/ viernes 25 de septiembre de 2020

La República en peligro   

Después de la Segunda Guerra Mundial, los países que quedaron devastados implementaron acciones para sus reconstrucciones; contaron con la capacidad de sentarse a negociar con todos los actores políticos, sociales y empresariales para llegar a acuerdos, ésta fue la clave para lograr gobiernos exitosos en Alemania, Inglaterra Francia y los Estados Unidos. El camino está trazado, otros países ya dejaron protocolos para llegar a acuerdos en aras de tener buenos gobiernos, no obstante esta fórmula no parece comprenderla el gobierno de López Obrador, que en lugar de promover la unidad con los actores de todos los ámbitos de la sociedad, se empeña en pelearse y dividir, imponiendo su absoluta voluntad, sin tomar en cuenta otras opiniones que son necesarias para la reconstrucción de la política interior, de la economía, de la cultura, de la educación con miras a lograr el bien común.

El bienestar del que habla el presidente no puede darse por decreto, hay evidente ausencia de bienestar cuando crece el desempleo, y por negligencia y disposición del gobierno se cierran fuentes de trabajo como ha sucedido con las clausuras de grandes empresas, y la quiebra de pequeños y medianos negocios por la falta de apoyo gubernamental. No se puede afirmar que vamos por buen camino cuando la economía empeora y de acuerdo con expertos en la materia, tardaremos un lustro para tener una economía similar a la de 2019. No es posible afirmar que el país va por buen camino, cuando el gobierno federal ordena que la Guardia Nacional continúe sitiando a los productores y agricultores que defienden el agua de sus presas, para el riego de las siembras cuyas cosechas son el sustento para las familias. Es un engaño hablar de que ya no hay corrupción en el gobierno cuando se evaden las licitaciones y se han otorgado en adjudicación directa más del 80% de las obras y cuando se ha señalado a más de una veintena de funcionarios de primer nivel y personajes allegados al Presidente, en actos de corrupción que el propio mandatario “justifica” utilizando eufemismos para maquillar la realidad, y así se pueden seguir citando muchos ejemplos en salud, de inseguridad, de corrupción, de impunidad y de violencia, entre otros.

La democracia está en peligro cuando se viola la libertad de manifestación y de expresión de los ciudadanos, como está sucediendo con los integrantes del movimiento Frena, cientos de ellos han tenido que ampararse para que las autoridades federales y de CDMX respeten su derecho a transitar libre y pacíficamente, para llegar al Zócalo, que es una plaza de los Mexicanos, para manifestarse contra el mal gobierno de AMLO.

Con todo lo anterior, la República está en peligro, urgen las alianzas y los movimientos ciudadanos para exigir un mayor equilibrio entre los poderes, y frenar las decisiones erróneas y caprichosas que están llevando a México al caos.

Después de la Segunda Guerra Mundial, los países que quedaron devastados implementaron acciones para sus reconstrucciones; contaron con la capacidad de sentarse a negociar con todos los actores políticos, sociales y empresariales para llegar a acuerdos, ésta fue la clave para lograr gobiernos exitosos en Alemania, Inglaterra Francia y los Estados Unidos. El camino está trazado, otros países ya dejaron protocolos para llegar a acuerdos en aras de tener buenos gobiernos, no obstante esta fórmula no parece comprenderla el gobierno de López Obrador, que en lugar de promover la unidad con los actores de todos los ámbitos de la sociedad, se empeña en pelearse y dividir, imponiendo su absoluta voluntad, sin tomar en cuenta otras opiniones que son necesarias para la reconstrucción de la política interior, de la economía, de la cultura, de la educación con miras a lograr el bien común.

El bienestar del que habla el presidente no puede darse por decreto, hay evidente ausencia de bienestar cuando crece el desempleo, y por negligencia y disposición del gobierno se cierran fuentes de trabajo como ha sucedido con las clausuras de grandes empresas, y la quiebra de pequeños y medianos negocios por la falta de apoyo gubernamental. No se puede afirmar que vamos por buen camino cuando la economía empeora y de acuerdo con expertos en la materia, tardaremos un lustro para tener una economía similar a la de 2019. No es posible afirmar que el país va por buen camino, cuando el gobierno federal ordena que la Guardia Nacional continúe sitiando a los productores y agricultores que defienden el agua de sus presas, para el riego de las siembras cuyas cosechas son el sustento para las familias. Es un engaño hablar de que ya no hay corrupción en el gobierno cuando se evaden las licitaciones y se han otorgado en adjudicación directa más del 80% de las obras y cuando se ha señalado a más de una veintena de funcionarios de primer nivel y personajes allegados al Presidente, en actos de corrupción que el propio mandatario “justifica” utilizando eufemismos para maquillar la realidad, y así se pueden seguir citando muchos ejemplos en salud, de inseguridad, de corrupción, de impunidad y de violencia, entre otros.

La democracia está en peligro cuando se viola la libertad de manifestación y de expresión de los ciudadanos, como está sucediendo con los integrantes del movimiento Frena, cientos de ellos han tenido que ampararse para que las autoridades federales y de CDMX respeten su derecho a transitar libre y pacíficamente, para llegar al Zócalo, que es una plaza de los Mexicanos, para manifestarse contra el mal gobierno de AMLO.

Con todo lo anterior, la República está en peligro, urgen las alianzas y los movimientos ciudadanos para exigir un mayor equilibrio entre los poderes, y frenar las decisiones erróneas y caprichosas que están llevando a México al caos.