Coraje, impotencia, rabia, tristeza, ver al presidente Peña Nieto atacando a Ricardo Anaya, candidato del PAN, PRD y MC a presidente de la república, a través de la PGR, sin pruebas, porque si las tuvieran ya lo hubieran detenido, pero Ricardo fue personalmente a la PGR a aclararles por escrito el asunto de la bodega que vendió y no lo detuvieron.
Mandándole grupos de choque a recibirlo al aeropuerto a las tres y media de la mañana, con cartulinas de “corrupto”, en plan cien por ciento provocativo y comprando al notario que hizo la operación para que dijera ante los medios que su firma la habían falsificado. Deténganlo si tienen pruebas, pero cuando fueron a entregar su declaración por escrito, al encargado de la PGR hasta el aire se le iba, al grado que el Jefe Diego Fernández de Cevallos tuvo que decirle que se calmara, porque parecía que se iba a desmayar. Susto que se llevaron.
Por otro lado, la PGR desechó las denuncias que se tenían por parte del activista y excelente abogado Jaime García Chávez, en un documento muy sólido, que tenía más de tres años y no lo podían resolver, pues finalmente dijeron que César Duarte, ex gobernador de Chihuahua, sí podía haber juntado 65 millones en efectivo para inyectárselos a una unión de crédito que aspiraba a ser banco, ¡con su sueldo de gobernador! Como dijo Duarte: “A lo macho que no sé cómo le hicieron”.
También desecharon las denuncias por desvío de recursos públicos del Gobierno del Estado de Chihuahua, por parte de Duarte hacia el PRI, con lo cual no hay delito alguno por parte de la Federación. No cabe duda que como dice Brozo, quién sabe qué tanto sabe Duarte que lo siguen protegiendo, no vaya a ser que suelte la lengua y le llegue hasta al mismo Peña Nieto.
¿Por qué la PGR no anda tras el caso Ayotzinapa, Odebrech, el verdadero desvío de 3 mil millones de Sedesol, cuando Meade era su titular, o de los 240 mil millones que faltan en Pemex?... En lugar de andar perjudicando al candidato del PAN.
Ni duda cabe que ya llegaron a un acuerdo para apoyar al loquito de López Obrador, aunque ni remotamente sirva para presidente, porque le tienen pánico y lo que le sigue a Ricardo Anaya, porque él sí ha dicho que hará justicia, y el Peje ha dicho que ya están perdonados.
