/ martes 3 de agosto de 2021

La salud y los grupos vulnerables

Por: Leslie Aimé Oaxaca

¿Se le hace difícil afrontar situaciones poco comunes? A cualquiera por su puesto, sin embargo, muchísimas personas a nuestro alrededor las afrontan diariamente, para ellos son situaciones comunes, lamentablemente se ha normalizado y se ha acostumbrado pasarlas por alto cuando no debería ser así, dando un enfoque básico como el de la salud, que es para todos.

El artículo 4 de la Constitución política de los estados unidos mexicanos en el párrafo 4 nos muestra como todos somos pertenecientes a ese derecho, es parte de los derechos humanos que más se defienden, pero ¿Y qué hay de todo lo de atrás? Hospitales llenos, difícil acceso, falta de solidaridad. No se trata de generalizar, se trata de darnos cuenta de la situación que muchísimas personas viven y que pocos se dan cuenta.

Pero ¿qué son grupos vulnerables? Podemos definirlo como aquellos sectores o grupos de la población que por su condición de edad, sexo, estado civil y origen étnico se encuentran en condición de riesgo que les impide incorporarse al desarrollo y acceder a mejores condiciones de bienestar.

Poniendo por ejemplo a los Tarahumaras que son dignos de notar en nuestro Estado por su cultura, ellos buscan una salud de calidad (como todos). Podemos empezar por la problemática de que ellos batallan al vivir en ubicaciones alejadas al centros de salud más accesible, que si bien puede ser en la ciudad o en el pueblo más cercano, puede resultar difícil llegar, pues incluso al complicarse la enfermedad se pueden ver afectado por recorrer una distancia aún más larga, como es visitar hospitales de mayor nivel o consulta a especialista aún más lejos de su localidad, pues es difícil que tengan un automóvil o acceso fácil al transporte público y tengan que hacerlo a pie para recorrer esas distancias, no hay que olvidar que para muchos su principal fuente de ingresos es la venta de artesanías o de sus productos.

Si bien los sistemas y servicios de salud son para todos, el acceso difícil, la falta de insumos y medicamentos son una realidad, que solo los particulares que pueden hacerse de los requerimientos por si mismos o quienes de manera preferente se van al sector privado son quienes reciben la mejor calidad, dejando a las personas con menos recursos a la deriva de una mala implementación de los servicios de salud.

Actualmente se ha vuelto aún más difícil, pues la pandemia como se ha dicho mucho “ha cambiado todo”, los ingresos bajaron y los hospitales se llenaron, convirtiendo al sector privado en la principal opción para muchos, dejando en listas de espera o simplemente fuera a personas vulnerables, que incluso llegan a perder la vida sin recibir atención médica.

¿Qué podemos hacer?

Desde una perspectiva muy general podríamos llegar a pensar que nada, pues la situación es difícil para todos, sin embargo, la empatía, ayudar cuando podemos (con las medidas y los limites necesarios) es más que suficiente para mejorar la calidad de la vida de una persona.

Por: Leslie Aimé Oaxaca

¿Se le hace difícil afrontar situaciones poco comunes? A cualquiera por su puesto, sin embargo, muchísimas personas a nuestro alrededor las afrontan diariamente, para ellos son situaciones comunes, lamentablemente se ha normalizado y se ha acostumbrado pasarlas por alto cuando no debería ser así, dando un enfoque básico como el de la salud, que es para todos.

El artículo 4 de la Constitución política de los estados unidos mexicanos en el párrafo 4 nos muestra como todos somos pertenecientes a ese derecho, es parte de los derechos humanos que más se defienden, pero ¿Y qué hay de todo lo de atrás? Hospitales llenos, difícil acceso, falta de solidaridad. No se trata de generalizar, se trata de darnos cuenta de la situación que muchísimas personas viven y que pocos se dan cuenta.

Pero ¿qué son grupos vulnerables? Podemos definirlo como aquellos sectores o grupos de la población que por su condición de edad, sexo, estado civil y origen étnico se encuentran en condición de riesgo que les impide incorporarse al desarrollo y acceder a mejores condiciones de bienestar.

Poniendo por ejemplo a los Tarahumaras que son dignos de notar en nuestro Estado por su cultura, ellos buscan una salud de calidad (como todos). Podemos empezar por la problemática de que ellos batallan al vivir en ubicaciones alejadas al centros de salud más accesible, que si bien puede ser en la ciudad o en el pueblo más cercano, puede resultar difícil llegar, pues incluso al complicarse la enfermedad se pueden ver afectado por recorrer una distancia aún más larga, como es visitar hospitales de mayor nivel o consulta a especialista aún más lejos de su localidad, pues es difícil que tengan un automóvil o acceso fácil al transporte público y tengan que hacerlo a pie para recorrer esas distancias, no hay que olvidar que para muchos su principal fuente de ingresos es la venta de artesanías o de sus productos.

Si bien los sistemas y servicios de salud son para todos, el acceso difícil, la falta de insumos y medicamentos son una realidad, que solo los particulares que pueden hacerse de los requerimientos por si mismos o quienes de manera preferente se van al sector privado son quienes reciben la mejor calidad, dejando a las personas con menos recursos a la deriva de una mala implementación de los servicios de salud.

Actualmente se ha vuelto aún más difícil, pues la pandemia como se ha dicho mucho “ha cambiado todo”, los ingresos bajaron y los hospitales se llenaron, convirtiendo al sector privado en la principal opción para muchos, dejando en listas de espera o simplemente fuera a personas vulnerables, que incluso llegan a perder la vida sin recibir atención médica.

¿Qué podemos hacer?

Desde una perspectiva muy general podríamos llegar a pensar que nada, pues la situación es difícil para todos, sin embargo, la empatía, ayudar cuando podemos (con las medidas y los limites necesarios) es más que suficiente para mejorar la calidad de la vida de una persona.