/ martes 10 de noviembre de 2020

La salud de Juan Pueblo

“No cambies la salud por la riqueza, ni la libertad por el poder” (Benjamín Franklin).

Tiempos difíciles estamos viviendo en este convulsionado mundo donde nosotros mismos nos hemos encargado de ir cambiando en forma drástica pero destructiva el ambiente en el cual nos desenvolvemos.

Sin duda ha habido otras épocas donde han cundido las enfermedades derivadas de nuestros descuidos en el medioambiente, pero ninguna tan avanzada en tecnología, elementos médicos y al mismo tiempo con tanta incertidumbre como la presente.

Analistas serios nos hablan de la forma como los gobiernos han atacado esta crisis de salud en nuestro país, destacando, con lo cual estamos de acuerdo, en que el enfrentamiento debe darse desde dos ángulos: el primero por parte de los ciudadanos acatando las disposiciones decretadas por el Sector Salud, no como una imposición punitiva, sino como la necesidad consciente de enfrentar el virus con los elementos más básicos de prevención, como el lavado de manos, la sana distancia, la sanitización y desinfección de casas y áreas comunes, así como la buena alimentación y medicación en caso de síntomas de la enfermedad.

El segundo, desde las propias esferas de gobierno. Durante los últimos 35 años el Estado mexicano se encargó de avanzar en la privatización de los servicios de salud. Si analizamos cuántos hospitales públicos existen en nuestro entorno contra el número de hospitales privados, veremos que es el de los privados mucho mayor.

Además, hay que tomar en cuenta los altos costos de la atención médica y la falta de avances sustanciales en materia de investigación sobre los diferentes males que nos aquejan. La diabetes y la hipertensión, el cáncer y otras enfermedades todavía se consideran controlables, mas no tienen posibilidad de cura.

Grave daño significa la falta de insumos y medicamentos por la corrupta manipulación que se hace de ellos, la falta de personal médico, sobre todo especializado, y hasta la burla del Gobierno del Estado que no cumple cabalmente su función de realizar los pagos puntuales y comprometidos al personal de salud, todo esto hace que el nacimiento y el ataque de un nuevo virus nos encuentre en una situación muy vulnerable que nos afecta a todos por igual.

Las medidas adoptadas en los últimos días por los diferentes entes gubernamentales esperan que disminuya el número de personas afectadas por la enfermedad. En las últimas horas se registraron más de cien fallecimientos en el estado, sin embargo, hay que tomar en cuenta que el 90 por ciento de las personas que se enferman se recuperan, por lo que el problema en el fondo se encuentra en buena parte en el deficiente sistema de salud que padecemos ante el ataque de un virus tan maligno cuando no existen en suficiencia hospitales, medicamentos y camas para hospitalización, respiradores además de personal médico especializado para la atención adecuada.

No, no es sólo culpa del gobierno, tenemos que tomar lo que nos corresponde como ciudadanos. Es momento de unidad en torno a las medidas para enfrentar esta terrible pandemia y evitar que siga haciendo estragos en nuestra sociedad ya que cada persona que muere es una pérdida irreparable.

Correo: vicmedina@hotmail.com

“No cambies la salud por la riqueza, ni la libertad por el poder” (Benjamín Franklin).

Tiempos difíciles estamos viviendo en este convulsionado mundo donde nosotros mismos nos hemos encargado de ir cambiando en forma drástica pero destructiva el ambiente en el cual nos desenvolvemos.

Sin duda ha habido otras épocas donde han cundido las enfermedades derivadas de nuestros descuidos en el medioambiente, pero ninguna tan avanzada en tecnología, elementos médicos y al mismo tiempo con tanta incertidumbre como la presente.

Analistas serios nos hablan de la forma como los gobiernos han atacado esta crisis de salud en nuestro país, destacando, con lo cual estamos de acuerdo, en que el enfrentamiento debe darse desde dos ángulos: el primero por parte de los ciudadanos acatando las disposiciones decretadas por el Sector Salud, no como una imposición punitiva, sino como la necesidad consciente de enfrentar el virus con los elementos más básicos de prevención, como el lavado de manos, la sana distancia, la sanitización y desinfección de casas y áreas comunes, así como la buena alimentación y medicación en caso de síntomas de la enfermedad.

El segundo, desde las propias esferas de gobierno. Durante los últimos 35 años el Estado mexicano se encargó de avanzar en la privatización de los servicios de salud. Si analizamos cuántos hospitales públicos existen en nuestro entorno contra el número de hospitales privados, veremos que es el de los privados mucho mayor.

Además, hay que tomar en cuenta los altos costos de la atención médica y la falta de avances sustanciales en materia de investigación sobre los diferentes males que nos aquejan. La diabetes y la hipertensión, el cáncer y otras enfermedades todavía se consideran controlables, mas no tienen posibilidad de cura.

Grave daño significa la falta de insumos y medicamentos por la corrupta manipulación que se hace de ellos, la falta de personal médico, sobre todo especializado, y hasta la burla del Gobierno del Estado que no cumple cabalmente su función de realizar los pagos puntuales y comprometidos al personal de salud, todo esto hace que el nacimiento y el ataque de un nuevo virus nos encuentre en una situación muy vulnerable que nos afecta a todos por igual.

Las medidas adoptadas en los últimos días por los diferentes entes gubernamentales esperan que disminuya el número de personas afectadas por la enfermedad. En las últimas horas se registraron más de cien fallecimientos en el estado, sin embargo, hay que tomar en cuenta que el 90 por ciento de las personas que se enferman se recuperan, por lo que el problema en el fondo se encuentra en buena parte en el deficiente sistema de salud que padecemos ante el ataque de un virus tan maligno cuando no existen en suficiencia hospitales, medicamentos y camas para hospitalización, respiradores además de personal médico especializado para la atención adecuada.

No, no es sólo culpa del gobierno, tenemos que tomar lo que nos corresponde como ciudadanos. Es momento de unidad en torno a las medidas para enfrentar esta terrible pandemia y evitar que siga haciendo estragos en nuestra sociedad ya que cada persona que muere es una pérdida irreparable.

Correo: vicmedina@hotmail.com