/ viernes 2 de agosto de 2019

La protesta pública ciudadana como derecho

Las protestas ciudadanas son un recurso válido para expresar la inconformidad o malestar ante determinaciones provenientes de entidades públicas o privadas que pudieran perjudicar a la colectividad. Toda protesta pública es una manifestación a la cual tienen derecho.

Si se afirma que la protesta es una manifestación válida, significa que está cobijada como un derecho por nuestra constitución a través de sus artículos sexto y noveno, los cuales garantizan la libertad de los ciudadanos para expresarse y reunirse públicamente.

Esa libertad de expresión y reunión pública tienen un límite, por supuesto; se trata del límite que impone el respeto a la ley y la moral. Es decir, el derecho a la protesta tiene frente a sí el derecho de los demás a continuar con su vida en armonía.

Una manifestación pública válida respeta el orden y la paz en que se desempeñan los diversos actores de la sociedad.

El artículo 6º constitucional dice que “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público”.

Y el artículo 9º señala que “No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito”. También dispone que “No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto, a una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de violencias o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee”.

Por lo tanto, los mexicanos tenemos derecho a protestar públicamente, a manifestarnos -si es preciso- para protestar contra actos de la autoridad. Eso es la libre manifestación y la libre expresión en conexión.

La vida democrática está consolidada por manifestaciones y expresiones públicas. Las calles y las plazas son espacios para los ciudadanos. Las protestas ciudadanas, como cualquier otra manifestación pública, son acciones de alto valor democrático.




Las protestas ciudadanas son un recurso válido para expresar la inconformidad o malestar ante determinaciones provenientes de entidades públicas o privadas que pudieran perjudicar a la colectividad. Toda protesta pública es una manifestación a la cual tienen derecho.

Si se afirma que la protesta es una manifestación válida, significa que está cobijada como un derecho por nuestra constitución a través de sus artículos sexto y noveno, los cuales garantizan la libertad de los ciudadanos para expresarse y reunirse públicamente.

Esa libertad de expresión y reunión pública tienen un límite, por supuesto; se trata del límite que impone el respeto a la ley y la moral. Es decir, el derecho a la protesta tiene frente a sí el derecho de los demás a continuar con su vida en armonía.

Una manifestación pública válida respeta el orden y la paz en que se desempeñan los diversos actores de la sociedad.

El artículo 6º constitucional dice que “La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoque algún delito, o perturbe el orden público”.

Y el artículo 9º señala que “No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito”. También dispone que “No se considerará ilegal, y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto, a una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de violencias o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee”.

Por lo tanto, los mexicanos tenemos derecho a protestar públicamente, a manifestarnos -si es preciso- para protestar contra actos de la autoridad. Eso es la libre manifestación y la libre expresión en conexión.

La vida democrática está consolidada por manifestaciones y expresiones públicas. Las calles y las plazas son espacios para los ciudadanos. Las protestas ciudadanas, como cualquier otra manifestación pública, son acciones de alto valor democrático.