/ lunes 27 de diciembre de 2021

La revocación de mandato, va

Por: Lilia Aguilar Gil

¿Cuál es el significado y el peso de un instrumento como la revocación de mandato? ¿Por qué le cuesta tanto a la “oposición” llevar adelante este ejercicio democrático? Porque representa uno de los últimos clavos al ataúd del presidencialismo que ha reinado por tanto tiempo en nuestro país. Ese en el cual vivieron tan cómodos muchos gobernantes, seguros de que una vez emitido el voto, y a pesar de traicionar al gente con decisiones que obedecen más a intereses particulares que al beneficio de la gente, ésta jamás podría hacer nada. En el fondo es un cambio de paradigma.

En días pasados el Instituto Nacional Electoral (INE) anunció, así, sin más, que suspendía el procedimiento de la revocación de mandato debido a que el presupuesto destinado, el cual la Cámara de Diputados discutió y aprobó, era insuficiente para llevar a cabo ejercicio democrático.

Y porque no sobra referirlo una vez más: las y los diputados recibimos al consejero presidente del INE para que explicara el presupuesto que el instituto estaba solicitando para el 2022, el cual, a todas luces estaba sobrestimado. El presupuesto del INE es cuatro veces el de la Secretaría de Gobernación, el doble de la Fiscalía General de la República, vaya, está colmado de privilegios, de salarios altos, dispuesto a mantener una burocracia que no corresponde a los principios de austeridad con los que este gobierno ha demostrado que se pueden hacer cambios que beneficien a la gente. El año pasado el INE organizó la elección más grande de la que se haya tenido conocimiento, este año sólo 6 estados tendrán procesos electorales. No hay pretextos, se trata de un mecanismo que busca sólo entorpecer un ejercicio democrático. El INE ha equivocado su rol, no corresponde ni es su papel, golpear a los poderes, no cabe duda que el interés mediático del consejero presidente y algunos consejeros les gana y les traiciona en su encomienda original.

Ante esas actitudes, no hubo más que responder de la forma en que un estado de derecho debe hacerlo. Después del anuncio se suspensión que hizo el INE, la Cámara de Diputados presentó una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) respecto a dicha suspensión. No pasó ni una semana cuando este poder falló para anular el acuerdo de suspensión de actividades de organización de la revocación de mandato. Lo cual quiere decir que la revocación de mandato debe ir, que no hay pretextos para no hacerlo.

De acuerdo a lo necesario para llevar a cabo este ejercicio, sería hasta este sábado 25 de diciembre el plazo para la entrega de firmas. Para llevar a cabo la revocación de mandato se debe reunir el 3 por ciento de firmas de ciudadanos inscritos en la Lista Nominal de electores de al menos 17 entidades. Esto equivale a dos millones 758 mil 277 firmas. Diversos medios dan cuenta que se recibieron cerca de 10 millones de firmas, por lo que estos días el INE estará revisando las rúbricas para que, de ser viable, este ejercicio se lleve a cabo en abril de 2022.

Con esta práctica nuestro país busca consolidar una democracia en la que la ciudadanía tendrá al alcance de sus manos la posibilidad real de quitar funcionarios. Países como Estados Unidos cuentan con ella desde hace tres siglos, es decir, casi 300 años. En Europa es una figura que también se contempla por la importancia de contar con el derecho de quitar funcionarios, así como se tiene el derecho de ponerlos. En América latina, Bolivia, Cuba, Ecuador y Venezuela cuentan con este mecanismo de revocación de manera directa.

Estamos pues ante la entrada de México a una nueva era democrática que le permita a la gente sí poner y decidir por sus gobernantes, pero también, sí a la posibilidad de quitarlos, y esto es quizás lo que más temor le da a la “oposición”, saberse sometido a un ejercicio que le quite gobiernos que mal entienden para sus propias conveniencias.


Por: Lilia Aguilar Gil

¿Cuál es el significado y el peso de un instrumento como la revocación de mandato? ¿Por qué le cuesta tanto a la “oposición” llevar adelante este ejercicio democrático? Porque representa uno de los últimos clavos al ataúd del presidencialismo que ha reinado por tanto tiempo en nuestro país. Ese en el cual vivieron tan cómodos muchos gobernantes, seguros de que una vez emitido el voto, y a pesar de traicionar al gente con decisiones que obedecen más a intereses particulares que al beneficio de la gente, ésta jamás podría hacer nada. En el fondo es un cambio de paradigma.

En días pasados el Instituto Nacional Electoral (INE) anunció, así, sin más, que suspendía el procedimiento de la revocación de mandato debido a que el presupuesto destinado, el cual la Cámara de Diputados discutió y aprobó, era insuficiente para llevar a cabo ejercicio democrático.

Y porque no sobra referirlo una vez más: las y los diputados recibimos al consejero presidente del INE para que explicara el presupuesto que el instituto estaba solicitando para el 2022, el cual, a todas luces estaba sobrestimado. El presupuesto del INE es cuatro veces el de la Secretaría de Gobernación, el doble de la Fiscalía General de la República, vaya, está colmado de privilegios, de salarios altos, dispuesto a mantener una burocracia que no corresponde a los principios de austeridad con los que este gobierno ha demostrado que se pueden hacer cambios que beneficien a la gente. El año pasado el INE organizó la elección más grande de la que se haya tenido conocimiento, este año sólo 6 estados tendrán procesos electorales. No hay pretextos, se trata de un mecanismo que busca sólo entorpecer un ejercicio democrático. El INE ha equivocado su rol, no corresponde ni es su papel, golpear a los poderes, no cabe duda que el interés mediático del consejero presidente y algunos consejeros les gana y les traiciona en su encomienda original.

Ante esas actitudes, no hubo más que responder de la forma en que un estado de derecho debe hacerlo. Después del anuncio se suspensión que hizo el INE, la Cámara de Diputados presentó una controversia constitucional ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) respecto a dicha suspensión. No pasó ni una semana cuando este poder falló para anular el acuerdo de suspensión de actividades de organización de la revocación de mandato. Lo cual quiere decir que la revocación de mandato debe ir, que no hay pretextos para no hacerlo.

De acuerdo a lo necesario para llevar a cabo este ejercicio, sería hasta este sábado 25 de diciembre el plazo para la entrega de firmas. Para llevar a cabo la revocación de mandato se debe reunir el 3 por ciento de firmas de ciudadanos inscritos en la Lista Nominal de electores de al menos 17 entidades. Esto equivale a dos millones 758 mil 277 firmas. Diversos medios dan cuenta que se recibieron cerca de 10 millones de firmas, por lo que estos días el INE estará revisando las rúbricas para que, de ser viable, este ejercicio se lleve a cabo en abril de 2022.

Con esta práctica nuestro país busca consolidar una democracia en la que la ciudadanía tendrá al alcance de sus manos la posibilidad real de quitar funcionarios. Países como Estados Unidos cuentan con ella desde hace tres siglos, es decir, casi 300 años. En Europa es una figura que también se contempla por la importancia de contar con el derecho de quitar funcionarios, así como se tiene el derecho de ponerlos. En América latina, Bolivia, Cuba, Ecuador y Venezuela cuentan con este mecanismo de revocación de manera directa.

Estamos pues ante la entrada de México a una nueva era democrática que le permita a la gente sí poner y decidir por sus gobernantes, pero también, sí a la posibilidad de quitarlos, y esto es quizás lo que más temor le da a la “oposición”, saberse sometido a un ejercicio que le quite gobiernos que mal entienden para sus propias conveniencias.