/ miércoles 11 de agosto de 2021

La orfandad por Covid-19: Censo, ley y política pública para atender esta “pandemia oculta”

Por: Zulma Chacón

En la campaña a la diputación federal por el sexto distrito propuse, entre otras muchas iniciativas, la realización de un Censo para detectar a los niños, niñas y adolescentes que perdieron a su padre, madre, tutor, o cuidador principal, a causa de la pandemia Covid-19.

El objetivo del censo era impulsar una iniciativa de ley que obligara al diseño y la implementación de una política integral para que las víctimas de estos efectos colaterales de la pandemia reciban la atención completa y personalizada que requieren.

Poco tiempo después, The Lancet, revista médica británica, en un estudio especializado, informaba que México ocupa el primer lugar en huérfanos por índice de muertes por Covid-19, con más del 10% de las víctimas en el mundo o en los países incluidos en la investigación.

El reporte indica que los números de orfandad y las muertes de cuidadores representan "una pandemia oculta", pues hasta el 30 de abril de 2021 “la muerte de sus cuidadores principales, incluido al menos uno de los padres o abuelos con custodia” se estimó en un millón 134 mil niños, de los cuales 131,325 corresponden a nuestro país.

A más de un año de que la Organización Mundial de la Salud declaró al Covid-19 como una pandemia y a ocho meses de que se aplicó la primera dosis de la vacuna contra la enfermedad, México se encuentra entre los 31 países del mundo con mayor índice de vacunación, alcanzando casi 70 millones de mexicanos vacunados, por arriba de España, Rusia y Canadá.

El dato impacta en lo que ya sabemos y lamentamos los mexicanos: la pandemia del Covid-19 ha dejado cientos de miles de muertes, pero ahora se advierten también otros daños secundarios, como el gran número de niños huérfanos, quienes, además, quedan expuestos a otros peligros.

La publicación señala que hasta el 23% de los niños en los países estudiados serían cuidados y criados por sus padres solteros, “cuya muerte podría tener consecuencias extremas para los afectados”.

The Lancet explica que las muertes traen otros problemas para los menores, como lo son problemas de salud mental, violencia física, emocional, sexual y pobreza familiar, mismas que podrían derivar en riesgo de suicidio, embarazo adolescente, enfermedades infecciosas, incluido el VIH/sida o enfermedades crónicas.

Al respecto, The Lancet comparó la pérdida de uno o ambos padres o de los cuidadores de los menores a causa de Covid-19 con las ocurridas durante las pandemias de VIH/sida, ébola e influenza de 1918.

Los expertos involucrados en la investigación, aseguraron que resulta especialmente esencial el apoyo a “enfoques de duelo efectivos”, grupos de apoyo psicosocial, comunicación abierta o la terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma.

Frente a este panorama tan desolador, hago un atento llamado a las y los legisladores electos, para que, una vez que asuman el cargo, revisen la viabilidad de un Censo de las víctimas de orfandad por Covid-19, como un primer insumo o planteamiento básico para plantear una iniciativa de ley que ordene el diseño y la implementación de una política pública integral para atender esta problemática.

Por: Zulma Chacón

En la campaña a la diputación federal por el sexto distrito propuse, entre otras muchas iniciativas, la realización de un Censo para detectar a los niños, niñas y adolescentes que perdieron a su padre, madre, tutor, o cuidador principal, a causa de la pandemia Covid-19.

El objetivo del censo era impulsar una iniciativa de ley que obligara al diseño y la implementación de una política integral para que las víctimas de estos efectos colaterales de la pandemia reciban la atención completa y personalizada que requieren.

Poco tiempo después, The Lancet, revista médica británica, en un estudio especializado, informaba que México ocupa el primer lugar en huérfanos por índice de muertes por Covid-19, con más del 10% de las víctimas en el mundo o en los países incluidos en la investigación.

El reporte indica que los números de orfandad y las muertes de cuidadores representan "una pandemia oculta", pues hasta el 30 de abril de 2021 “la muerte de sus cuidadores principales, incluido al menos uno de los padres o abuelos con custodia” se estimó en un millón 134 mil niños, de los cuales 131,325 corresponden a nuestro país.

A más de un año de que la Organización Mundial de la Salud declaró al Covid-19 como una pandemia y a ocho meses de que se aplicó la primera dosis de la vacuna contra la enfermedad, México se encuentra entre los 31 países del mundo con mayor índice de vacunación, alcanzando casi 70 millones de mexicanos vacunados, por arriba de España, Rusia y Canadá.

El dato impacta en lo que ya sabemos y lamentamos los mexicanos: la pandemia del Covid-19 ha dejado cientos de miles de muertes, pero ahora se advierten también otros daños secundarios, como el gran número de niños huérfanos, quienes, además, quedan expuestos a otros peligros.

La publicación señala que hasta el 23% de los niños en los países estudiados serían cuidados y criados por sus padres solteros, “cuya muerte podría tener consecuencias extremas para los afectados”.

The Lancet explica que las muertes traen otros problemas para los menores, como lo son problemas de salud mental, violencia física, emocional, sexual y pobreza familiar, mismas que podrían derivar en riesgo de suicidio, embarazo adolescente, enfermedades infecciosas, incluido el VIH/sida o enfermedades crónicas.

Al respecto, The Lancet comparó la pérdida de uno o ambos padres o de los cuidadores de los menores a causa de Covid-19 con las ocurridas durante las pandemias de VIH/sida, ébola e influenza de 1918.

Los expertos involucrados en la investigación, aseguraron que resulta especialmente esencial el apoyo a “enfoques de duelo efectivos”, grupos de apoyo psicosocial, comunicación abierta o la terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma.

Frente a este panorama tan desolador, hago un atento llamado a las y los legisladores electos, para que, una vez que asuman el cargo, revisen la viabilidad de un Censo de las víctimas de orfandad por Covid-19, como un primer insumo o planteamiento básico para plantear una iniciativa de ley que ordene el diseño y la implementación de una política pública integral para atender esta problemática.