/ viernes 11 de mayo de 2018

La reforma educativa de AMLO

El sitio lopezobrador.org.mx difundió en diciembre pasado un comunicado con el siguiente encabezado: “Al triunfo de Morena en 2018 se cancelará la reforma educativa: AMLO”. Se informa que Andrés Manuel López Obrador asegura que “no se seguirá humillando al magisterio nacional”.

Según la nota, AMLO “insistió que no continuará esa farsa, que ni siquiera es una reforma educativa, porque no tiene nada que ver con mejorar la calidad de la enseñanza para que no se preocupen los que fueron engañados por esa reforma”.

López Obrador aseguró también: “Siempre he dicho que la reforma educativa fue una imposición e incluso fue una imposición de organismos financieros internacionales”.

La reforma educativa de Enrique Peña Nieto responde al “Acuerdo de Cooperación México-OCDE para mejorar la calidad de la educación de las escuelas mexicanas”, celebrado en el 2008. Así que AMLO acierta.

Hace un mes y medio, Andrés Manuel López Obrador difundió un video donde afirma: “Vamos a cancelar la mal llamada reforma educativa porque, aunque parezca increíble, no tiene nada que ver con mejorar la calidad de la enseñanza”.

Acierta el candidato una vez más, es una “mal llamada” reforma educativa. Las estrategias de la reforma se han centrado en la evaluación del desempeño de los docentes y directivos escolares, ignorando muchos factores que determinan la calidad educativa.

La reseña del acuerdo indica que “la mejora en la calidad educativa es una prioridad política y social en México, especialmente en años recientes, debido a las altas tasas de pobreza, la fuerte desigualdad y el aumento de la criminalidad”.

Si estos aspectos se relacionan con la calidad educativa, ¿por qué la “reforma educativa” de Peña Nieto se centró en el desempeño docente, convirtiéndose en una acusación directa contra el magisterio?

López Obrador expone: “Nos vamos a poner de acuerdo con maestros, con padres de familia, vamos a elaborar un plan educativo para mejorar de verdad la calidad de la enseñanza; va a haber una auténtica reforma educativa sin afectar los derechos laborales del magisterio”.

Así, la reforma educativa de AMLO podría ser como debió ser la de Peña Nieto, obediente a un acuerdo interno con los actores educativos del país, sin culpar, sin ser punitiva y ofensiva con el magisterio.


El sitio lopezobrador.org.mx difundió en diciembre pasado un comunicado con el siguiente encabezado: “Al triunfo de Morena en 2018 se cancelará la reforma educativa: AMLO”. Se informa que Andrés Manuel López Obrador asegura que “no se seguirá humillando al magisterio nacional”.

Según la nota, AMLO “insistió que no continuará esa farsa, que ni siquiera es una reforma educativa, porque no tiene nada que ver con mejorar la calidad de la enseñanza para que no se preocupen los que fueron engañados por esa reforma”.

López Obrador aseguró también: “Siempre he dicho que la reforma educativa fue una imposición e incluso fue una imposición de organismos financieros internacionales”.

La reforma educativa de Enrique Peña Nieto responde al “Acuerdo de Cooperación México-OCDE para mejorar la calidad de la educación de las escuelas mexicanas”, celebrado en el 2008. Así que AMLO acierta.

Hace un mes y medio, Andrés Manuel López Obrador difundió un video donde afirma: “Vamos a cancelar la mal llamada reforma educativa porque, aunque parezca increíble, no tiene nada que ver con mejorar la calidad de la enseñanza”.

Acierta el candidato una vez más, es una “mal llamada” reforma educativa. Las estrategias de la reforma se han centrado en la evaluación del desempeño de los docentes y directivos escolares, ignorando muchos factores que determinan la calidad educativa.

La reseña del acuerdo indica que “la mejora en la calidad educativa es una prioridad política y social en México, especialmente en años recientes, debido a las altas tasas de pobreza, la fuerte desigualdad y el aumento de la criminalidad”.

Si estos aspectos se relacionan con la calidad educativa, ¿por qué la “reforma educativa” de Peña Nieto se centró en el desempeño docente, convirtiéndose en una acusación directa contra el magisterio?

López Obrador expone: “Nos vamos a poner de acuerdo con maestros, con padres de familia, vamos a elaborar un plan educativo para mejorar de verdad la calidad de la enseñanza; va a haber una auténtica reforma educativa sin afectar los derechos laborales del magisterio”.

Así, la reforma educativa de AMLO podría ser como debió ser la de Peña Nieto, obediente a un acuerdo interno con los actores educativos del país, sin culpar, sin ser punitiva y ofensiva con el magisterio.