/ martes 26 de enero de 2021

La recuperación económica

A inicios del año pasado se pensaba que la contingencia duraría unos cuantos meses y estamos ya a punto de cumplir un año. Esto ha sido un fuerte impacto a la economía de las regiones. De por sí, el crecimiento económico ya mostraba debilidad, la pandemia vino a empeorar las cosas. Lo interesante es que la recuperación de esta debacle económica está siendo diferente para cada región. Se nota, por los resultados, que no hemos aprendido nada de la crisis. A pesar de la pérdida de empleos y las medidas, sabemos muy poco sobre cómo manejar economía y pandemia. En algunas regiones del mundo, así como para algunas industrias, la crisis ha permitido aprovechar para ser más competitivos, apalancar, buscar y encontrar las grandes oportunidades que traen estas épocas. Pero pareciera que ni siquiera nos hemos puesto a analizar las posibilidades.

Las variables de capacidad, capital, y trabajo, etc. han sido factores que nos aferramos a los esquemas del pasado y nos impide tomar riesgos que aceleren la economía.

En esta era de la información no hemos sido capaces de obtener y analizar datos más oportunos que nos permitan acelerar la recuperación. Las medidas de los gobiernos pareciera que son tomadas al “yo creo”, o con datos primarios elementales. Un ejemplo es la pregunta que hice a las autoridades: ¿Cuántos contagios se han detectado en los restaurantes? ¿Cuántos en oficinas?, etc. Realmente no tienen ni idea de dónde, ni cuándo, ni quién, sólo los números que arrojan los hospitales, las funerarias o las pruebas.

El Instituto Mexicano para la Competitividad desarrolló un indicador de recuperación económica, el cual mide la brecha hacia el crecimiento perdido durante la crisis sanitaria. Encontrando que la demanda de efectivo sigue siendo la principal variable. Así mismo el desempeño de las bolsas de valores de sectores relacionados con personas, capacitación, consumo y servicios tienen mayor poder, destacando algunos sectores económicos e industrias que han aprovechado la etapa. Es interesante observar que las economías diversificadas muestran mayor nivel de recuperación. Cabe mencionar que, a pesar de los niveles de empleo, nuestro estado se encuentra entre los estados cuyo nivel de recuperación es muy bajo. También cabe notar que el estado vecino de Sonora es el menos afectado económicamente por la pandemia, logrando la recuperación. Así, a diferencia de los estados petroleros, aquellos donde la economía está más diversificada, parecen recuperarse más rápido. Definitivamente las crisis se pueden volver oportunidades si se cuenta con alta capacidad de adaptación y flexibilidad. La propuesta es encontrar las ventajas comparativas que puedan ser convertidas en competitivas; diversificar la economía hacia sectores de mayor crecimiento, mayor valor, industrias de conocimiento. Revisar y redefinir la estructura económica, utilizando la estrategia de subsidios para reorientar actividades económicas. Abandonar la idea de vocaciones productivas y con visión de futuro apostarles a sectores con potencial. Tomar control de la seguridad pública. Innovar en el sector salud, aumentando cobertura y calidad a menor costo, incremento de oferta educativa pública y privada, así como estimular la libre competencia y eliminar prácticas de extorsión.

La resiliencia económica en las regiones, como en los individuos, estará basada en la flexibilidad y adaptación a una nueva realidad.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua.

A inicios del año pasado se pensaba que la contingencia duraría unos cuantos meses y estamos ya a punto de cumplir un año. Esto ha sido un fuerte impacto a la economía de las regiones. De por sí, el crecimiento económico ya mostraba debilidad, la pandemia vino a empeorar las cosas. Lo interesante es que la recuperación de esta debacle económica está siendo diferente para cada región. Se nota, por los resultados, que no hemos aprendido nada de la crisis. A pesar de la pérdida de empleos y las medidas, sabemos muy poco sobre cómo manejar economía y pandemia. En algunas regiones del mundo, así como para algunas industrias, la crisis ha permitido aprovechar para ser más competitivos, apalancar, buscar y encontrar las grandes oportunidades que traen estas épocas. Pero pareciera que ni siquiera nos hemos puesto a analizar las posibilidades.

Las variables de capacidad, capital, y trabajo, etc. han sido factores que nos aferramos a los esquemas del pasado y nos impide tomar riesgos que aceleren la economía.

En esta era de la información no hemos sido capaces de obtener y analizar datos más oportunos que nos permitan acelerar la recuperación. Las medidas de los gobiernos pareciera que son tomadas al “yo creo”, o con datos primarios elementales. Un ejemplo es la pregunta que hice a las autoridades: ¿Cuántos contagios se han detectado en los restaurantes? ¿Cuántos en oficinas?, etc. Realmente no tienen ni idea de dónde, ni cuándo, ni quién, sólo los números que arrojan los hospitales, las funerarias o las pruebas.

El Instituto Mexicano para la Competitividad desarrolló un indicador de recuperación económica, el cual mide la brecha hacia el crecimiento perdido durante la crisis sanitaria. Encontrando que la demanda de efectivo sigue siendo la principal variable. Así mismo el desempeño de las bolsas de valores de sectores relacionados con personas, capacitación, consumo y servicios tienen mayor poder, destacando algunos sectores económicos e industrias que han aprovechado la etapa. Es interesante observar que las economías diversificadas muestran mayor nivel de recuperación. Cabe mencionar que, a pesar de los niveles de empleo, nuestro estado se encuentra entre los estados cuyo nivel de recuperación es muy bajo. También cabe notar que el estado vecino de Sonora es el menos afectado económicamente por la pandemia, logrando la recuperación. Así, a diferencia de los estados petroleros, aquellos donde la economía está más diversificada, parecen recuperarse más rápido. Definitivamente las crisis se pueden volver oportunidades si se cuenta con alta capacidad de adaptación y flexibilidad. La propuesta es encontrar las ventajas comparativas que puedan ser convertidas en competitivas; diversificar la economía hacia sectores de mayor crecimiento, mayor valor, industrias de conocimiento. Revisar y redefinir la estructura económica, utilizando la estrategia de subsidios para reorientar actividades económicas. Abandonar la idea de vocaciones productivas y con visión de futuro apostarles a sectores con potencial. Tomar control de la seguridad pública. Innovar en el sector salud, aumentando cobertura y calidad a menor costo, incremento de oferta educativa pública y privada, así como estimular la libre competencia y eliminar prácticas de extorsión.

La resiliencia económica en las regiones, como en los individuos, estará basada en la flexibilidad y adaptación a una nueva realidad.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua.

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