podemos perder en un instante? ¿La podemos encontrar en la belleza física que como flor perenne dura solamente un día? ¿Acaso está en la juventud? ¿Estará en los placeres mundanos que pasan rápidamente a veces antes de alcanzar a disfrutarlos? ¿Qué representa el tiempo de nuestra vida en el contexto de los más de catorce mil millones de años del inicio del universo?

Sin embargo, es la obligación de todo ser humano el cultivar los dones y talentos de que fue provisto en el momento de su concepción. ¿Qué es de aquel que sólo se dedica a medio trabajar, comer, reproducirse y dormir? Cada función de la mente, del cuerpo y del espíritu deben ejercitarse, considerando la moderación en cada una de ellas.

Sin duda que el “buen humor” es una parte casi indispensable para facilitar la opción por la felicidad. Nos ayuda a mantenernos sanos fortaleciendo nuestro sistema inmunológico. El buen humor también ayuda a la longevidad y mucho más a las buenas relaciones con los demás. Es lo que pensamos lo que cuenta.

La salud física, así como la salud moral y mental, se encuentran estrechamente relacionadas, tanto como el alma y el cuerpo. La longevidad y la salud están relacionadas con la felicidad.

La felicidad implica tener dominio sobre nosotros mismos, de nuestras facultades y sobre todo de nuestras emociones y sentimientos.

“No hay riqueza comparable con un cuerpo sano; ni alegría más grande que la del corazón” (Eclesiástico).

La felicidad, como una opción personal, puede contra abandono de cónyuges, contra tragedias, contra la falta de recursos económicos, contra enfermedades y casi todo lo que consideramos negativo. Pronto descubrimos que todo pasa para nuestro bien.